La escalada del euríbor dispara las peticiones para pasar la hipoteca a tipo fijo
El cambio es cada vez más complicado, puesto que hay entidades que ya no aceptan estas solicitudes y las que sí lo hacen han elevado el tipo de interés y los requisitos de vinculación
Las notarías asisten, desde que comenzó el 'sprint' del euríbor, a una demanda «continua» y «notable» de novaciones y subrogaciones de hipotecas encaminadas a cambiar ... el tipo variable por fijo. Así lo confirma Ramón Blesa, vocal por la provincia de Málaga de la junta directiva del Colegio Notarial de Andalucía. Los hipotecados buscan así refugio ante la escalada de los tipos de interés, que está provocando subidas sin precedentes en las hipotecas: en septiembre el euríbor se puso al 2,233%, marcando un aumento anual nunca visto antes de 272 puntos básicos, que trasladado a una hipoteca media (de 150.000 euros a 25 años de euríbor más 1) supone pagar casi 200 euros más al mes. Varias entidades consultadas por este periódico reconocen estar recibiendo numerosas solicitudes de clientes que quieren cambiar su hipoteca variable a tipo fijo. El goteo de peticiones es especialmente intenso desde el mes pasado y promete ir a más conforme más hipotecados se enfrenten al momento de revisar su cuota hipotecaria.
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La Ley Hipotecaria permite y, de hecho, fomenta el cambio de hipotecas de tipo variable a fijo, tanto en el propio banco como llevándose el préstamo a otra entidad de la competencia. Pero ¿cómo están respondiendo las entidades a estas peticiones, teniendo en cuenta que ahora su estrategia está dirigida a potenciar las hipotecas variables? Según Miquel Riera, responsable de hipotecas de HelpmyCash, «nos consta que este cambio es cada vez más complicado. Primero, porque ya hay bancos que no ofrecen la posibilidad de cambiarse al tipo fijo. Y segundo, porque las entidades han subido sus intereses fijos y, en algunos casos, el precio que ofrecen no es atractivo». De media, según este comparador de productos financieros, los bancos están ofreciendo intereses fijos que oscilan entre el 2,75% y el 3,25%. Eso sí, hay entidades que ofrecen tipos algo más bajos (de en torno al 2,5% o por debajo) y otras que ofrecen intereses más altos (de entre el 3,5% y el 4%).
Ramón Blesa coincide con la opinión de que ya no es fácil cambiar una hipoteca a tipo fijo con condiciones competitivas. «Hay muchas entidades que ya no admiten este cambio. Las que lo hacen suele ser a costa de poner un tipo bastante alto y exigiendo la contratación de productos vinculados: antes las entidades daban el 1,80% ó 2% sin vinculaciones y ahora la mayoría van ya por el 3% o el 3,5%», explica el representante de los notarios, que aconseja acudir a varias entidades para comparar ofertas y asesorarse bien antes de tomar una decisión. «Recordamos que cualquier usuario puede acudir a su notario de confianza para asesorarse sobre lo que implica una novación o una subrogación hipotecaria; nuestro asesoramiento es completamente gratuito», añade.
«No es tanto que las entidades nos neguemos al cambio -indican fuentes del Santander-. Es que al cliente las condiciones de ese cambio pueden no interesarle porque el precio de los préstamos a tipo fijo está subiendo, en consonancia con los tipos de interés». Por ejemplo, esta entidad -que está entre las que mantiene hipotecas fijas en su 'escaparate'- ofrece un 3,49% TAE cumpliendo una serie de condiciones de vinculación.
Sólo clientes 'top'
El director territorial de una de las mayores entidades a nivel nacional aporta la clave que determina que nos concedan o no un cambio de hipoteca a tipo fijo con unas condiciones competitivas: ser o no un cliente 'deseable'. «Hay dos tipos de clientes: por un lado, el 'subastero', que siempre va buscando abaratar su hipoteca y para ello pide ofertas en muchos bancos. Suele tener un nivel mediano de solvencia y a este perfil la banca no lo cuida tanto porque sabe que se 'vende' al mejor postor. Luego está el cliente muy solvente, con más productos contratados, que en primer lugar plantea la posibilidad de cambiar la hipoteca a su propia entidad. A este cliente con seguridad se le atenderá su requerimiento y, además, tendrá donde elegir porque hay bancos muy agresivos a la hora de captar este perfil«.
En resumen: los clientes atractivos para las entidades (con alto poder adquisitivo, solventes y con productos vinculados) no encuentran dificultades para encontrar hipotecas fijas todavía a precios razonables. «Las entidades pequeñas y medianas y también alguna de las grandes siguen muy agresivas en la captación de este tipo de clientes y les ofrecen tipos fijos por debajo del 2%, incluso del 1,6%, por supuesto, a cambio de varias vinculaciones», explica el directivo. Blesa coincide y apunta: «Muchas de las operaciones de novación o subrogación que estamos viendo en las notarías son de clientes selectos, por ejemplo empresarios que tienen otras vinculaciones con la entidad en cuestión».
¿A qué precio?
¿A partir de qué precio deja de interesar cambiarse al tipo fijo? «En general, creemos que el cambio merece la pena siempre que se pueda conseguir un interés fijo inferior o igual al 3%, que es un tipo históricamente competitivo. Si al cliente le ofrecen un interés superior, tendrá que valorar si está dispuesto a pagar más a cambio de estabilidad», contesta Miquel Riera. Hay que valorar también otros factores, como los años que restan por pagar de la hipoteca (en el sistema francés, que es el que se sigue en España, al principio del préstamo se pagan más intereses que al final, de forma que si quedan pocos años de hipoteca la subida del euríbor afectará menos y es posible que no merezca la pena cambiarse), las condiciones de la hipoteca que se tiene (no es lo mismo tener un diferencial del 0,3% que del 1,5%) y, no menos importante, el perfil de riesgo del usuario.
Verónica Rodríguez, portavoz de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), reclama a las entidades que respondan a las peticiones de los clientes con «moderación y proporción». «Es evidente que va a ser complicado encontrar hipotecas a un tipo fijo reducido. Este tipo de hipotecas siempre han sido más caras por una razón: pagas el precio de blindarte frente a las subidas de los tipos de interés y de estar tranquilo durante toda la vida del préstamo. Dicho lo cual, pedimos a los bancos que ese precio no sea desproporcionado».
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