El Unicaja supera a un combativo Murcia en un partido interminable

Si vieron las semifinales de la pasada temporada es como si los dos equipos hubiesen estado jugando el mismo partido desde entonces. El Murcia se colocó en zona desde el salto inicial y ese fue su planteamiento durante casi todo el choque. El conjunto visitante trataba de protegerse del ataque cajista y generarle el máximo de dudas. El 10-2 de salida hizo pensar que los de Ibon Navarro sorteaban sin problemas la trampa de su rival. Kalinoski castigaba a un Ennis renqueante y el Carpena se divertía. El escenario cambió cuando el UCAM empezó a anotar de tres. El de Sito Alonso es el peor equipo de la Liga en los lanzamientos desde la larga distancia, pero anotó tres triples seguidos para empatar el partido a 13. El primer cuarto acabó con 17-13 con el Unicaja sin poder correr y dudando ante esa zona que se tanto se le atraganta.

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Los papeles se cambiaron por completo en los siguientes diez minutos. Nadie esperaba al Murcia anotando casi todos los triples que intentaba, pero es lo que sucedió. Radovic consiguió tres en un suspiro (19-23) dentro de un parcial de 2-10 que obligó a Ibon Navarro a parar el encuentro. El planteamiento del rival se fortalecía con las dudas locales. El Unicaja cometía el error de precipitarse en los lanzamientos y regalaba balones que eran oxígeno para su rival. Apareció el talento de Taylor para sostener a su equipo y un par de pérdidas del Murcia ayudaron a salir del aprieto (30-28), pero llegaron más triples visitantes, esta vez de un Kaiser Gates visiblemente cojo. El Unicaja perdía ahora de seis sin terminar de interpretar cómo atacar la defensa rival. Por suerte, dos triples de Perry y Osetkowski devolvieron la igualdad al descanso.

Con 20 minutos por delante, la duda estaba en comprobar si el UCAM sería capaz de mantener su impresionante acierto desde el 6,75 (7-18) y de si al Unicaja se le aclaraban las ideas en ataque. Pues los visitantes respondieron a la primera pregunta con tres triples nada más comenzar el tercer cuarto, en el que el Unicaja seguía visiblemente incómodo (41-46, minuto 23). El UCAM trataba de que Alberto Díaz fuese el que se jugase los triples en el Unicaja. Lo flotaban de forma descarada. El malagueño falló el primero, pero luego anotó dos más para igualar el partido a 53 después de un intercambio de golpes literal, porque el partido se endureció mucho... Ahí salió ganador el Unicaja, que castigó los fallos de su rival y con cinco puntos seguidos de Perry cerró por delante un intenso tercer cuarto (61-57).

Era el momento del equipo malagueño, que dio un notable paso adelante en defensa para escaparse definitivamente en el marcador. Tres triples seguidos del base estadounidense, Tillie y Kalinoski abrieron una brecha considerable. Casi por primera vez en todo el partido el Unicaja podía correr y lo mejor es que lo aprovechaba. La renta alcanzó los 14 puntos (72-58) y aunque quedaba un mundo, las sensaciones eran mucho mejores. El Murcia se agarró como pudo al partido con los tiros libres y ahí encontró un filón, especialmente cuando Alberto Díaz fue descalificado por protestar y hacerle un gesto a los árbitros. Ahí llegaron cuatro lanzamientos dese la personal. El equipo malagueño se había ido del partido y Gates empató con un triple inverosímil (76-76, minuto 37). La tensión era máxima y ya no hubo dos jugadas seguidas. Las continuas revisiones de unos árbitros inseguros estropearon un partido de gran intensidad. Tillie en esos instantes de locura, especialmente con tapón a Hakanson a falta de treinta segundos que habría supuesto el empate. Con 84-82 en el marcador, Carter falló un triple. Quedaban 20 segundos y el Murcia tuvo la posesión para ganar o forzar la prórroga. El triple de Ennis se salió, pero Kurucs palmeó para empatar. Quedaba 1,4 y el lanzamiento posterior de Osetkowski fue malo.

El Unicaja ejecutó tres sistemas perfectos en el tiempo extra para lograr un parcial de 7-0 y colocarse 91-84. Acto seguido Kalinoski anotó de tres y esa canasta liquidó un partido interminable. No se rindió todavía el UCAM que siguió apretando, con más corazón que ideas, porque Carter y Pérez se adueñaron con su físico de los instantes finales.