'Caso niño pintor': la policía investiga más de 700 identidades
Los agentes de la unidad adscrita revisan con las nuevas bases de datos todos los nombres que han aparecido en un momento u otro relacionados con la desaparición de David Guerrero
Han pasado más de tres décadas y en la barriada 25 Años de Paz, en Huelin, hay una madre que sigue esperando noticias de su hijo. Antonia Guevara se despidió de él desde la ventana de la cocina la tarde del 6 de abril de 1987. Esa noche hizo la cena esperando que su marido, que debía recogerlo al salir del trabajo, lo trajera de vuelta a casa, como cualquier otro día. Pero cuando el padre fue a buscarlo a las clases de pintura, el menor, que entonces tenía 13 años, no estaba allí.
Aquel día, David Guerrero Guevara tenía que haber cogido un autobús de línea en Huelin. Se debería haber bajado en Muelle Heredia para ir a la calle Duquesa de Parcent, donde lo esperaba el periodista Paco Fadón para hacerle una entrevista por el cuadro del Cristo de la Buena Muerte, que aquellos días exponía en la galería La Maison. De ahí tendría que haber ido a sus clases de pintura en la calle Granada, en una academia situada en la peña El Cenachero, donde su padre iría a recogerlo.
Ese, al menos, era el plan.
En todo este tiempo, por el sumario de David Guerrero han pasado multitud de nombres, desde testigos -amigos, profesores, artistas, incluso videntes- y sospechosos hasta cualquier otra persona que, en un momento determinado, y aunque pudiera parecer de forma periférica o tangencial, apareciera relacionada con el asunto. La Policía Nacional ha elaborado un listado con más de 700 identidades que conforman un gran mapa del caso y que los agentes han decidido volver a estudiar a la luz de las técnicas actuales de investigación tanto científicas como tecnológicas.
En síntesis, lo que se está haciendo es investigar cada uno de esos nombres que en un momento u otro han estado vinculados al caso utilizando los nuevos recursos disponibles, como por ejemplo, las bases de datos policiales o los estudios fisonómicos. Se trata de indagar en cada una de esas personas y triangular la información por si surge alguna relación interesante que años antes, y sin estos medios, se hubiera pasado por alto.
Ese ha sido el caso, por ejemplo, de la línea de investigación reabierta sobre Rudolf Eschmann, más conocido como 'el suizo', un turista a quien una camarera de pisos, y su aparente parecido con una caricatura dibujada por el menor antes de su desaparición, convirtieron en el sospechoso número uno. Un estudio fisonómico de la policía ha descartado que David, cuando hizo aquella caricatura, pretendiera dibujar al suizo, lo que desmonta la principal y prácticamente única pista oficial.
Ese estudio, en el que se ha analizado toda la obra pictórica del menor para examinar su trazo y compararlo con la caricatura, figura entre las nuevas diligencias practicadas en la investigación actual, reactivada en 2019 a cargo de la Unidad de Policía Judicial adscrita a la Ciudad de la Justicia, en lugar del Grupo de Homicidios, que fue el que históricamente llevó el caso. Es decir, el expediente no sólo cambió de manos, sino hasta de edificio, ya que salió de la Comisaría Provincial.
El primer paso de los agentes fue reconstruir el sumario, repartido entre legajos policiales y judiciales, y tomar declaración a familiares, testigos e incluso a los investigadores, ya jubilados, que llevaron el caso en sus inicios. En total, según ha podido saber este periódico, han tomado ya más de 100 nuevas testificales que se han incorporado al expediente policial.
Paralelamente, se han ido comprobando las nuevas informaciones recibidas en el grupo de investigación, algunas de ellas procedentes de llamadas de teléfono o mensajes difundidos a través de redes sociales o medios de comunicación. Hace un par de años, por ejemplo, llegó una pista sobre un supuesto grupo de pedófilos que hace años frecuentaba la zona del Llano de Doña Trinidad, en la zona de El Perchel.
En esa información que llegó a la unidad adscrita se mencionaban tres nombres y se hablaba del tal Gervasio –el mismo que indicaba uno de los anónimos enviado a la familia y a la comisaría, al que se vinculaba a la peña El Cenachero–, llegando a decir que estos individuos, los supuestos pedófilos del Llano de Doña Trinidad, se «recochineaban» de que Gervasio estuvo implicado en lo que le sucedió a David.
En estos meses, los investigadores han identificado plenamente a esos tres hombres, todos por encima de los 60 años, con las que han llegado incluso a entrevistarse personalmente. Unos se mostraron más colaboradores que otros, pero los agentes alcanzaron una conclusión clara: los tres habían tenido relación entre sí. Y a uno de ellos, además, le constaba una reseña policial por corrupción de menores, si bien fue absuelto en el juicio porque, al parecer, las supuestas víctimas se retractaron de su versión inicial.
Todos negaron haber conocido al tal Gervasio ni saber absolutamente nada de la desaparición del 'niño pintor', aunque el único de los tres que tiene antecedentes reconoció a los agentes que, cuando se le detuvo por corrupción de menores, en el año 1993, la policía llegó a preguntarle si sabía algo de lo que le pudo suceder a David Guerrero, que para entonces llevaba ya seis años en paradero desconocido.
Los investigadores también localizaron al informante y, cuando se entrevistaron con él, comprobaron que su testimonio estaba salpicado de incoherencias e incongruencias, pese a que la información inicial que aportó sí podía tener cierta base real, a tenor de los antecedentes policiales de uno de los entrevistados. En cambio, cuando se sentaron a hablar con él, su versión varió respecto a Gervasio, que a día de hoy sigue sin ser identificado.
Aunque sin poder descartarla por completo, los agentes de la unidad adscrita a los juzgados aparcaron esta vía de investigación, ya que no han encontrado indicio alguno que relacione a estas personas con la desaparición del 'niño pintor'.
Al igual que esta información, los policías que llevan el caso chequean cada nueva detención o investigación que tenga que ver con menores víctimas de abusos o de cualquier otro delito cuyos autores o sospechosos puedan encajar generacionalmente con la época en que desapareció David Guerrero.
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