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María Jesús Montero y Juan Espadas, en una imagen de archivo. Sur
Política andaluza

Sánchez fulmina a Espadas y encarga a Montero recuperar Andalucía para el PSOE

El secretario general de los socialistas andaluces da un paso al lado tras aceptar la vicepresidenta el encargo de Ferraz

Miércoles, 8 de enero 2025, 00:24

Sólo faltaba que cayera la resistencia de María Jesús Montero a regresar a Andalucía y una vez vencido ese obstáculo la decisión ha sido comunicada. La número dos del Gobierno y de la dirección federal del PSOE será también la número uno del partido en Andalucía. Así lo ha decidido Pedro Sánchez y así se concretará a finales de febrero, cuando el PSOE-A celebre su XV congreso en la localidad granadina de Armilla.

Este martes se escenificó el primer paso del relevo en la dirección socialista andaluza. El todavía secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, comunicó que no presentará su candidatura para continuar al frente del partido y que apoyará a una opción a su juicio ganadora. «Solo una opción podía llevarme a cambiar de opinión, si esa opción se planteaba aquí está Juan Espadas para prestarle apoyo», dijo en clara referencia, aunque sin nombrarla, a la vicepresidenta primera del Gobierno, que anunciará este miércoles en Sevilla que se presentará para liderar el socialismo andaluz. El plazo para la formalización de candidaturas, que se abrió este martes, concluye el viernes.

El PSOE, a punto de cumplir siglo y medio de existencia, modificó desde que Pedro Sánchez se asentó en su dirección no solamente sus estatutos, sino también su cultura política. Años atrás, cuando los socialistas eran todavía todopoderosos en esta comunidad, resultaba impensable que la federación más importante del socialismo español estuviera pendiente de lo que se dijera desde Madrid para saber quién sería el secretario general del PSOE de Andalucía. Pero eso ha cambiado radicalmente y los socialistas andaluces llevan meses con las antenas sintonizadas en Ferraz a la espera de una señal.

Las señales acabaron llegando. La primera fue en el 41º Congreso Federal, celebrado en Sevilla, donde Espadas tuvo una oportunidad, posiblemente la última, de cambiar su destino. Su discurso de apertura del cónclave sólo provocó bostezos y al día siguiente, en el cierre, Pedro Sánchez se abstuvo de mencionarlo como la persona llamada a recuperar Andalucía para el socialismo. A partir de ahí, y a pesar de que el propio Espadas anunció ese mismo día que presentaría candidatura para continuar en el cargo, su suerte parecía echada. Sólo la demora en encontrar un candidato alternativo prolongó la agonía.

Operación trunca

Primero se barajó la posibilidad de encargar la misión a Juan Francisco Serrano, número dos de Santos Cerdán en la Secretaría General del PSOE, y se llegó a filtrar que la operación estaba hecha, pero el nombre de una persona que representaba el relevo generacional que no pocos socialistas reclaman pero sin apenas experiencia de gestión no despertó el entusiasmo que se esperaba. Ni siquiera en Jaén, donde su agrupación de procedencia no se decidió a pronunciarse abiertamente por esa opción, que nunca llegó a ser aprobada por Pedro Sánchez.

Con un ciclo completo de derrotas en las urnas -autonómicas, generales, municipales y europeas-, el PSOE-A en su mínimo histórico de poder territorial, un partido dividido y un horizonte electoral sombrío, Espadas tenía pocas posibilidades de continuar. Sin embargo, la ausencia de un candidato de consenso alternativo abocaba al partido a unas primarias a cara de perro, un escenario que nadie deseaba y que con la opción de Montero queda descartado.

La vicepresidenta irá a primarias, sí, pero lo hará frente a un adversario, Luis Ángel Hierro, que representa a un sector muy minoritario y que más que una contienda lo que garantiza es un paseo triunfal para la candidata designada por Sánchez, que tendrá también el apoyo de Espadas.

El aún secretario general convocó este martes a los medios para anunciar que no se presentaría para ser revalidado en el cargo. Lo hizo con críticas claras al sector liderado por Susana Díaz, del que dijo que más de tres años después de ser derrotado en las primarias todavía no ha asumido ese resultado. Espadas recordó que en su momento dejó la Alcaldía de Sevilla para optar a la dirección del partido con los objetivos de superar la confrontación interna, dejar atrás un proyecto personal que fracturó al partido (en otra referencia a Díaz) y de hacer la autocrítica entonces pendiente tras haber perdido la Junta de Andalucía en las elecciones de 2018 (nuevamente una referencia velada a la expresidenta).

Espacio electoral

Todos esos objetivos, aseguró, se alcanzaron, pero no el principal, el de frenar la pérdida del espacio político electoral. «Ese no lo conseguimos», dijo antes de asumir la responsabilidad.

Espadas aseguró que desde la noche electoral del 19 de junio de 2022, cuando el PP consiguió por primera vez la mayoría absoluta en Andalucía, nunca ha perdido la esperanza de que el PSOE recuperara la confianza de los andaluces. «Ni la he perdido, ni la pienso perder», aseguró para adelantar que el motivo de dar un paso al lado es el de apoyar un liderazgo con el que se pueda alcanzar ese objetivo. «Sólo una opción podía llevarme a cambiar de opinión», dijo en referencia a María Jesús Montero, a quien se abstuvo de citar a la espera de que sea ella misma quien anuncie su candidatura.

El aún secretario general se abstuvo de revelar cuándo tomó la decisión y si habló con Pedro Sánchez o con Montero. Tampoco dio detalles sobre su futuro personal y si mantendrá el acta de diputado en el Parlamento de Andalucía. «Si esto fuera de proyectos personales ustedes me seguirían viendo como alcalde de Sevilla», zanjó.

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