Una ingeniera de Madrid se ofrece a acoger a los caballos para que no sean sacrificados
Mantendría a los animales en su centro ecuestre privado para garantizarles una buena vida sin que tuvieran que trabajar
Tania Pamies es una enamorada de los caballos. Aunque su profesión no tiene nada que ver con ellos -es doctora ingeniera de caminos- la simple ... posibilidad de verlos sufrir le remueve por dentro. Por ello no ha dudado en ofrecerse para acoger a los caballos que ahora no podrán trabajar en Málaga y cuyo destino fuera a ser el matadero.
Tras leer que el Ayuntamiento de Málaga ha revocado las 25 licencias de coches de caballo que quedaban activas y que algunos de los cocheros insinúan que podrían ser sacrificados, Tania ha contactado con SUR para ofrecer sus instalaciones: «Que me los cedan y yo les doy la buena vida que se merecen», asegura. Incluso añade: «Yo voy a recogerlos si hace falta, pero que no terminen en el matadero». Los interesados pueden ponerse en contacto con ella a través de su perfil de Instagram 'lasencinasdejimena'.
Esta voluntaria madrileña, que vive en el municipio de Valdemorillo, cuenta con un centro ecuestre privado con boxes, paddocks y una pista para ellos, por lo que podría cuidarlos sin problemas. En la actualidad tiene a una yegua que utiliza para montar y a otro caballo ya mayor que cuida y mantiene. «Tengo debilidad por ellos», sentencia.
Asegura que no sería para usarlos comercialmente ni para dar clases, sino para que vivan una buena vida en libertad. «Llevo con caballos toda la vida y estoy acostumbrada a ver a muchas personas que cuando dejan de obtener beneficios por ellos los mata», lamenta.
Asegura que los caballos «son seres maravillosos» y que después de haber llevado una vida tan dura «merecen un lugar en el que descansar y pasar el tiempo que les quede». Ella se haría cargo de todo el mantenimiento, la alimentación y los cuidados. «Lo mínimo que pueden hacer (sus dueños) es agradecer al caballo todo lo que les ha dado durante tantos años y buscarles una salida ética», añade.
Sobre la medida aprobada en Málaga dice que le parece muy bien, aunque cree que no es suficiente con la prohibición sino que es igual de importante asegurarse de que los caballos tienen un buen fin. «Si les ves las patitas las tienen inflamadas porque tienen artrosis de lo que han trabajado; es hora de que encuentren una buena vida».
Animales «muy delicados»
Respecto a la posibilidad que comentan muchas personas de que lo ideal sería dejarlos en el bosque, Tania asegura que algo así no es posible porque al ser animales domesticados se morirían sin encontrar comida. Explica que «son muy delicados, necesitan comer en su horario y su forraje: a no ser que se hayan criado en libertad».
El ofrecimiento de Tania se produce apenas dos días después de que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, anunciara el final de los coches de caballo como actividad turística en la ciudad tras indemnizarles con más de cuatro millones de euros. El problema es que algunos de los titulares de las licencias han asegurado que no ven viable su mantenimiento y que algunos de ellos podrían ser sacrificados.
Tras este primer anuncio, el regidor insistió ayer en la necesidad de tomar esta decisión porque «la imagen de esos animales trabajando así provoca un cierto rechazo por parte de la población local y también la de fuera» y consideró que »hay alternativas más interesantes, más civilizada, que llevarlos al sacrificio para carne«.
Bienestar vecinal
Los que también han aplaudido la prohibición de los coches de caballo han sido los vecinos del Centro Histórico. La Asociación de Vecinos del Centro Antiguo de Málaga consideran que la medida es «positiva y alineada con el respeto al bienestar animal«.
No obstante, han querido poner de manifiesto que los vecinos del barrio Centro Histórico «seguimos sufriendo condiciones que afectan gravemente nuestra calidad de vida: ruido excesivo, inseguridad y problemas derivados de la concentración de discotecas en la zona«.
En esta línea han instado al Ayuntamiento a continuar en esta senda de protección, esta vez hacia los ciudadanos, cumpliendo con el PGOU de 1997, que establece la incompatibilidad de discotecas en zona residencial y, respetando la moción aprobada por el pleno municipal —con el apoyo de todos los grupos excepto el Partido Popular— para trasladar estos establecimientos donde no se moleste a la vecindad.
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