La apasionante historia del imán de Cútar, Al-Ŷayyār

El hallazgo en 2003 en aquella casa del centro de este pueblo de la Axarquía ha dado pie casi dos décadas después al centro de interpretación de la Alquería de Cútar, basándose precisamente en los textos de los dos manuscritos de Al-Ŷayyār, que él, designado como alfaquí e imán de la mezquita de Cútar a partir de 1490, escribió de su puño y letra.

Fueron unos años especialmente convulsos tanto para el protagonista de esta historia como para la provincia de Málaga y más concretamente para la Axarquía. A través de los textos que el propio Muhammad al-Ŷayyār dejó como legado se puede saber más sobre esos años, especialmente amargos para él y los miles de musulmanes que vieron el declive del reino nazarí de Granada.

Gracias especialmente a uno de los dos manuscritos, donde deja relatos e incluso poemas y otros textos más personales, se sabe que fue capturado por las tropas cristianas en la toma de Málaga. Desde allí fue trasladado hasta Sevilla, donde permaneció dos años en la Casa del Adelantado Mayor de Andalucía, Don Pedro Enríquez. Allí ejerció de copista y resistió moralmente a la agonía de Al-Ándalus.

En 1490 fue enviado a la alquería de Cútar, para ejercer de alfaquí (experto en leyes musulmanes) e imán de la mezquita. Hay que tener en cuenta que en esas fechas aún no existía la prohibición total de la religión islámica y aún quedaban dos años para que sucumbiera el reino nazarí de Granada en enero de 1492. Sobre este hecho o el terremoto que sufrió Málaga dos años más tarde también dejó testimonio en uno de los dos manuscritos. El otro era una compilación de sentencias judiciales, textos proféticos y otros documentos que necesitaba para ejercer su nuevo oficio como sabio en derecho islámico.

Sus últimas palabras, escritas en el manuscrito más personal, aluden a la ruptura del pacto de las Capitulaciones por parte del rey Fernando El Católico. Esto suponía la obligación de convertirse al cristianismo por parte de los mudéjares. Además, se prohibía la tenencia de libros escritos en árabe. A partir de ahí, Al-Ŷayyār decide ocultar en la vivienda que le habían asignado en Cútar el Corán y los dos manuscritos mencionados, los cuales no se encontrarían tras un tabique cinco siglos más tarde. A juicio del director técnico e historiador Juan Bautista Salado se trata de «una historia de esperanza». Con el contenido de los textos y la situación histórica, el que también es director del Museo de Nerja, considera que «Al-Ŷayyār tiene la esperanza de volver y recuperar los libros que escondió».

No se sabe con certeza qué fue de la vida del alfaquí. Salado descarta prácticamente que alguien que ejerció como imán se convirtiera al cristianismo y ve como opción más probable que se marchara al norte de África, en el actual Marruecos.

Gracias a sus palabras escritas, Al-Ŷayyār no fue un personaje anónimo más de aquella época. Hoy su historia es parcialmente conocida y gracias a ello se aporta más luz sobre uno de los períodos más complejos de la historia de España. Para entenderlo mejor es necesario visitar el centro de interpretación de la Alquería de Cútar, que usa como hilo conductor la vida de este personaje para explicar el contexto histórico y cómo esta población andalusí se convirtió en pocos años en una villa cristiana. También se pone en contexto el pueblo, que en su día fue uno de los que integró la Taha de Comares.

Este espacio cultural, que fue concebido por Juan Bautista Salado, se inauguró en octubre de este año en el edificio que estaba destinado a ser inicialmente el Museo del Monfí. Sin embargo, el director técnico de este proyecto consideraba que era más importante que girara en torno al fortuito, pero importante hallazgo de los libros de Al-Ŷayyār. Salado, que además de contar un máster en Museología y Museografía, ha dirigido también el proyecto del Museo de Nerja y ha colaborado en otros importantes,como los de Algeciras, Estepona o el próximo espacio de la Villa Romana de Benagalbón (Rincón de la Victoria).

El hallazgo de 2003 no se encuentra físicamente en el centro de interpretación sino en el Archivo Provincial de Málaga, donde ni siquiera está expuesto, porque aún se sigue estudiando. Sin embargo, el espacio cultural de Cútar es el mejor vehículo para conocer su contenido. No en vano, en su sala principal, además de un vídeo que relata las vivencias de Al-Ŷayyār, se explican todos los detalles que se conocen de los libros, desde la caligrafía hasta el tipo de papel que se usó. En este sentido, por ejemplo, en el centro de interpretación se puede saber que uno de los dos manuscritos se hizo con papel árabe, mientras que el otro era del tipo italiano, de más calidad aún. Así lo delatan sus respectivas marcas de agua.

El Corán, según se ha podido constatar por su tipología, es de la época almohade, es decir, estaría datado en el siglo XIII. «En España es uno de los pocos de esa etapa que se conservan», asevera Salado. Respecto a los manuscritos, técnicamente no se le puede llamar libros, puesto que estarían inconclusos. En realidad, son la suma de distintos textos que no pudo terminar el protagonista de esta historia. «Si los escondió, también es porque pensaba recuperarlos algún día (confiaba en la recuperación de Al-Ándalus) para completarlos», comenta el director técnico de este proyecto.

Hay muchos más aspectos que hacen singular tanto la historia de Al-Ŷayyār como el propio centro de interpretación que hoy divulga sus vivencias y la propia historia de la alquería de Cútar. Entre otras, está la extraordinaria conservación de documentos tan valiosos tras más de medio milenio, lo que también pone en evidencia que aquella vivienda, hoy reformada -contigua al centro de interpretación-, se mantuvo durante todos esos años. En el centro de interpretación hay una maqueta que intenta recrear aquella casa, que tuvo ser de grandes dimensiones, ya que fue asignada al alfaquí de la alquería.

También sorprende el buen estado de aquellos legajos. El alfaquí, que es quien se supone que los escondió, tuvo mucho cuidado para preservarlos. Los envolvió en una tela azul y los protegió con paja para evitar que la humedad los deteriorara. Por último, los emparedó con tanta destreza que durante quinientos años ninguno de los que habitaron el edificio se percataron de que allí podía haber este tesoro bibliográfico escondido.

El centro de interpretación Alquería de Cútar ha sido financiado íntegramente por el ayuntamiento de la localidad con un presupuesto de 50.000 euros. Bajo la dirección técnica de Juan Bautista Salado, en virtud a un acuerdo con el Museo de Nerja, ha sido ejecutado en primera instancia por la empresa extremeña Reina de Corazones y concluido por la firma malagueña IC Ingeniería Cultural.

Actualmente este museo abre los puertas los fines de semana en horario de 11 a 14 horas y de 16 a 19 horas, aunque también puede hacerlo para grupos, previa reserva, el resto de los días. Lo explica el alcalde de Cútar, Francisco Javier Ruiz, quien cree que el centro de interpretación puede ser idóneo para las visitas de escolares. Este espacio cultural está llamado a ser el primero de los hitos sobre su historia que Cútar quiere recuperar para poner en valor su pasado. Este pueblo de la Axarquía cuenta con proyectos futuros que esperan concretarse en los próximos años.