Las tradiciones más peculiares del Domingo de Resurrección en los pueblos de Málaga

No son las típicas procesiones del Resucitado. En algunos pueblos malagueños, el último día de la Semana Santa se celebra de forma muy diferente, con tradiciones que incluso son más paganas que católicas. En la Axarquía, en la Sierra de las Nieves o en la Serranía de Ronda abundan algunas de las costumbres más curiosas para el Domingo de Resurreción.

En la Sierra de las Nieves se celebra este domingo una de las tradiciones más singulares de la provincia de Málaga. En esta villa se instauró hace más de siete décadas una tradición más propia del norte de España, la Quema de Judas. De hecho, fue un cura del País Vasco quien aprovechó su paso por allí como párroco para importar esta peculiar forma de terminar la Semana Santa. Este día, aunque también cuenta con una procesión, tiene como principal aliciente ver como arde y explota esta figura de trapo que alberga en su interior mucha pólvora. Será a las doce del mediodía en la plaza de Abajo cuando este gran Judas, que simboliza siempre algo negativo, sea prendido. El muñeco, que cada año guarda similitudes con algún personaje con connotaciones funestas y dañinas, suele medir en torno a unos seis metros de altura, lo que da idea de la importancia que le dan a esta costumbre en este pueblo malagueño. Con las tracas y el fuego, el muñeco llegará a su fin mientras los burgueños celebran la Resurrección y el triunfo sobre el pecado. Esta costumbre, importada del norte peninsular, está declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía.

En el extremo occidental de la provincia de Málaga, en la Serranía de Ronda, se pueden encontrar también otras fiestas muy singulares, como la que se celebrará en Gaucín. Allí se pondrá el colofón a la Semana Santa con una tradición de origen pagano, como es la suelta de su 'toro de cuerda'. Este evento consiste básicamente en sacar a un toro amarrado por los cuernos por las calles del pueblo. En el recorrido del astado, vecinos y visitantes podrán hacer lances, fintas, capotazos y carreras sin peligro alguno, ya que el animal irá en todo momento amarrado por su cornamenta. Tras hacer este recorrido por las calles de Gaucín, se pone frente al toro un muñeco de trapo para que éste lo embista. También es costumbre que, tras las sueltas, el animal sea subastado al mejor postor para su posterior sacrificio y consumo por parte de los vecinos. Este típico festejo está reglamentado en base al artículo 91.e del R.D. 145/1996, Reglamento de Espectáculos Taurinos, y la propia normativa municipal de 21 de Marzo de 1997.

Aunque en Cártama no hay prácticamente tradición cofrade, es uno de los pueblos que intenta recuperar una de sus costumbres más singulares por esta fecha, la del Día de los 'Jornazos' (Hornazos). Se trata de una salida al campo para probar el pan conocido popularmente con el nombre de 'jornazo', que se caracteriza por su elaboración artesanal y por llevar un huevo cocido en su interior. Antiguamente, era costumbre que las panaderías de la localidad le dieran el toque de horno a las distintas elaboraciones hechas por los vecinos. Después, se salía al campo para comer estos hornazos. En los últimos años, se ha recuperado la tradición con una ruta de senderismo previa de dificultad baja (unos 3 kilómetros aproximadamente) para que la puedan realizar especialmente los más pequeños. Esta actividad requiere de inscripción previa. Este domingo a partir de las 17 horas se saldrá en ruta desde la Ciudad Deportiva de Cártama. Los hornazos son también tradicionales en el Domingo de Resurrección de otros pueblos, como Istán o Yunquera.

El Domingo de Resurrección desde la iglesia rondeña del Espíritu Santo, en el emblemático Barrio de San Francisco, la imagen de Nuestra Señora de Loreto saldrá a hombros de algo más de sesenta mujeres. Así lo llevan haciendo desde la pasada década de los años setenta junto a la imagen del Cristo Resucitado, que es portado por hombres. De esta forma, se convirtió en el primer trono llevado exclusivamente por horquilleras. Este año la virgen estrena un nuevo manto y el trono faroles traseros.

En la Ruta de la Pasa de la Axarquía, también aguardan costumbres muy peculiares, como la que se podrá ver en el pueblo de El Borge, donde la recta final de la Semana Santa coincide siempre con las fiestas patronales, en honor a San Gabriel, que saldrá hasta dos veces en procesión junto a la Virgen del Rosario. A pesar de que es el broche de una semana de mucha pasión religiosa, tanto este Domingo de Resurrección como el lunes siguiente (festivo en el pueblo) se viven con un ambiente especialmente lúdico y desenfadado. Incluso las procesiones adquieren en la jornada del domingo un tinte festivo y divertido.

En el Valle del Genal hay varios pueblos que cierran la Semana Santa con una tradición muy peculiar, en la que el protagonista es el Niño Jesús. Los vecinos de pueblos Atajate, Cartajima, Alpandeire, Benarrabá o Júzcar, entre otros, salen en la madrugada del sábado al domingo al campo a recoger plantas, ramas de árboles y hortalizas para formar una choza en el pueblo. En su interior, se coloca una imagen del Niño Jesús sacada previamente de la iglesia. Esto es lo que se conoce en muchas de estas localidades como el Huerto del Niño. Esta tradición suele implicar también a las imágenes de la Virgen o incluso San Juan. En muchos casos, la primera es la que busca a su hijo y para ello pregunta a San Juan, quien le indica que está en el huerto. Esta tradición es conocida en el pueblo de Cartajima como Las Cortesías y está distinguida como Fiesta de Singularidad Turística Provincial. También se pueden encontrar algunas tradiciones similares en algunos pueblos de la Axarquía. Cómo llegar a la Serranía de Ronda.

En la localidad axárquica de Iznate, que comienza la Semana Santa con sus fiestas patronales de la Virgen de los Dolores, se pone el broche de oro a estos días con una singular tradición. Cada Domingo de Resurrección, tras una misa, sale una procesión con la imagen de la citada patrona hasta la Ermita del Santo Cristo. Junto a esta capilla, tiene lugar una representación muy peculiar, en la que vecinos del pueblo ataviados con túnicas y máscaras muy antiguas buscan la imagen del Niño Jesús, que el día antes ha sido escondida entre plantas. Después de esta escena, se lanzan cohetes y se comienza una fiesta en la que iznateños y visitantes comparten una paella popular.

Antiguamente el Domingo de Resurrección era celebrado en Benamocarra como el fin de los rigores que imponía la Cuaresma y la Semana Santa. Por esa razón, se aprovechaba la jornada para realizar un evento festivo y lúdico en el que se buscaba pareja o los novios 'pelaban la pava', es decir, pasaban el tiempo hablando directamente. Hoy, lógicamente, el concepto de la fiesta ha cambiado. Eso sí, se mantiene la salida al campo, siempre y cuando la meteorología lo permita, para disfrutar de una jornada de convivencia, en la que se consumen comidas típicas de esta época o se hacen actividades, como carreras de cintas a caballo, en bici y en moto. Toda esta romería se suele desarrollar habitualmente en las orillas del río Iznate.

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