Colegios, asesorías, oficinas, inmobiliarias o tiendas de muebles: el impacto indirecto del boom tecnológico en Málaga
La eclosión del ecosistema 'tech' y la llegada de empresas y profesionales internacionales ejercen un efecto transformador en negocios de sectores tradicionales
¿Qué impacto ha tenido el boom tecnológico en la economía malagueña? ¿Se puede medir la riqueza y el empleo que han generado la apuesta ... de grandes empresas como Google o Vodafone por la ciudad, el éxito de empresas locales como Freepik o BeSoccer o la llegada de cientos de profesionales tecnológicos con alto poder adquisitivo? A falta de que alguna entidad de estudios se lance a resolver este desafío, lo que tenemos son indicios de ese impacto. Por ejemplo, se sabe que el Parque Tecnológico genera ya el 8% del PIB provincial. Que la capital malagueña tiene ya 20.000 trabajadores en actividades con alto componente de tecnología, cuando hace diez años eran menos de 9.000 (de hecho, es la gran ciudad española donde más ha crecido el empleo tecnológico). O que el número de empresas activas en la rama de informática y telecomunicaciones ha pasado de 634 a 1.081 (un 70% más) en esa década. Pero el efecto dinamizador de esta revolución tecnológica va más allá: también los sectores tradicionales de la economía malagueña se están beneficiando de la demanda de servicios y productos de empresas y profesionales 'tech'. Y no sólo eso, sino que por el camino se están transformando y modernizando.
Desde tiendas de mobiliario de oficina hasta asesorías, bufetes de abogados, oficinas y 'coworkings', agencias inmobiliarias, arquitectos e interioristas o colegios internacionales: el maná tecnológico alimenta a muy diferentes tipos de empresas en Málaga. Así lo expresa Miriem Diouri, socia fundadora de MDG Advisors, una firma local de servicios profesionales cuya clientela está formada en un 95% por empresas de capital extranjero: «Se habla mucho de las empresas tecnológicas y su desarrollo en Málaga, pero poco de los sectores subsidiarios que han crecido y se han adaptado y modernizado gracias al sector tecnológico. Es algo que hemos vivido en primera persona y que veo en muchas otras empresas tradicionales que han cambiado para adaptarse a la demanda de estas grandes empresas y profesionales que vienen de fuera».
Y es que la economía y la ciudad han cambiado mucho desde la pandemia. Hay toda una serie de nuevas necesidades que antiguamente no existían en Málaga: la fiebre de los 'coworking', por ejemplo, está directamente vinculada a la llegada de nómadas digitales y también a la escasez de oficinas adaptadas a los gustos de las empresas tecnológicas que se quieren instalar en la ciudad. La propia importancia que le dan este tipo de compañías a sus espacios de trabajo se ha contagiado a las empresas locales, lo que ha multiplicado la demanda de servicios de interiorismo y de muebles de alta gama para oficinas. Y hay bufetes y firmas de servicios profesionales que se han especializado en atender a compañías de capital extranjero.
Pero el efecto va más allá de los negocios 'Bussiness To Business': no sólo son compañías, sino personas las que se están afincando en Málaga, y esas personas necesitan servicios. Los colegios internacionales han visto aumentar su alumnado de origen extranjero de forma espectacular, las agencias inmobiliarias y estudios de arquitectura cubren sus necesidades habitacionales y, en general, los negocios de perfil 'premium' (gimnasios, restaurantes, cafeterías o tiendas de muebles) se benefician de la llegada de estos nuevos residentes de alto poder adquisitivo.
Barrera de entrada: el idioma
Hay una barrera de entrada básica para acceder a esta clientela exigente a la par que deseado: el idioma. Sólo las empresas capaces de comunicarse y prestar servicio en un perfecto inglés pueden acceder a este nicho de mercado. Pero no es sólo cuestión de lenguaje: hay que estar a la altura en todos los sentidos, desde la imagen corporativa hasta la profesionalidad en el trato o estar al día en certificaciones de calidad o sostenibilidad, pues los estándares a los que están acostumbrados estas empresas y profesionales son muy elevados. «También es cuestión de empatía y flexibilidad para conectar con gente de diferentes nacionalidades y culturas: la forma de relacionarse es diferente», apunta Douri. Y la clave, añade, está en el equipo. «Se ha vuelto necesario tener profesionales en los sectores tradicionales que sean capaces de dar servicio en inglés y tengan conocimientos sobre tratar al cliente internacional», reflexiona la empresaria.
Para el presidente de la CEM, Javier González de Lara, «el desarrollo de la Málaga tecnológica está generando y va a generar un impacto clarísimo, muy interesante, sobre todo a medio y largo plazo. Primero, es una apuesta estratégica de diversificación de nuestro tejido productivo, algo en lo que insistimos continuamente desde las organizaciones empresariales. Por otra parte, la capacidad de Málaga de atraer inversiones en este sector no sólo supone la llegada de nuevos proyectos, sino de ampliación de los existentes, con posibilidades de crecimiento y redimensión de empresas muy positivas y necesarias».
«Que crezcamos junto a un sector de actividad económica tan diverso y tan internacionalizado crea sinergias y nos enriquece culturalmente, como personas y como empresas»
Javier González de Lara
Presidente de la CEM y de la CEA
Es evidente, destaca González de Lara, el impacto en el mercado laboral, «demandando profesionales muy cualificados». También su «efecto dinamizador en el ámbito de la formación, como respuesta a esa demanda de perfiles especializados». Y, más allá, la actividad de estas empresas, especialmente las de mayor tamaño, genera «un efecto tractor en nuestro tejido empresarial, no vinculado a un sector concreto, sino de forma transversal, en materias de empleo, gestión de recursos humanos, innovación, sostenibilidad, RSE, etcétera», reflexiona. «Y tiene también su influencia, cómo no, a nivel social. Que crezcamos junto a un sector de actividad económica tan diverso y tan internacionalizado crea sinergias y nos enriquece culturalmente, como personas y como empresas. Y quiero destacar también el importante papel embajador de estas empresas en la promoción de Málaga», concluye.
Servicios profesionales 'guiri-friendly'
MDG Advisors es una firma de asesoramiento fiscal y contable que nació hace 12 años de una «necesidad de conciliación» de Miriem Douri, su fundadora. «Trabajaba para una gran consultora y decidí montar algo por mi cuenta para poder quedarme en Málaga y seguir mi propio horario». Desde entonces el crecimiento de la firma ha sido «exponencial», estando formado en la actualidad por 15 personas que abarcan las distintas áreas de servicios profesionales: asesoría laboral, fiscal, contable... Y la clave de este crecimiento ha sido «el empuje del sector tecnológico y la llegada de empresas internacionales pertenecientes a este sector».
La compañía se enfocó desde el principio a empresas internacionales, ya que Douri venía de trabajar para este perfil de clientes. «Damos respuesta a una demanda muy clara que había en Málaga: la demanda de servicios profesionales de alta calidad, especializados y en inglés», afirma. Actualmente la firma tiene 450 clientes internacionales que se reparten entre de más de 30 nacionalidades. Entre ellos no sólo hay empresas tecnológicas, también hay muchos fondos de inversión y grandes multinacionales de otros sectores. «Nuestro lema es 'Local expertise, international mindset'«, apunta la fundadora.
El despacho no podría haberse subido a esta ola de no haber podido contar con profesionales capaces de trabajar para este tipo de compañías. Y en este punto, Douri destaca la labor de la Universidad de Málaga. «Hace quince años nos resultaba muy difícil encontrar candidatos con el nivel técnico y el nivel de inglés que necesitamos. La UMA ha sabido adaptarse para dar respuesta a esta necesidad. Las carreras de Economía, LADE y el doble grado se imparten en inglés y los alumnos salen con un nivel excelente», afirma.
Douri cuenta que las empresas 'guiri-friendly', como la suya, han formado de forma espontánea una red de confianza y se recomiendan unas a otras. «Hemos crecido mucho a través de la colaboración 'BTB'. Por ejemplo, actuamos como 'backoffice' de grandes bufetes de abogados que necesitan una firma con presencia local para atender el día a día», explica. Cuando llega una empresa internacional y, con ella, sus directivos, necesitan múltiples referencias: qué colegio elegir, con qué banco trabajar, cómo encontrar casa, de qué asesoría se pueden fiar...«. Además, colabora con instituciones que prestan servicios de 'softlanding' como el Ayuntamiento, Málaga TechPark o la Agencia TRADE.
El auge de los colegios internacionales
Las empresas tecnológicas extranjeras que se instalan en Málaga traen consigo a directivos y empleados altamente cualificados que, en muchos casos, vienen con sus familias. Y uno de los factores que alimentan el atractivo de Málaga para este perfil de expatriados es, precisamente, el contar con una buena oferta de colegios internacionales. Por eso no es extraño que este tipo de centros hayan visto aumentar de forma importante su número de alumnos de nacionalidad extranjera en los últimos años, y tampoco que hayan abierto nuevos colegios, como Yago School Málaga, que ocupa las instalaciones del antiguo colegio Unamuno desde etse curso.
Grupo Novaschool es propietario de tres colegios internacionales privados en la provincia: Novaschool Añoreta, en Málaga capital, Sunland en Cártama y Novaschool Benalmádena, que suman 2.320 alumnos este curso. «Alrededor del 20% de estos estudiantes son extranjeros: son hijos de padres o madres directivos o profesionales independientes que eligen Málaga o municipios aledaños como ciudad de residencia«, afirma el propietario y presidente de este grupo educativo, Francisco Barrionuevo. »En los últimos veinte años se ha construido una oferta educativa de colegios privados a la altura de una gran ciudad como es Málaga. Esto lo valoran muchísimo estos empleados del sector de la tecnología y del conocimiento que persiguen la excelencia educativa para sus hijos«, afirma. En este sentido, el empresario destaca el relevante papel que juegan en el ecosistema 'tech' compañías como la suya, que »aunque no seamos empresas tecnológicas puras, damos un servicio de alto valor y alta calidad a esos empleados del conocimiento que vienen a vivir a Málaga«.
El director de The British School of Málaga, Stefan Rumistrzewicz, habla también de un «notable crecimiento en los últimos años debido, sobre todo, a la llegada de un gran número de familias internacionales». «En los últimos cinco años, nuestro centro se ha transformado drásticamente y ha pasado de ser un centro educativo de tamaño mediano, compuesto fundamentalmente por familias locales (aproximadamente un 82%), a ser el colegio internacional de referencia de la capital malagueña», añade, especificando que ahora, de los cerca de 1.100 alumnos, sólo el 46% del alumnado es de nacionalidad española. El restante 54% se reparte entre un 10% de británicos, un 5% americanos, un 4,5% de ucranianos, un 3,3% polacos, un 2,8% de italianos y así hasta conformar un crisol de más de 50 nacionalidades. El colegio tiene convenios de colaboración con varias empresas tecnológicas y desde 2020 organiza los llamados 'Virtual Open Days': sesiones de puertas abiertas online ante la alta demanda de información por parte de familias que aún se encuentran en el extranjero y desean mudarse a Málaga.
«En los últimos años los países cuya presencia se ha incrementado en mayor número han sido Estados Unidos, Polonia, Ucrania, Rumanía, Marruecos, Hungría y China. El cambio en la demografía del centro ha resultado muy enriquecedor porque se ha convertido en una comunidad multinacional cuyo idioma común es el inglés«, explica Stefan Rumistrzewicz.
Viviendas de alta gama
En las manifestaciones por el derecho a la vivienda se han escuchado voces que culpan a las tecnológicas y a sus empleados de «quitarles» las viviendas a los malagueños. La realidad es que el efecto que pueden tener en el conjunto del mercado inmobiliario es limitado, pero sí hay un segmento del mismo, el más exclusivo, que está notando de manera intensa la llegada de directivos y profesionales con alto poder adquisitivo. «Yo diría que un 30% de los clientes internacionales que están comprando viviendas para primera residencia en Málaga están vinculados al sector tecnológico. Si hablamos de compra, son altos directivos o socios; los empleados expatriados suelen buscar alquileres y ya posteriormente, si se ven cómodos en la ciudad, compran. También están muy activos varios empresarios locales de este sector », explica el director de la agencia Engel & Völkers en Málaga, Mario Garnica. Sus zonas preferidas dentro del límite municipal son el Centro y la Zona Este. Y fuera de él hay también zonas que ganan atractivo para este tipo de clientes, como El Higuerón, en Benalmádena, y Rincón de la Victoria.
Éste es un nuevo perfil de comprador que ha rejuvenecido el mercado inmobiliario 'prime' malagueño. «La gente que compraba casas unifamiliares en la zona Este solían ser españoles con una edad avanzada. Ahora vemos muchas familias con niños. Por ejemplo, acabamos de vender un chalé reformado por completo en Cerrado de Calderón a una familia que viene de Silicon Valley», explica el experto, que señala que en este segmento inmobiliario hay una «marcada escasez», especialmente en la modalidad de alquiler.
Alrededor de este dinámico mercado de viviendas de alta gama se mueve toda una constelación de profesionales y negocios, además de las agencias inmobiliarias: interioristas, arquitectos, decoradores, paisajistas, tiendas de muebles, empresas de mantenimiento y jardinería, entre otras.
Un antes y un después en el mercado de oficinas
El mercado de oficinas malagueño ha vivido un antes y un después de 2021, año en que Google eligió a la ciudad para abrir un centro de ingeniería centrado en la ciberseguridad. El efecto llamada que desencadenó este anuncio multiplicó la demanda de espacios de trabajo en una ciudad donde la oferta era escasa y antigua, especialmente en el centro urbano, que es donde quieren instalarse la mayoría de empresas tecnológicas. El mercado ha tardado algo de tiempo en reaccionar, pero a día de hoy ya hay varios edificios de oficinas de primer nivel en construcción con el año 2025 como fecha prevista de apertura. Mientras tanto, han proliferado como setas los 'coworkings': espacios de trabajo flexible que han servido tanto para agilizar el aterrizaje de empresas extranjeras como para acomodar a nómadas digitales.
Es conocida la importancia que dan las empresas tecnológicas a la comodidad y el diseño de sus espacios de trabajo. En Málaga, hasta la llegada de Google y demás multinacionales, no era nada habitual que las empresas locales fueran ambiciosas en el diseño y equipamiento de sus oficinas. Pero hay comercios malagueños especializados en mobiliario de oficina que han sabido ponerse a la altura de las exigencias de dichas compañías y se han convertido en sus proveedores locales.
Es el caso de Ofiburo, una empresa familiar con 51 años de historia que ha equipado algunos de los espacios de trabajo más espectaculares que hay en la ciudad. Su responsable de administración, Mavi Lillo, cuenta: «Se nota mucho el cambio de mentalidad: las empresas en Málaga solían gastarse lo mínimo. Y de repente vienen las multinacionales y quieren las marcas más 'top', las sillas más ergonómicas... no reparan en gastos porque quieren lo mejor». Basta un ejemplo: su silla más vendida es un modelo de la marca Haworth con un sistema patentado de apoyo lumbar que vale 1.200 euros. Sus clientes no son sólo empresas: «También vienen muchísimos extranjeros que quieren montarse su puesto de trabajo en casa y no escatiman: quieren estar lo más cómodos posibles».
Lillo explica que el ejemplo de Google y compañía ha cundido entre el empresariado local y las oficinas malagueñas «se están remodelando a marchas forzadas». Las compañías locales se han convencido de la necesidad de tener instalaciones modernas, diáfanas y cómodos por dos motivos fundamentales: brindar un espacio de trabajo atractivo y cómodo a los empleados y mejorar su imagen. En las nuevas oficinas no pueden faltar elementos como los 'offices', las zonas de relajación con pufs y sofás, las mesas elevables, las máquinas de videojuegos 'arcade o los futbolines, las cabinas insonorizadas... Aprovechando esta tendencia, Ofiburo está apostando por su división de interiorismo, con la que realizan proyectos integrales de reforma de oficinas. «Ha sido un gran impulso para nosotros», afirma.
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