«Nos han estado mareando; nos sentimos engañados»
Los alumnos de primer curso de La Cónsula creen que su formación no podrá mantener la calidad si acortan el curso o pierden las prácticas
Amanda Salazar
Jueves, 2 de octubre 2014, 13:49
Una treintena de alumnos de primer curso de La Cónsula se concentraron ayer a las puertas del Edificio Negro al mismo tiempo que tenía lugar ... la reunión del consejo rector de la escuela consorcio. Francisco Muñoz, portavoz de los estudiantes, aseguró que la Consejería de Educación aún no les ha dado una explicación oficial sobre el retraso de las clases, y lamenta que hayan tenido que enterarse de que el curso empezará el día 7 de enero por la prensa. «Nos han estado mareando; la delegada de Educación, Patricia Alba, nos aseguró que las clases empezarían en noviembre, y ahora ya hablan de enero, nos sentimos engañados», explica.
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Así, Muñoz señala que los alumnos aún no saben cuánto durará el curso si empieza a principios de año o si podrán realizar las prácticas que están recogidas dentro de su formación y que, según dicen, es precisamente lo que da tanto prestigio a La Cónsula. «Muchos compañeros han tardado años en poder entrar en la escuela, pero lo han seguido intentando porque es una de las mejores escuelas de hostelería del país; si le quitas la parte práctica o comprimes toda la formación que antes se daba en nueve meses en menos tiempo, esa formación va a perder calidad», afirma. Sobre este tema, Alba explicó que la Delegación estudiará la mejor fórmula para que los estudiantes puedan optar a trabajar en empresas del sector en la temporada alta turística. Sin embargo, fuentes de la escuela indicaron a SUR que todavía no han empezado a tramitar estas prácticas, ya que no saben si la formación finalizará a tiempo para el verano. Según explicaron las mismas fuentes, los alumnos de primer curso realizaban habitualmente estas prácticas en el mes de junio.
Otro alumno afectado, Rafael Rodríguez, también apunta a que toda esta situación puede afectar a la calidad de la enseñanza. Y recuerda que muchos estudiantes han renunciado a ofertas laborales e incluso se están costeando un alquiler para poder formarse en la Cónsula. El suyo es un buen ejemplo. Este joven, se ha trasladado a Madrid expresamente para estudiar el curso de sala en La Cónsula. «Es el segundo año que lo intento, y justo cuando me seleccionan y me traslado a Churriana para empezar el curso, pasa todo esto», explica. «Me siento atrapado por las decisiones de los políticos», indica. El de Beatriz González es un caso similar. Se trasladó hace unos meses a Málaga desde Córdoba cuando supo que había sido seleccionada. Encontró en verano un trabajo de teleoperadora y rechazó una ampliación del contrato porque iba a empezar las clases.
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