El Unicaja, cuarenta días después
Quinto cuarto ·
El Unicaja descansa tras el atracón de la pretemporada. Han sido cuarenta días frenéticos de preparación que se cerraron el sábado con la derrota en ... las semifinales de la Supercopa ante el Valencia. Han sido ocho encuentros que se han saldado con seis victorias, dos derrotas y un título.
Es un periodo corto de tiempo, pero los aficionados cajistas hacen análisis y sobre todo comparaciones de lo que fue su equipo y lo que puede llegar a ser. Lo único claro hasta ahora es que a este renovado proyecto le queda un largo camino por recorrer. La Supercopa era el test más exigente y el grupo que dirige Ibon Navarro dio un gran nivel, pero ni así le valió para superar a uno de los equipos que más se ha reforzado este verano, pero al que le faltaban cuatro de sus jugadores más importantes (Montero, Badio, Arostegui y Sima) y un descarte de lujo como Sestina.
¿Se puede hacer ya un análisis certero de lo que puede dar de sí este equipo? Seguramente no y posiblemente sería erróneo, porque, volviendo al título de esta información, no hay que perder de vista que el equipo sólo lleva entrenando 40 días y que habrá realizado unas 30 sesiones de trabajo... La conclusión más clara es que este equipo está todavía lejos de lo que puede llegar a ser. La explicación está en que dos de los jugadores llamados a generar mucho juego, como son Duarte y Castañeda están todavía en fase de adaptación, más el segundo que el primero.
El dominicano ya ha dejado detalles de su calidad, pero está presionado por las expectativas. «Dejad de escribir de él. Está ansioso por agradar», comentaba un compañero suyo hace unos días en Singapur, en referencia a que Duarte quiere responder a la gran expectación que ha generado su fichaje entre los aficionados. Su presencia en la rotación altera el estilo coral del equipo, pero a esto también tendrá que adaptarse este nuevo Unicaja. La situación de Castañeda es distinta. Para empezar su carácter es más introvertido y eso alargará su adaptación, algo que será más acentuado porque tiene que asumir dos roles, el de base y de escolta. En la primera posición ha demostrado que tiene capacidad para el pase, no en vano la pasada campaña promedió cinco asistencias en la liga francesa con el Bourg. Hasta ahora va más retrasado en el capítulo anotador, jugando como escolta, aunque de momento, el hecho de que Kalinoski y Duarte puedan desenvolverse en esa posición alivia las necesidades del equipo.
Por lo que respecta a James-Webb y Sulejmanovic, su adaptación está siendo más rápida por varios motivos. En ambos casos se trata de jugadores muy contrastados y hechos completamente al baloncesto de la Liga ACB. Sería injusto centrar el análisis de lo que se ha visto hasta el momento del Unicaja en la aportación de los nuevos fichajes. El crecimiento del equipo debe pasar por la evolución de jugadores como Balcerowski y Tillie, un paso que ya ha dado Tyson Pérez, el más destacado en la fase de preparación, junto con Barreiro, a pesar de su ausencia ante el Valencia. El ala-pívot francés se mueve en esa línea de no terminar de tener un continuidad y está ante una temporada clave para su carrera; al menos para lo que se espera de él en Málaga.
Entre los veteranos, Perry parece con un punto de ansiedad por liderar al equipo después de la salida de varios referentes. De puertas hacia fuera no hace falta que lo demuestre, pues el estadounidense es el gran referente para el aficionado. Parece una cuestión más personal.
Como se puede comprobar, en este análisis de la plantilla no se ha mencionado a ninguno de los jugadores que dejaron el equipo este verano. Sería injusto a estas alturas, después de sólo cuarenta días de entrenamiento en grupo y porque se trata de jugadores con un perfil diferente a los que salieron. Como Ibon Navarro apuntó hace una semana en una entrevista a SUR, la verdadera dimensión del Unicaja será difícil que se vea antes de diciembre. Será entonces cuando habrá que comparar cromos y resultados.
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