EE UU dice que la paz en Ucrania depende de resolver el futuro del Donbás y la central de Zaporiyia
El enviado de Trump a Kiev, Keith Kellogg, ve el acuerdo «muy cerca» mientras el Kremlin exige cambios radicales en algunas propuestas
Después de tres días consecutivos de negociaciones entre ucranianos y estadounidenses en Miami, y a la espera de la reunión que Volodímir Zelenski mantendrá este ... lunes con los líderes del E3 (Francia, Alemania y el Reino Unido) en Londres, EE UU se muestra optimista sobre el fin de la invasión rusa. El acuerdo está «muy, muy cerca», vaticinó el domingo el enviado de Donald Trump a Kiev, Keith Kellogg, quien en enero dejará el cargo. El general retirado redujo los obstáculos para la firma de la paz principalmente a dos cuestiones: el control de la región del Donbás, en el este del país, y el futuro de la central nuclear de Zaporiyia. «Si se resuelven esos asuntos, el resto de cosas se solucionarían bastante bien», comentó durante el Foro de Defensa Nacional en California.
Los temas que, según Kellogg, impiden por ahora el acuerdo de paz no son dos escollos cualquiera. La planta de Zaporiyia –en manos rusas prácticamente desde el inicio de la guerra– es la instalación nuclear más grande de Europa, mientras que el Donbás –la región que abarca Donetsk y Lugansk– es uno de los rincones en disputa antes incluso del conflicto que comenzó en febrero de 2022. Para Ucrania supone un buen pedazo de su mapa y la defensa de su integridad territorial, y sin esta zona perdería, además, el control de una parte de la frontera con Rusia y una provincia industrial rica en carbón. Y para el Kremlin significa extender su dominio hacia el Oeste más allá de sus límites actuales y establecer una especie de tapón que salvaguarde su centro.
El propio Kellogg reconoció que no se trata de dos obstáculos sencillos. «Si uno es una persona militar (...) sabe que los últimos diez metros hasta llegar al objetivo son siempre los más difíciles. Es donde están las fricciones. Creo que estamos en los últimos diez metros a la hora de intentar poner fin a este conflicto», explicó el enviado de Trump a Ucrania. El general, que sirvió en su momento en Vietnam o Irak, entre otros destinos, se atrevió a poner cifras a las víctimas de esta guerra, algo que ni Kiev ni Moscú acostumbran a hacer: dos millones de bajas –muertos y heridos– entre ambos bandos.
El Kremlin pide cambios
El mensaje esperanzador de Kellogg sobre el cercano fin de la invasión de la exrepública soviética, sin embargo, choca con la lectura que realizan desde el Kremlin sobre las conversaciones de paz. Yuri Ushakov, el principal asesor de política exterior que tiene Vladímir Putin, advirtió que EE UU tendría que «hacer cambios serios, diría radicales, en sus documentos» si quiere que haya alguna opción de acuerdo. No detalló a qué cuestiones se refería aunque los «problemas territoriales» centraron buena parte de la reunión de cinco horas que mantuvieron la pasada semana los enviados de Trump Steve Witkoff y Jared Kushner, yerno del magnate, con el presidente ruso en Moscú. Un diálogo, dijo el consejero diplomático, que resultó «amistoso».
I’ve just had a long and substantive phone call with @SteveWitkoff and @jaredkushner, alongside Andrii Hnatov and @rustem_umerov. I am grateful for a very focused, constructive discussion.
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) December 6, 2025
We covered many aspects and went through key points that could ensure an end to the… pic.twitter.com/ZOVhJZJRbW
También el presidente ucraniano afirmó haber tenido una charla telefónica «larga y sustanciosa» con Witkoff y Kushner durante el fin de semana. «Abordamos diversos aspectos y repasamos puntos clave que podrían garantizar el fin del derramamiento de sangre y eliminar la amenaza de una nueva invasión rusa a gran escala, así como el riesgo de que Rusia incumpla sus promesas, como ha sucedido repetidamente en el pasado», lanzó Zelenski desde la red social X. El lunes tendrá la oportunidad de compartir esas impresiones con el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz, en Londres, muy críticos todos ellos en los últimos días sobre la actitud de EE UU y una posible «traición» a Kiev.
Donald Trump Jr., hijo del presidente estadounidense, sugirió el domingo en el Foro de Doha que su padre podría poner fin al esfuerzo bélico en Ucrania y recordó que en su vuelta a la Casa Blanca prometió que EE UU dejaría de ser «el idiota de la chequera». En su intervención no ahorró críticas directas a Zelenski, a quien acusó de prolongar la guerra porque sabe que no ganaría unas elecciones, y aseguró que la exrepública soviética es mucho más corrupta que Rusia.
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