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LA ROTONDA

Como el viejo axarco

JESÚS HINOJOSA jhinojosa@diariosur.es

Domingo, 24 de julio 2011, 03:27

Hace 23 años se creó en la comarca de la Axarquía el axarco, una moneda que nació como pagaré en un momento en el ... que existía un gran sentimiento de territorio común entre los municipios de la franja oriental de la provincia. El axarco, hoy ya fuera de la circulación, llegó a ser aceptada por los comercios veleños, que se identificaron pronto con ella y la vieron como un símbolo. En la actualidad, ya no se imprime ni se acuña, pero los billetes se pagan diez veces por encima de su valor, ya que despiertan un gran interés entre los coleccionistas. Se preguntará el lector a qué viene esta alusión a la una de las señas de identidad de la tierra veleña, a la que por cierto tanto estimo. Pues bien, se me viene a la cabeza al hilo de las reuniones que volverán a desarrollarse en los próximos días entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía y que concentrarán en apenas dos semanas el acercamiento que no han tenido en la última década para impulsar proyectos que eran y son muy necesarios para la ciudad de Málaga. Ahora todo es una balsa de aceite. Cómo se nota que las encuestas y los resultados del 22-M han bajado a muchos de sopetón a la arena de la realidad. Bien podrían haberse tirado los tejos años atrás, cuando tenían dinero para asumir cualquier actuación que decidieran apoyar conjuntamente. Por desgracia, no fue así y quedan ya para el recuerdo muchas tareas que bien habrían valido al menos un paso de acercamiento. En los próximos días, las promesas grandilocuentes volverán a los titulares, pero solo en ellas residirá el tesoro. Las páginas de los periódicos se convertirán en peculiares axarcos o pagarés de lo que puede que se haga dentro de varios años, porque la realidad hoy de las administraciones públicas es bien clara por mucho que la quieran maquillar: no hay un duro, mejor dicho ni un euro. Esperemos, en cualquier caso, que no haya que esperar otra década para que los pagarés se conviertan en liquidez contante y sonante. Y sobre todo que, para entonces, cuando puede que las cifras en titulares de prensa sean diez veces más altas que ahora, se mantenga el clima de unión entre dos administraciones que, más allá del signo político, siempre han tendido a colisionar. Es complicado, pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde.

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