Ocho poblaciones malagueñas que dejaron de ser municipios

Muchas de ellas fueron independientes hasta los siglos XIX y XX, pero, por distintos motivos, tuvieron que incorporarse a otros municipios como pedanías o aldeas. Es la historia de varias poblaciones de la provincia de Málaga, la mayoría de ellas en la zona oriental, que llegaron a ostentar sus propios ayuntamientos, pero acabaron adhiriéndose a otras localidades con mayor importancia. Es el caso inverso a localidades que se han emancipado en las últimas décadas, como Torremolinos, Villanueva de la Concepción, Serrato o Montecorto.

Algunas de esas villas, que incluso contaban con un importante legado histórico, tuvieron que dejar de ser municipios independientes obligados por la situación económica, sobre todo en la época en la que la filoxera hizo estragos en muchas zonas de viñedos. Otros lo hicieron acatando leyes gubernamentales de la época y hay hasta algún caso en el que incluso desaparecieron bajo las aguas de un pantano.

Ni siquiera superó el medio siglo su existencia como villa independiente, pero lo fue. El núcleo axárquico de Chilches, se emancipó en junio de 1821 de Macharaviaya, sin embargo, en 1868 fue anexionado por Vélez-Málaga, al cual pertenece desde entonces. La población, que limita con Rincón de la Victoria, está en el extremo más occidental del territorio veleño. Es conocida por sus playas y por ser un destino residencial, aunque no se puede olvidar su pasado histórico. De hecho, hay quien todavía hoy reclama cierta independencia respecto a Vélez. En 1995 muchos vecinos solicitaron su declaración como Entidad Local Autónoma, aunque finalmente esa petición fue desestimada.

Cuando su hijo más ilustre, el escritor Salvador Rueda, nació, aún era un municipio independiente. Hoy forma parte del término municipal de Macharaviaya, pero hasta el año 1877, Benaque tuvo entidad propia, con su propio ayuntamiento. Aunque cuenta hoy con menos de doscientos habitantes censados, su población e incluso su tamaño se antoja similar a la del núcleo matriz, Macharaviaya. De hecho, cuenta incluso con su propio templo, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, de estilo mudéjar y de posible construcción en el siglo XVI. Además de este edificio religioso, esta población axárquica alberga la que fue Casa Natal de Salvador Rueda, considerado hoy como uno de los poetas más importantes de su época.

Es el único de esta lista que no sólo ya no tiene entidad como municipio sino, además, ya no existe. Hasta 1971 fue uno de los pueblos de lo que hoy es conocida como la comarca del Guadalteba. En concreto, de existir estaría delimitado por Ardales, Cañete la Real y Teba. De esta última villa se independizó en 1857, en la que contó con el núcleo principal, Peñarrubia, y la barriada de Gobantes. Sin embargo, 114 años después de su emancipación llegó su fin. Sus vecinos fueron desalojados para que se inundara la zona en lo que hoy es el embalse del Guadalteba. Muchos de aquellos habitantes, que estaban cerca de los dos millares, se mudaron a la barriada malagueña de Santa Rosalía. Otros, lo hicieron a pueblos cercanos.

En las estribaciones orientales de los Montes de Málaga, se encuentra esta barriada malagueña con alma de villa. Por su fisionomía y por su historia, sigue siendo un auténtico pueblo dentro de una gran ciudad, la capital de la Costa del Sol. Este núcleo de población fue independiente hasta la década de los años cuarenta del pasado siglo, cuando el crecimiento de Málaga provocó que la villa pasara a pertenecer a la ciudad de Málaga, convirtiéndose en su barriada más oriental. Es complicado saber el origen de este núcleo de población, pero el mero hecho de tener una parroquia que se construyó inicialmente en 1505 sugiere que estuvo poblada incluso en el antiguo Al-Ándalus. Eso sí, la parroquia, que lleva el nombre de San Vicente Ferrer, sólo conserva de sus orígenes la fachada, ya que ha sido reconstruida y remodelada en varias ocasiones hasta hace una década.

Esa pequeña aldea, que hoy pertenece a Arenas, llegó a ser una villa independiente hasta el año 1869. Perdió su independencia, como otras tantas poblaciones, por una reforma llevada a cabo por el Ministerio de Gobernación sobre el Territorio Nacional. Hoy apenas tiene un censo de cuarenta personas, pero atesora un rico patrimonio histórico que recuerda sus raíces andalusíes. Entre su legado se encuentra la torre campanario de la iglesia de la Concepción, que es uno de los alminares que aún se conservan en la provincia de Málaga. Además, a tan sólo unos metros se encuentre la Fuente del Amor o Perdida, que puede tener su origen en el siglo XII.

No muy lejos de Daimalos aguarda otro caso similar, aunque, en esta ocasión, pertenece hoy al municipio de Sayalonga. Se trata de la aldea de Corumbela, que fue independiente entre 1811 y 1869. Es decir, desde que las Cortes de Cádiz prohibió los denominados señoríos hasta que se produjo la reagrupación de municipios que se ordenó desde el Gobierno Provisional tras el reinado de Isabel II. Es decir, al igual que le ocurrió a su vecina Daimalos. Ambas aldeas comparten también el pasado andalusí, que en el caso de Corumbela también se evidencia con la existencia de otro alminar, que hoy hace las veces de torre campanario de la iglesia de San Pedro. Antes de su emancipación, perteneció a los señoríos de Diego Fernández de Córdoba y del Ducado de Medinaceli.

Hoy es uno de los distritos más importantes de la ciudad de Málaga, pero hasta el 27 de octubre de 1905 fue un pueblo independiente. La ruina económica de aquella villa obligó a anexionarse a la capital de la Costa del Sol. Fue un auténtico rescate económico. Hoy parte de su territorio, que es colindante con Alhaurín de la Torre y Torremolinos, tendría hoy en su territorio parte de la superficie del Aeropuerto de Málaga e incluso el paraje natural de la Desembocadura del Guadalhorce. Sus fértiles tierras atrajeron ya a los primeros pobladores. De hecho, se considera que los fenicios fueron los primeros en darle nombre, Siryana. La Fuente del Rey, restos de una posible iglesia rupestre y otros vestigios históricos son algunos de sus monumentos más notables.

Este anejo del término municipal de Antequera fue independiente hasta 1857, en el que se adhirió al territorio de la ciudad del Torcal y de los Dólmenes. Hoy como núcleo de población tiene apenas trescientos habitantes. Eso sí, cuenta con vestigios históricos que invitan a pensar que esta población situada cerca del río Guadalhorce tuvo un lugar estratégico en siglos pasados. De hecho, se encontró una villa romana en su territorio en 1891. Este núcleo no hay que confundirlo con otro anejo antequerano de denominación muy similar, Bobadilla Estación, que tiene un claro origen ferroviario y que está declarada como Entidad Local Autónoma desde 2014, lo que podría ser un paso previo para su futura emancipación de Antequera.

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