Trece datos sorprendentes que te harán visitar Pizarra

Una de las ermitas más antiguas de Málaga, la curiosa historia de la imagen conocida como el Santo o una grieta sorprendente que se puede atravesar a pie. Ésas son algunas de las singularidades que aguardan a quienes visitan el pueblo de Pizarra. Este municipio del Valle del Guadalhorce es una auténtica caja de sorpresas, ya que tiene rutas de senderismo espectaculares, un palacio condal en el centro del pueblo e incluso los restos arqueológicos de un poblado mozárabe.

Además, en estos meses, se celebra el primer centenario de lo que se ha dado a conocer como el 'Bienio Áureo'. Es decir, los años dorados en los que el pueblo vio cómo se inauguraba uno de sus emblemas, recibió la visita del rey Alfonso XIII e incluso acogió una importante conferencia sobre los problemas políticos y militares de la Guerra de Marruecos.

Es, sin duda alguna, uno de los emblemas de este pueblo del Valle del Guadalhorce. Y lo es tanto por su curiosa historia como por su ubicación privilegiada en la sierra de Gibralmora, que permite tener una amplia panorámica del municipio y todo su entorno. En realidad, su denominación correcta sería la de Sagrado Corazón de Jesús, pero todos los pizarreños conocen a esta imagen más como El Santo. Para llegar allí, eso sí, hay que hacer antes una ruta de senderismo, aunque también existen algunas alternativas para vehículos a motor o en bicicleta por carriles de tierra.

Desde el área recreativa del mismo nombre quienes quieran ascender hasta El Santo tienen que atravesar una espectacular grieta en la que hay una escalinata excavada. No se trata de un tramo muy largo, pero es uno de los atractivos que tiene la sierra de Gibralmora. Justo cuando se asciende, los senderistas podrán ver una primera vista panorámica del pueblo.

Además de la ruta circular que hoy atraviesa la Raja Ancha y sube hasta El Santo, en el término municipal hay otros itinerarios homologados muy recomendables para quienes quieren recorrer a pie este territorio situado entre la sierra y la vega del Guadalhorce. Así, entre otras opciones están, la de Pizarra-Cerralba y la de Zalea-Cerralba, con las que se unen los principales núcleos urbanos de su territorio. Por otra parte, Pizarra también tiene habilitados otros senderos del Gran Recorrido del Guadalhorce, como son los de Álora-Pizarra y Pizarra-Cártama Estación.

La ermita de la Fuensanta parcialmente excavada en la roca es una de las joyas monumentales del Valle del Guadalhorce. Además, se da la paradoja que hoy es la única de la provincia de Málaga que está habitada y custodiada por ermitaños. Éstos son los encargados de enseñar su interior a los visitantes de forma gratuita, aunque se aceptan donativos. El templo, que está unido al pueblo por un carril de tierra que forma parte de dos de sus senderos más conocidos, se construyó tras la supuesta aparición milagrosa de la virgen, antes ese espacio fue ocupado por una iglesia mozárabe rupestre. En concreto, ese templo estaría datado en el siglo X. Según se lee en un azulejo, a los pies de la ermita, se encontró una hornacina con la imagen de la virgen en el año 1566.

En el paraje pizarreño de Casablanca, se puede visitar este espacio cultural, que cuenta con una amplia colección etnográfica, además de obras de arte y piezas de interés arqueológico. Todo ese legado ha sido posible gracias a la donación que hizo en su día el pintor norteamericano Gino Hollander, que se afincó en esta localidad del Valle del Guadalhorce. Este edificio cultural está junto a un original complejo turístico, el Cortijo del Arte.

El Palacio de los Condes de Puerto Hermoso es un edificio de titularidad privada, pero se puede ver fácilmente desde fuera, por su elevación. Hoy está considerado como parte fundamental de la historia del pueblo. No en vano, fue el escenario principal de lo que hoy se ha bautizado como el Bienio Áureo, los años dorados en los que Pizarra tuvo un inusitado protagonismo hace justo un siglo. Entre 1921 y 1922 allí pernoctó el rey Alfonso XIII y se celebró la conocida como Conferencia de Pizarra, un encuentro que abordó el complejo asunto de la Guerra de Marruecos.

Además de la parroquia de San Pedro, el pueblo de Pizarra es uno de los pocos de la provincia que tiene su propio convento, el de las Hermanas de la Cruz. Este edificio religioso se encuentra en la calle Alta, que, como su propio nombre deja intuir, está situado en una zona elevada del casco urbano, muy pegado a la sierra de Gibralmora. El convento fue fundado por don Pedro de Soto y Domecq, quinto Conde de Puerto Hermoso en la pasada centuria. Mucho antes, en el siglo XVII, se erigió la iglesia de San Pedro, que, a su vez, se levantó en el solar ocupado por un templo que mandó a construir Diego Romero, fundador de Lugar de Pizarra, a finales del XV.

El territorio de Pizarra está cruzado por el Guadalhorce, el principal río de la provincia de Málaga. Gracias a ello cuenta con una espectacular vega e incluso con una gran variedad de avifauna, vinculada al ecosistema de esta ribera. Hay muchos tramos que hoy se pueden ver a pie con un simple paseo desde el casco urbano. Lo idóneo es verlo tras las primeras lluvias otoñales hasta incluso el final de la primavera. Entre otras especies, allí se han llegado a avistar las escurridizas cigüeñas negras. A este río se le debe también la existencia de valiosos puentes que aún se usan para el tránsito tanto de vehículos como del tren. De estos últimos, el primero fue el de la línea férrea que unía a Málaga con Córdoba que se construyó en 1863. Años más tarde fue sustituido por otro del ingeniero Don Ginés de Fe y Pérez.

Además de todo lo que se puede ver en el principal núcleo urbano, no hay que eludir una visita a sus aldeas, como son Cerralba y Zalea, a las que, como se dice más arriba, se puede acceder a través de rutas de senderismo. Ambas son de origen relativamente reciente, ya que tienen su origen en la década de los años sesenta del siglo pasado. Pese a ello tienen el encanto propio de los núcleos de origen agrícola. Más antiguas que ésta, pero con menos población están también las barriadas de Vega Hipólito y el Partido de Gibralmora.

Pizarra ocupa un lugar importante en la historia. Entre otros argumentos de peso, están los distintos yacimientos arqueológicos que han aparecido en su territorio. Pero, de todos ellos, el más sorprendente es el del Castillejo de Quintana, situado sobre un cerro del municipio. Los trabajos realizados el pasado año han desvelado que se trata muy probablemente de un poblado mozárabe que guardaría relación con Bobastro, el fortín de Omar Ben Hafsún. Por tanto, está llamado a ser una de las grandes joyas arqueológicas que demuestran el dilatado pasado que tuvo la provincia de Málaga durante el antiguo Al-Ándalus.

Aunque no son exclusivos de Pizarra y se pueden encontrar en otros pueblos cercanos, las construcciones conocidas como cascareros aún se conservan en algunos puntos del municipio. Su finalidad, como su nombre indica, era la de almacenar cáscaras, que bien podían ser de almendras o cítricos, para su posterior reutilización. Incluso servían para secar los higos. Entre los mejor conservados están el que mandó a levantar don Fernando de Soto y Aguilar, Conde de Puerto Hermoso, o el que hay en Vega Morales, muy cerca del término municipal de Álora.

A Pizarra hay que ir también a comer. El pueblo cuenta con una sorprendente oferta de restauración. Por un lado, en el propio casco urbano cuenta muchas opciones. Algunos de ellos se concentran en la travesía, pero otros hay que buscarlos por su centro histórico. La cocina tradicional brilla por su presencia en casi todos ellos. Además, si por algo es conocido este municipio, es por su tapeo. No en vano, cada mes de octubre celebraba, hasta que llegó la pandemia, una de las rutas de la tapa más importantes de la provincia de Málaga. Además de lo que hay en el núcleo urbano, no hay que olvidar lo que tiene en otros puntos de su territorio, como el famoso Asador Don Joaquín, célebre por sus excelsas carnes, o el restaurante Cortijo del Arte, que ofrece una carta amplia, basada en la tradición y en la materia prima de calidad. El pueblo es conocido por platos como la sopa 'aplastá', muy similar a la perota de Álora, pero también por sus cítricos. A ello hay que unir otros productos que hoy se hacen allí, como la carne de membrillo de Traffut Cano, que hoy se exporta a distintos países.

Además de tener buenos accesos por carretera, Pizarra cuenta con una estación ferroviaria, donde hoy paran los trenes de la línea C2 de Cercanías de Renfe, con una frecuencia diaria inferior a la C1, pero que hace posible unas buenas comunicaciones con el centro de Málaga (desde María Zambrano) y con otras localidades del Valle del Guadalhorce, como Estación de Cártama o Álora. Curiosamente, fue el tren el medio de transporte que utilizó hace ya un siglo el rey Alfonso XIII para visitar y pernoctar en la localidad el día antes de llegar a la capital malagueña.

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