Los empresarios dan la voz de alarma: Málaga necesita un nuevo impulso para no estancarse
CEM y Cámara de Comercio alertan de que la provincia rompe sus costuras tras una fase de excepcional crecimiento y va a frenarse si no se ejecutan las infraestructuras de movilidad, eléctricas e hídricas que necesita
Los indicadores macroeconómicos no dan motivos de alarma: todo lo contrario. Málaga sigue estando en cabeza de la creación de empleo y el crecimiento del PIB ... , no sólo en Andalucía sino a nivel peninsular. Pero los empresarios están preocupados: creen que el dinamismo de hoy puede dar paso a un estancamiento si no se impulsan de forma clara las infraestructuras -de todo tipo, pero especialmente las de movilidad, hídricas y eléctricas- que necesitan la ciudad y la provincia para seguir creciendo de forma sostenida.
Este diagnóstico es compartido por los líderes de la Confederación de Empresarios de Málaga, la Cámara de Comercio y organizaciones sectoriales y profesionales. «Ahora más que nunca vemos que Málaga necesita un nuevo impulso en infraestructuras para sostener su crecimiento y su competitividad», resume el presidente de la CEM y de la CEA, Javier González de Lara. «Estamos en un momento de 'impasse' muy preocupante. Málaga necesita proyectar, con fechas y partidas presupuestarias», añade.
El presidente de la Cámara de Comercio, José Carlos Escribano, reflexiona: «Tras una etapa muy buena para Málaga, ahora estamos en un momento de consolidación y hay que poner las luces largas para planificar y construir un modelo para el área metropolitana. Nos preocupa que las grandes inversiones que se requieren no acaban de diseñarse, ni las que tienen que ver con infraestructuras de movilidad o agua ni las que deberían evitar el riesgo de colapso energético». El dirigente cameral dirige su mensaje hacia las tres administraciones: «Lanzamos una 'alarma no alarmante': hay que prevenir. Los empresarios nos ponemos a disposición del alcalde, la Diputación, la Junta y el Gobierno Central para trabajar. No podemos dormirnos en los laureles. Vivir del éxito puede hacer que muramos anticipadamente».
El decano del colegio de Economistas, Manuel Méndez, recuerda que todos los indicadores de la economía malagueña siguen siendo positivos; «incluso vemos que Málaga sigue creciendo un poco más que Andalucía y España y el índice de confianza empresarial ha mejorado». Al mismo tiempo, comparte que las infraestructuras «llevan diez o doce años de retraso» y esto puede «ralentizar el crecimiento», además de ser «una barrera para que haya un desarrollo equilibrado en toda la provincia, incluyendo también el interior».
Aeropuerto, trenes y carreteras
Hasta aquí la percepción general, que puede desglosarse en los diferentes tipos de infraestructuras que se han quedado pequeñas (o directamente no existen) en Málaga. En el capítulo del transporte, González de Lara empieza «por la principal infraestructura de la provincia, que es el aeropuerto de Málaga: está llegando a su límite operativo pero su ampliación planificada queda muy lejos», afirma. Efectivamente, aunque el Gobierno ha iniciado los estudios encaminados a diseñar la reforma del aeropuerto, habrá que esperar al menos hasta 2031 para que se inicien las obras de ampliación. «Y del acceso norte del aeropuerto no sabemos nada», recuerda.
Si pasamos del avión al tren, las perspectivas no mejoran. «Del tren litoral, hasta hoy lo único que hay son reuniones administrativas que no van a ninguna parte. ¿Y cuánto llevamos esperando que se ejecute el tramo Algeciras-Bobadilla?», inquiere el líder de la patronal.
«Entre el desarrollo económico que ha experimentado Málaga y el drama de la vivienda, que expulsa a las familias a municipios limítrofes, se ha generado una pescadilla que se muerde la cola y el efecto es que hay mucha más movilidad con las mismas infraestructuras de hace veinte años»: es el diagnóstico de la situación que aporta Ángel García Vidal, representante en Málaga de la Demarcación de Andalucía, Ceuta y Melilla del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Él se resiste a elegir qué actuación es más prioritaria. Para él, lo que es urgente es «definir un modelo de movilidad en la provincia que satisfaga las necesidades actuales y las futuras». «La movilidad no son islas sin conexión. La solución no es hacer más carriles bicis o más carriles bus o poner un metro… Hay que hacer un plan conjunto y una de las directrices básicas de ese plan debe ser, en mi opinión, el transporte publico bien interconectado».
En ese plan, detalla, hay que tener en cuenta los ejes de movilidad importantes para la provincia. El principal es el aeropuerto, que con la ampliación prevista llegará a 36 millones de pasajeros: todos ellos y quienes les prestan servicios no pueden transitar por las infraestructuras actuales. Y entre estas infraestructuras, destaca tanto la ronda este, donde «los atascos que se generan son tremendos« y la solución »pasa inevitablemente por un tercer carril«; como la A7, »donde disponemos de la autopista de peaje, pero hay una disparidad de intensidad que es del 80%-20% en invierno y del 70%-30% en verano; lo ideal sería establecer políticas para darle la vuelta, aunque no soy un iluso: costaría una fortuna«.
«Málaga necesita un nuevo impulso en infraestructuras para sostener su crecimiento y su competitividad»
Javier González de Lara, presidente de la CEA y la CEM
«Lo urgente es definir un modelo de movilidad en la provincia que satisfaga las necesidades actuales y futuras»
Ángel García Vidal
Representante en Málaga de la Demarcación de Andalucía, Ceuta y Melilla del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos
Falta de presupuestos estatales
En este punto del análisis, González señala al Gobierno central. «Vamos a entrar en el tercer año de presupuestos prorrogados. Esto no es un ataque al Gobierno; es que, por suerte o por desgracia, todas las infraestructuras que necesitan un impulso dependen del Ejecutivo central. Hoy por hoy en Málaga, salvo la inversión del metro, que es muy potente, y la prevista licitación del tercer hospital, ambas por parte de la Junta, no tenemos ninguna otra inversión a la vista, ni en materia viaria, ni ferroviaria ni aeroportuaria», argumenta el presidente de la CEM, que remacha: «A lo mejor este problema no lo tienen en Cataluña o en el País Vasco, pero en Málaga y en Andalucía sí lo tenemos».
José Carlos Escribano coincide en que la falta de presupuestos durante tres años seguidos «provoca que se paralicen inversiones en los territorios». «Los presupuestos son la hoja de ruta de un gobierno y su falta paraliza la economía. Que no haya presupuestos es una incongruencia y una falta de responsabilidad», afirma.
El decano del Colegio de Economistas incide: «La falta de infraestructuras ya nos está pasando factura. Es fundamental la interconexión de las dos costas y también con el interior de Málaga: hay vida más allá de Casabermeja. María Zambrano se nos ha quedado pequeña y la red ferroviaria no está bien mantenida; tampoco los trenes. Todas estas carencias pueden ralentizar el crecimiento».
«Se está empezando a poner en duda la puesta en marcha de proyectos si no se resuelve la capacidad energética de la provincia»
José Carlos Escribano, presidente de la Cámara de Comercio
Riesgo de «colapso energético»
Tan cruciales como las infraestructuras de hormigón y cemento son las energéticas. «Se está empezando a poner en duda la puesta en marcha de proyectos si no se resuelve la capacidad energética de la provincia. No hay seguridad para los proyectos a medio o largo plazo. Hay que resolver esta cuestión lo antes posible; es una demanda prioritaria, puesto que incluso los proyectos denominados como estratégicos por parte de la Junta de Andalucía pueden estar en cuestión», advierte el presidente de la Cámara de Comercio, que habla de «riesgo de colapso energético».
«Málaga tiene el 92% de sus nodos eléctricos ya saturados. Hay proyectos empresariales que están ya muy condicionados por falta de conexión eléctrica. La paradoja es que Andalucía es la gran productora de energía renovable pero no tenemos cómo evacuarla porque Red Eléctrica no hace planificación de redes suficientes para poder crear nuevas estaciones o subestaciones», afirma González de Lara, que habla del riesgo de «un apagón en materia de inversiones, como consecuencia de que no tenemos la capacidad eléctrica suficiente. Y de nuevo, es un problema de que no se invierte», acota.
La falta de inversiones en infraestructuras hídricas es igualmente peligrosa para el futuro de la provincia, en su opinión. «Hay que reconocer que desde el gobierno autónomico se han hecho esfuerzos sin tener competencias plenas en materia hídrica. Se han intentado poner medidas paliativas con unos recursos limitados, pero al menos hay voluntad. Falta, de nuevo, la inversión del Estado», apunta.
«La falta de infraestructuras ya nos está pasando factura. Es fundamental la interconexión de las dos costas y también con el interior de Málaga»
Manuel Méndez
Decano del Colegio de Economistas de Málaga
Nuevo ciclo en Málaga capital
Los empresarios creen que la capital malagueña necesita específicamente «un nuevo impulso». «Estamos acabando un ciclo de esplendor: dos décadas en las que la capital se ha impulsado y ha tenido una brillante transformación, con mucho mérito de un gran alcalde y también con mucha ayuda de la inversión privada. No perdamos el pulso, no nos quedemos en la complacencia y en la foto fija. Sigamos planteándonos qué tenemos que cambiar», pide el presidente de la CEM. Y esa reflexión, añade, tiene que ir inevitablemente «hacia el modelo de ciudad metropolitana», apunta su homólogo en la Cámara de Comercio.
«Málaga tiene problemas serios de movilidad, tiene una carestía de vivienda, tiene una lentitud en la tramitación de obras y proyectos de la que se quejan los promotores y el Colegio de Arquitectos. Y hay una serie de proyectos pendientes desde hace muchos años que no terminan de arrancar: el Auditorio, el Plan Litoral, el Guadalmedina, la ampliación del Palacio de Ferias…», enumera González de Lara.
El presidente de la patronal pide a la clase política «alzar la mirada y salir del cortoplacismo» para sentarse a planificar el futuro de Málaga «entre todas las administraciones y junto a la sociedad civil». «Desgraciadamente estos tiempos de crispación que nos han tocado dificultan conciliar intereses y ponerse de acuerdo», concluye.
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