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Incendio Málaga

La lucha contra el fuego continúa con mejores condiciones tras disolverse la nube de ceniza

Los primeros medios aéreos ya se han incorporado a las labores de extinción. 41 aeronaves están movilizadas para combatir el incendio que está afectando Sierra Bermeja

Juan Cano

Málaga

Sábado, 11 de septiembre 2021, 02:00

El gran incendio de Sierra Bermeja cumplió anoche su tercer día fuera de control. En 72 horas, ha arrasado más de 5.000 hectáreas de superficie y se extiende ya por un perímetro de 41 kilómetros. Mantiene fuera de sus casas a un millar de familias y se ha cobrado la vida de Carlos Martínez Haro, un bombero forestal de 44 años. Pero ayer demostró que su capacidad de devastación no sólo está pegada al terreno. Ha sido una noche de arduo trabajo de los equipos de extinción que incluso han recorrido el incendio esta noche con un dron para tareas de seguimiento. Sin embargo, las condiciones esta noche «han sido más favorables», según ha informado la cuenta oficial del Servicio de Extinción de Incendios Forestales de Andalucía (Infoca) este sábado a primera hora. «Se ha trabajado en su flanco derecho, determinando e interviniendo ya en varias zonas de oportunidad». Los primeros medios aéreos ya se han incorporado esta jornada de sábado a las labores de extinción y un total de 41 aeronaves están movilizadas para combatir el incendio que está afectando Sierra Bermeja. La meteorología ha mejorado notablemente, lo que facilita los trabajos, aunque ayer ya advirtieron desde el Infoca que se espera viento fuerte también a partir del mediodía.

Además, pasada la medianoche el 112 informó de un nuevo desalojo por precaución: 40 personas de 11 viviendas en la zona de los Quiñones, al sur de Cuesta de Ronda en Estepona. El motivo fue la caída de pavesas -pequeñas partículas inflamadas que terminan siendo cenizas- provocadas por el fuego.

Y es que ayer, una nube de ceniza creada por el propio fuego amenazó con descargar una lluvia de material incandescente sobre la zona, lo que obligó al Infoca a replegarse y a confinar a los habitantes de Jubrique y Genalguacil.

La orden partió del propio mando del Infoca. Minutos antes de las 17.00 horas, el servicio de emergencias 112-Andalucía informó de que los vecinos de ambos municipios debían permanecer dentro de sus casas y que se recomendaba cerrar puertas y ventanas para impedir la entrada del humo y evitar los desplazamientos en coche. Paralelamente, los responsables del dispositivo de extinción ordenaron la retirada de los más de 200 efectivos del Infoca y bomberos del Consorcio Provincial que en esos momentos trataban de combatir sobre el terreno las llamas, que han alcanzado alturas de 14 metros.

La noticia sembró el pánico entre la población y empezaron a circular mensajes por WhatsApp y redes sociales sobre el riesgo de una explosión. El motivo no era la proximidad del fuego, sino un pirocúmulo, que es un embolsamiento de humo y cenizas alimentado por la chimenea del incendio. El peligro, como ocurriera en Pedrógão Grande (Portugal) en 2017, donde murieron 64 personas, era que todo ese material incandescente lloviera sobre la zona afectada. Además del riesgo para las personas, esa descarga entrañaba otro peligro potencial: que las pavesas extendieran y ampliaran el fuego a otros parajes cercanos.

El pirocúmulo, el segundo que se formaba sobre Sierra Bermeja (el jueves hubo otro, pero se disolvió más rápido), mantuvo en vilo a la población toda la tarde y dejó el fuego avanzar a sus anchas, sólo mermado por las descargas de los medios aéreos, que no dejaron de trabajar. A las siete de la tarde, el subdirector del Centro Operativo Regional del Infoca, Alejandro García, anunció un desenlace inminente: «O se desploma o se disuelve». Esta vez, al menos, salió cara. Dos horas más tarde, el Infoca anunciaba que el pirocúmulo empezaba a disiparse. La Junta levantó el confinamiento de Genalguacil y Jubrique y los bomberos del Infoca volvieron anoche mismo a combatir el fuego en primera línea. Lo que sí se mantuvo fue el desalojo preventivo de las 1.014 personas que han tenido que abandonar sus casas.

El incendio ha alcanzado el grado E, el máximo que se contempla en el plan Infoca, y es -junto al gran incendio de la Costa del Sol de 2012- el más grave de la última década en la provincia. Y es, además, de sexta generación. Una nueva modalidad que se caracteriza, entre otras cosas, por crear corrientes convectivas (movimiento vertical del aire) que lo autopropulsan, independientemente del viento e incuso del combustible que haya en la zona. Es una máquina perfecta de destrucción.

El subdirector del Centro Operativo Regional del Infoca lo describió ayer de un modo muy gráfico: «A este tipo de incendios los llamamos de comportamiento hambriento porque son extremadamente voraces. Es un monstruo hambriento y lo que pretendemos hacer es confinarlo, encerrarlo dentro de unas líneas de control, para después abartirlo. Lo que estamos haciendo es acompañarlo para que no entre en las zonas donde sabemos que se multiplicaría». El mando del Infoca recordó que se estaban enfrentando a él con unas condiciones meteorológicas «malas». El poniente volvió a soplar ayer por la tarde, con rachas de hasta 40 kilómetros por ahora, como confirmó a SUR el director del Centro Meteorológico de Aemet en Málaga, José María Sánchez-Laulhé. A partir de las 22.00 horas, empezó a remitir para, previsiblemente, dejar paso hoy a una brisa de levante, que supondría un alivio en las tareas de extinción.

El incendio pasó ayer por la mañana del nivel 1 al 2, lo que implica una coordinación regional de medios y la posibilidad de solicitar apoyo estatal -la Unidad Militar de Emergencias (UME) se activará en caso de ser necesaria- y de otras comunidades autónomas. Tras la declaración del nivel 2, se decidió reforzar el operativo con dos 'focas' (hidroaviones) más del Estado a los cuatro que ya están en el operativo desde el jueves y un helicóptero adicional. Además, se ha solicitado ya dos brigadas de extinción del Estado con 11 efectivos cada uno y otro helicóptero. En total cinco medios aéreos más y 22 efectivos para el refuerzo para lograr vencer a las llamas. En Sierra Bermeja trabajan ya, sin descanso, 510 profesionales para acabar con el fuego.

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