Oración a Jesús Cautivo
VICENTE MARCHANT MOLINA
Lunes, 18 de abril 2011, 03:42
Dentro de unas horas, cuando la penumbra itinerante del ocaso tiña de negro su reino de oscuridad mortecina, vas Señor a iniciar con paso lento y paciente el dramático recorrido de tu Pasión Redentora de trascendencia eterna, teniendo como telón de fondo la sagrada colina del Gólgota, en donde culminarás el deicida designio de tu muerte, tras el cual quedará el hombre liberado de sus faltas.
De esta conmemoración histórica y como referencia secular, será la ciudad de Málaga el hito culmen de tu semana de Pasión. Sabes Señor, que tu imagen cautiva es para el pueblo malagueño un latido de fe, devoción y lágrimas. Es en sus calles y plazas en donde se extrovierte su fervorosa plegaria a tu imagen nazarena; pues eres para ellos la esperanza y el faro salvador de sus cuitas, por eso llevarás fijadas sobre ti las húmedas retinas de sus ojos esperando un milagro desprendido de tu divina gracia. Y es que Jesús Cautivo, eres por antonomasia, el padre bueno de la Trinidad, y por extensión de la Málaga creyente y espiritualmente cofrade, la que hace de ti el punto álgido de su vida cotidiana, la que te procesiona con la solemnidad y majestad de un rito ancestral y perfecto.
Esta noche será para ti un año más tu reválida de amor con los que sufren en silencio la soledad e impotencia de la desesperanza, la derrota, etc., a ellos mirarás desde tu trono de austeridad y sencillez trinitaria con latidos de amor, alentando tiernamente su firme confianza en la generosidad abundante de tus divinas manos providentes, cruelmente maniatadas por la saña de los que no tienen Dios.
Todos caminan contigo orgullosos de hacerlo, proclamando tu bendito nombre entre aplausos y aclamaciones creyentes, y serán tus erguidos y marciales regulares los que jalonen tu camino doloroso de fervor castrense y rendidos honores de sentida funerala. Por eso Señor Cautivo hoy es tu gran día de gloria y memoria nazarena y por consiguiente el más significado para la ciudad, pues estarás con sus habitantes masivamente en la calle junto a otros que por no poder hacerlo te seguirán emocionados contemplándote a través de los medios de comunicación como portavoces de tu excelsa gloria e infinita misericordia.
Todos hoy vamos a ser tuyos y por tanto a acompañarte en el sagrado camino de tu Pasión salpicado de tu sangre inocente y negro crespón plañidero. Bendícenos Padre y Redentor de los hombres, infúndenos desde el dechado abundante de tus dádivas la gracia de nuestra perenne fidelidad a ti, y que sean los sonoros acordes de tu marcha procesional los que eleven nuestro espíritu inflamado de exultantes ardores de fe hasta el feliz momento en que abrazados a tu túnica blanca, pletóricos de ansia de eternidad, lleguemos a ti, mientras te rogamos Padre Señor Cautivo, desde el clamor profundo y firme de nuestra fe, que aumentes cada día más el número de tus incondicionales seguidores y fieles cofrades para que sea en esta tierra bendita cada alma una lucecita, cada pecho un altar y cada hogar una ermita con tu imagen celestial.
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