Alumnos de La Cónsula: «Nos han jodido el futuro»
Los estudiantes, llenos de rabia, dan por perdido el curso y anuncian movilizaciones
Francisco Gutiérrez
Sábado, 9 de enero 2016, 12:57
Los teléfonos sonaban ayer con insistencia en las oficinas de La Cónsula. Y los de los profesores. Hubo llamadas incluso desde el extranjero. Alumnos, padres ... y personas interesadas llamaban para saber qué está pasando en la escuela y si eran ciertas las noticias del periódico: el cierre de La Cónsula con la suspensión provisional de las acciones formativas y del restaurante. Los alumnos no han sido convocados a clase, pero algunos se presentaron en el palacete de Churriana para hablar con sus profesores y conocer de primera mano la situación.
La sensación de rabia e indignación era generalizada entre los alumnos, que ya dan por perdido el curso. De hecho, algunos que encontraron empleo para las fiestas de Navidad siguen trabajando, y otros lo están buscando. «Los profesores ya nos han dicho que empecemos a movernos y, si nos sale algo, que no lo dudemos», señaló una alumna.
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Generación fantasma. Así se autodenomina el grupo de alumnos de segundo, que arrastra los problemas del curso pasado, a los que se suman los de este. Sergio Isaac Pretel es alumno de segundo de cocina y vive en Salobreña. En Málaga vive en un piso alquilado. El curso pasado «gracias a Dios que no alquilé en septiembre, porque no comenzamos hasta enero». Pero luego, cuando les avisaron del comienzo del curso, tuvo que estar varias semanas trasladándose en coche entre Málaga y Salobreña, hasta que encontró una vivienda. En verano, cuenta Sergio, encontró trabajo, pero tuvo que dejarlo en septiembre para incorporarse a la escuela «y luego vuelven los problemas, me quedo sin trabajo y sin clase», explicó. «Es una vergüenza», dijo, tajante, desde Salobreña, donde sigue hasta que se aclare cuándo y cómo se retoma el curso.
Madrileño, Rafael Rodríguez hizo lo imposible por entrar en La Cónsula. Es alumno de segundo de sala. La primera vez no lo seleccionaron porque le faltaba nota en la ESO. Regresó a Madrid, siguió estudiando y consiguió entrar a la segunda prueba. Vino a Málaga seis meses antes de que comenzara el curso y trabajó en Estepona para ganar dinero con el que poder pagar su estancia en Málaga. Dejó el trabajo para comenzar el curso en septiembre de 2014, que se retrasó hasta enero. «Dejé el trabajo, me quedé sin ingresos y sin comenzar el curso», relata. En verano volvió a trabajar, empleo que, como otros muchos compañeros, dejó en septiembre para incorporarse a la escuela. «Si echo cuentas de lo que me ha costado la escuela, es para asustarse», entre trabajos de los que se ha despedido y el coste de los alquileres. Ante esta situación, Rafael Rodríguez es tajante: «Nos han jodido el futuro. La escuela sólo nos ha dado disgustos, y eso que los profesores son muy buenos». Aunque él se puede considerar afortunado: ha encontrado trabajo en un buen restaurante, que no piensa dejar para volver a la escuela.
Andre Vale Moreira es de Fuengirola, y se alquiló un piso cerca de la escuela. Ha seguido trabajando en su empresa, por lo que hay días en que sólo ha podido dormir dos o tres horas para poder compaginar estudios y trabajo. «Me siento muy decepcionado por la situación que nos están haciendo vivir tanto a alumnos como a profesores, están jugando con la formación y el futuro de mucha gente joven», manifestó.
Los alumnos que ayer se acercaron a la escuela también expresaron su pesar, rabia e indignación por lo que está pasando. Aunque les han dicho que se queden en casa, acudieron al centro, pero esperarán a ver los resultados de la reunión de este lunes. Será el momento en el que decidirán qué medidas de presión pueden tomar. «En casa, de brazos cruzados, no nos vamos a quedar», advirtió Sara Moreno, alumna de segundo curso de cocina.
Gestión económica
Los problemas en las escuelas de Málaga, las únicas que no se han integrado en el SAE, como ya ha sucedido con los ocho consorcios de formación para el empleo que tiene la Junta, está despertando todo tipo de especulaciones y dudas sobre la gestión económica realizada en las escuelas. El presupuesto de liquidación presentado y aprobado el pasado diciembre requiere del informe de la interventora nombrada por la Delegación del Gobierno. Un trámite que no debe suponer más de un día o dos, en circunstancias normales. Pero después de la imputación de algunos funcionarios por los fraudes en los cursos de formación, todo son cautelas y nadie se atreve a plasmar su firma sin comprobar hasta el último apunte.
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