La decisión de Juan Espadas de no optar a la reelección como secretario general del PSOE de Andalucía para allanar la llegada al puente de ... mando socialista en la comunidad de María Jesús Montero, actual vicepresidenta primera del Gobierno, ha sacudido al partido por el nuevo escenario abierto con este cambio y las consecuencias que tendrá en las provincias, especialmente en aquellas donde los liderazgos son cuestionados. Es el caso de Málaga, donde se abre un periodo de incertidumbre sobre qué va a pasar con Dani Pérez. Lo único en lo que coinciden las tres sensibilidades que conviven en el seno de la formación en la provincia es que toca esperar a que, en primer lugar, Montero presente su candidatura y, en las próximas semanas y cara al congreso a celebrar en Armilla (Granada) el 22 y 23 de febrero, conforme sus equipos y analice la situación de cada territorio y hasta dónde debe llegar el proceso de renovación.
En los últimos meses en Málaga se ha sucedido los movimientos, unos de carácter más visibles y otros más soterrados, críticos con Dani Pérez, quien a finales de 2021 llegó a la secretaría general del PSOE provincial con el aval de Juan Espadas, que en esas fechas pidió a todos los sectores del socialismo malagueño el respaldo para el portavoz municipal en el Ayuntamiento de la capital. Desde ese instante ambos se han apoyado mutua y recíprocamente, lo que transmitió la imagen de que sus futuros políticos estaban estrechamente ligados. Por ello, con la marcha de Espadas, algunos sectores ven que también es el momento de la salida de Pérez.
Sin embargo, desde el entorno del secretario general malagueño se sostiene que el adiós de Juan Espadas no supone que Dani Pérez quede debilitado. «Igual sale reforzado», recalcan fuentes consultadas. Para sustentar esta afirmación se esgrimen argumentos como que el malagueño ha sido leal hasta el final con el político sevillano quien, a su vez, ha dado un paso al lado para facilitar el relevo en Andalucía en consonancia con la dirección federal de Pedro Sánchez. «Dani ha estado donde tenía que estar», según recalcan las fuentes.
Los afines a Pérez esgrimen las buenas relaciones que mantiene con Sánchez y María Jesús Montero
Estas fuentes añaden, además, que Pérez mantiene unas buenas relaciones con Pedro Sánchez, que se han ido afianzando en los últimos años, y también con la propia María Jesús Montero. A este respecto recuerdan que el hoy secretario general provincial en sus tiempos como delegado de Salud su 'jefa' directa fue Montero como consejera de Salud de la Junta.
El análisis que se hace desde el resto de sectores del socialismo malagueños es diferente. Entre los críticos, cuya cabeza más visible es el parlamentario andaluz Josele Aguilar –que en los últimos meses se había distanciado de Espadas, de cuya ejecutiva forma parte y es viceportavoz–, se recalca que «la pulsión de cambio que se palpa en Málaga se va a imponer».
Situación electoral
Para ello, fuentes de este sector argumentan que «es difícil que haya un cambio en Andalucía y no en Málaga». En este sentido, añaden que es una de las provincias donde «peor» está el partido en términos electorales ya que el PSOE tiene su menor cuota de poder institucional en la historia y que además de una renovación de liderazgo se necesita un cambio de rumbo en la forma de dirigir a la formación. Junto a ello exponen que el apoyo «más firme» de Dani Pérez es Juan Espadas y éste ya no va a estar en la nueva etapa que abre el socialismo malagueño. «Sería bueno que Dani se plantease, como ha hecho Juan, dar ese paso al lado», expone una fuente consultada.
Por su parte, desde el grupo que en su día estaba aglutinado en torno a Susana Díaz y al exsecretario general provincial José Luis Ruiz Espejo, y que hoy forman parte de la dirección de Dani Pérez, fuentes consultadas consideran que Pérez fue «una apuesta personal» de Espadas por lo que ahora se queda «en una situación más débil». A ello agregan que a diferencia de provincias como Sevilla, donde hay un liderazgo consolidado en la figura de Javier Fernández, en Málaga no se da esa situación por lo que se abre el escenario para «plantear una renovación que genere más consenso».
«Sería bueno que Dani, se plantease, como ha hecho Juan, dar ese paso al lado», apunta una fuente
Una de las claves es encontrar el nombre que genere ese consenso para liderar el partido en Málaga y evitar una guerra abierta en la provincia. Hasta el momento y antes de conocerse la marcha de Espadas, el único que había manifestado su voluntad de presentarse al cargo de secretario general es Dani Pérez. Encima de la mesa, y sin descartar que pueda haber algún tapado, están también dos nombres que aparecen en las quinielas que se manejan internamente en el partido: el de Josele Aguilar y el del actual secretario de Organización de la ejecutiva provincial, José Bernal, integrante del grupo que en su día formaban los susanistas, aunque esa etiqueta ya ha sido superada.
Por el momento, ambos no se han pronunciado públicamente, aunque en el caso de Aguilar a nadie escapa en el partido que en estos meses atrás se ha estado moviendo por la provincia trabajando para que haya un cambio, ahora bien no está despejada la incógnita de si él va a ser quien lo protagonice o no. Por su parte, en el caso de Bernal su figura representa lo que se podría llamar el 'socialismo histórico malagueño' ya que de sus filas han salido los líderes del partido a lo largo de este siglo XXI cuando Marisa Bustinduy llegó a la secretaría general.
En este puzzle, que se irá completando a lo largo de las próximas semanas, una pieza a tener en cuenta es que además de la secretaría general de Málaga está en juego quién será el candidato a la Alcaldía de la capital en 2027. A día de hoy esos dos cargos están residenciados en la persona de Dani Pérez.
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