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Ante las dudas, toda una lección de casta y calidad del Málaga (3-0)
Con nueve bajas, el equipo creció a partir de una presión extenuante y sus rápidas transiciones liderado por un superlativo Chupete, en una actuación solidaria que borra al líder invicto de Segunda, el Deportivo
Málaga
Alfonso Herrero; Rafita (Gabilondo, m.71), Murillo, Galilea, Dani Sánchez; Juanpe (Dotor, m.71), Dani Lorenzo, Rafa (Brasanac, m.60); Larrubia, Chupete (Jauregi, m.86) y Joaquín (Lobete, m.60).
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Deportivo
Germán Parreño; Loureiro, Barcia, Arnau Comas, Escudero (Rubén López, m.56); Gragera (Patiño, m.67), Villares (Stoichkov, m.46); Luismi Cruz (Mulattieri, m.67), Mario Soriano (José Ángel, m.72), Yeremay, y Zakaria.
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Goles: 1-0, m. 9: Chupete, tras recortar a Escudero, tras un centro desde la izquierda de Joaquín, que se fue de Loureiro. 2-0, m. 33: Chupete, que recuperó un balón yendo al choque ante Comas, recibe en profundidad de Rafa y define de primeras ante Germán sobre su salida. 3-0, m. 50: Rafa, define de tiro cruzado tras un pase espectacular de tacón de Chupete.
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Árbitro: Muñiz Muñoz (Colegio Aragonés), con Ávalos Barrera (catalán) en el VAR. Tarjeta amarilla a Chupete, Loureiro, Barcia y Rubén López.
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Campo: 25.514 espectadores en La Rosaleda. Saque de honor de la patinadora malagueña Natalia Baldizzone.
Así es el fútbol, rompequinielas, imprevisible, difícil de analizar. Aparte de invitar más veces al palco de La Rosaleda a Huijsen, seguramente muchos de los ... que lean estas líneas apenas daban un duro por el Málaga ante el único equipo invicto del fútbol profesional español. Con nueve bajas y la desconfianza que generan cuatro derrotas seguidas, costaba creérselo. Hay quien piensa que en los escenarios más difíciles el débil se crece. El caso es que vimos a un Málaga espectacular, con un derroche de casta y acompañado de acierto en la zona de tres cuartos, a lomos de un Chupete superlativo, secundado por Rafa, Joaquín y un trabajo estajanovista del resto. Un Málaga que tuvo hasta cinco 'boquerones' titulares, que todo hay que decirlo.
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Dejaron claro que Sergio Pellicer no se va de este equipo (aquí nadie 'hace la cama') y que el margen de crecimiento de este equipo es enorme (también el de algunas de sus individualidades) a poco que se vayan recuperando bajas (ya está asegurado en Butarque el regreso de Montero e Izan Merino). Y la afición acabó el partido haciendo la ola. Ver para creer.
El Málaga ya se imponía al Granada por 2-0 con doblete de Chupete a los 20 minutos de partido. Esta vez tardó 33, pero en esta ocasión el equipo pudo sostener la ventaja, de lo que no fue capaz en el derbi, en el que estuvo cerca de dormir líder de la categoría antes de precipitarse en una racha de derrotas que le introdujo en la zona de descenso. Ahora ya asoma la cabeza fuera.
El cuadro de Martiricos, que salió con la gran novedad del filial Rafita en el lateral derecho (desconfianza en Gabilondo y necesidad de que Murillo actuara de central), demostró de salida tener la lección muy aprendida sobre cómo hacer daño al líder, con una presión alta, atacándole de forma frontal e impidiendo su avance con un esfuerzo solidario y casi sobrehumano que ofreció muchos réditos. El equipo llegó en rápidas transiciones en situaciones de clara superioridad numérica en tres ocasiones antes del descanso, impreciso siempre, como en un cuatro contra dos en el que Joaquín apostó por Rafita sin resultado, en un golpeo muy largo de Rafa que podía haber generado un tres contra uno, o en un pase mal ejecutado de Dani Sánchez a Joaquín.
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Pero era tal el empeño del Málaga que no hubo que lamentarse de este tipo de errores, que se suelen ver poco en Primera, y menos entre los equipos grandes. Y es que no tardó mucho en llegar el 1-0, en un desborde de Joaquín (qué falta hizo su regreso) ante Loureiro, y el inteligente recorte casi de espaldas de Chupete a Escudero para definir casi a puerta vacía.
Se puede decir que el delantero cordobés también se fabricó el segundo gol al ir al choque con Arnau Comas, el rebote lo recogió Rafa para el pase medido al delantero, al que sólo le quedaba el recurso de definir de primeras sobre la salida de Germán Parreño, en su tercer tanto al 'Depor' (se desvirgó ante el cuadro coruñés).
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El Málaga no le perdía la cara al partido. Tuvo también el gol Larrubia, que cumplía cien partidos oficiales de blanquiazul, pero el partido era de ida y vuelta. Pese a sus 17 goles a favor y pocos en contra, quedaba claro que lo que mejor sabe hacer el Deportivo es atacar, y a fe que lo hizo. Alfonso Herrero, atizado de forma injusta por su mala salida en Santander (por una vez que maté a un gato...), se lució en el mano a mano ante Zakaria y después ante un trallazo esquinado de Loureiro y un cabezazo de Gragera. Y poco antes del descanso Soriano remató al larguero.
En el líder permutaban sus posiciones Yeremay (al que Antonio Hidalgo prefiere ver por dentro y al que, afortunadamente, no se vio inspirado), Soriano y Luismi Cruz, a la espalda de Zakaria. Y la variación de posiciones y la acumulación de piezas en una misma zona a balón parado traían un poco de cabeza al Málaga, para el que fue muy importante irse al vestuario con una renta amplia.
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Alfonso Herrero fue también decisivo con numerosas intervenciones inspiradas, y Pellicer sorprendió con Rafita comio titular
El guión en el segundo tiempo no cambiaba. Intentos infructuosos del Deportivo, paradones de Alfonso Herrero (ahora uno por bajo a Mario Sorian) y picotazos del Málaga, que no renunciaba al ataque. Sobrado de confianza Chupete dejó un taconazo de antología que se convirtió en una fenomenal asistencia para Rafa. Había que definir, pero de qué forma lo hizo el canterano, de golpe tenso por bajo y ajustado al palo largo.
Parecía que el tres a cero ponía ya una frontera definitiva en el marcador, aunque a renglón seguido hubo susto, con un gol anulado a instancias del VAR a Zakaria. Aunque el público podía pensar que las dudas del árbitro para conceder el gol estaban en un posible fuera de juego del marroquí, cuando fue a la pantalla quedó claro que se trataba de otro asunto, un codazo del atacante a Murillo en la porfía en el área.
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Con el duelo resuelto, los malaguistas sustituidos se dieron un baño de autoestima. No desentonaron Brasanac, Lobete, Dotor y Gabilondo, y todo seguía igual. Alfonso salvando goles, y el equipo punzante y sin dejar de llegar. Fue una noche para la reconciliación, que ha de imprimir un punto de inflexión. Sólo se llevan nueve jornadas y esto sólo puede ir a más.
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