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Los mensajes ocultos de las calles de Málaga

Algunos llevan siglos entre nosotros, pero a fuerza de verlos se han hecho invisibles. Si nos fijamos bien, las fachadas de la capital muestran históricas advertencias, plegarias con años de perdón, poemas eternos y hasta prohibiciones de tener cerdos en casa

Paco Griñán

Málaga

Domingo, 6 de julio 2025, 00:22

Los hay esculpidos en piedra o pintados. Los hay publicitarios, informativos, comerciales, poéticos, rogativos, legales y, por supuesto, prohibitivos. Pero todos tienen algo en común: pasan desapercibidos o están ocultos, pese a que algunos llevan impasibles varios siglos entre nosotros. Ahora que el calor aprieta, si la fuente de Reding siguiera vertiendo agua más de uno se acercaría y no solo calmaría la sed, sino que se llevaría puesto un trago de moral malaguita después de levantar la vista y leer el lema que luce sobre el caño: «Viva Málaga». Le pasó a un amigo que me mandó la foto de esa exclamación de patria chica picada en piedra y que sumando otras letras desperdigadas por la ciudad y pérdidas por sus calles han llenado este reportaje de mensajes más allá del tiempo que nos hablan de otra Málaga que también es la nuestra.

La Fuente Reding y su 'Viva Málaga'

1. Paseo de Sancha, 19

La Fuente Reding y su 'Viva Málaga'

Lo de los carteles a la entrada o salida de las ciudades viene de antiguo. Y un precedente está en el antiguo Camino a Vélez, donde se encuentra la Fuente de Reding, en la que ya no solemos pararnos desde que se secaron sus surtidores. Pero todo el que durante siglos se ha acercado a refrescarse o a que sus animales hicieran lo propio en el abrevadero podían leer el entusiasta mensaje sobre mármol blanco: «Viva Málaga». El origen de este eslogan no está documentado, pero todo parece indicar que se añadió tras su construcción en 1675. Concretamente, durante la restauración de la fontana en 1806 por cuenta del Gobernador de Málaga Teodoro Reding, cuyo patriotismo está fuera de toda duda. Este lema de exaltación de la ciudad en tiempos previos a la invasión napoleónica apunta a su firma.

Una Aduana con letras de oro

2. Plaza de la Aduana, s/n

Una Aduana con letras de oro

Se inauguró como Fábrica de Tabacos en 1829 y ha sido también Diputación, comisaría, gobierno civil, residencia temporal de reyes en sus visitas a Málaga y, hoy día, el esplendoroso Museo de Málaga. Pero para los malagueños es la Aduana. Se podría pensar que es solo una cuestión de tradición, pero si nos fijamos sobre la puerta de su antigua fachada principal a calle Císter se lee cincelado en piedra ese nombre que imprime carácter: «Aduana Nacional Año 1842». Ese uso es el que ha imperado en la memoria colectiva y, parte de su explicación, está en esa inscripción que hoy día casi no se ve, pero que, como cuenta Madoz, en su momento brillaba en la ciudad ya que estaba cubierta de letras de oro.

El último letrero del Chinitas

3. Pasaje Chinitas, 10

El último letrero del Chinitas

Hasta hace poco, el Pasaje Chinitas seguía luciendo los letreros de forja que informaban de que allí se encontraba el afilador o el zapatero. Según cuenta el historiador Víctor Heredia, en época del alcalde García Grana (1958-64), aquellos rótulos fueron un encargo al maestro del hierro José Espinós, que dio singularidad artesanal a un rincón ya de por sí histórico. Ninguno de aquellos letreros han quedado salvo un fabuloso ejemplar de la 'Verdulería' que, tras la restauración del local en el que se encontraba –ahora es un bar, signo de los tiempos–, se ha instalado en la fachada. Así, la berenjena, la granada o la pera en metal forjado del pasado se mezclan con los anuncios de vermut de grifo y vinos de Málaga del negocio actual, pero el conjunto no desentona lo más mínimo. Más bien todo lo contrario.

El poema de García Lorca

4. Pasaje Chinitas, 6

El poema de García Lorca

Sin dejar el pasaje, otro de esos letreros que pasan desapercibidos tienen que ver con García Lorca y su famoso poema 'El café de Chinitas', templo del flamenco y los toros. Para verlo hay que levantar la mirada del suelo ya que se encuentra en la fachada de la antigua taberna, pero en la primera planta. La cerámica fue colocada hace ahora casi cuatro décadas con motivo del 50 aniversario de la muerte del granadino que desde hace unos meses tiene más presencia en este enclave ya que en el edificio se ha vuelto a abrir una tasca con el mítico nombre del poema y una estatua a escala natural de Federico acodado a la barra.

Fernando Guerrero Strachan, ¿padre o hijo?

5. Calle Larios, 6

Fernando Guerrero Strachan, ¿padre o hijo?

No es habitual que los edificios de Málaga tengan la firma de su arquitecto. Por eso, llaman la atención las letras en bronce en un emblemático inmueble de Larios esquina con Liborio García que recuerda la mano de Fernando Guerrero Strachan y un año: 1941. Lo curioso es que en esa fecha ya llevaba una década fallecido el que también fue alcalde de Málaga, por lo que el arquitecto Francisco González nos saca de dudas: la firma corresponde en realidad a su hijo, Fernando Guerrero-Strachan Rosado, que reconstruyó la finca tras la guerra civil y murió, efectivamente, en la fecha de esta inscripción. Este rótulo estuvo en la parte de la fachada que correspondía a la ferretería de Juan Temboury, amigo personal del arquitecto.

La joyería de la reina: Ghiara

6. Calle Granada, 7

La joyería de la reina: Ghiara

Los antiguos comercios de Málaga también siguen anunciándose, aunque ya no reparemos en sus letreros. Encima de las gafas de sol del escaparate de la óptica Sunglass Hut de calle Granada se lee nítidamente en la piedra esculpida el letrero «Sucesores de Ghiara», aunque el rótulo comienza en calle Santa Lucía –con la que hace esquina este comercio– e informa de que era «Relojería Depósito Taller». O lo que es lo mismo, una joyería de lujo que puso en marcha Juan Ghiara, hijo de un emprendedor italiano que desembarcó en Málaga a comienzos del siglo XIX. El nombre cincelado en piedra, las maderas nobles de su exterior y los frescos de su interior son el mejor ejemplo del poderoso pasado comercial de la capital. Ni siquiera la reina Victoria Eugenia se resistió a comprar aquí en una visita a la ciudad, como cuenta el historiador Fernando Alonso.

Prohibida la venta ambulante

7. Calle San Juan, 9

Prohibida la venta ambulante

La iglesia de San Juan atesora las conocidas cinco bolas, pero no es lo único que llama la atención en su fachada. Junto a la puerta de la nave central –que solo se abre en Semana Santa y en ocasiones especiales–, hay un bando oficial que ha desaparecido en parte pero que da testimonio de que, en 1800, esta transitada vía era también la gran arteria comercial de la ciudad, la calle Larios de entonces: «El Gobernador de esta plaza se prohíbe a los panaderos y rrevendones de qualquiera clase bendan m(ás) paren en la calle…» (sic). El mensaje no se puede seguir leyendo porque está está borrado por las reformas posteriores, pero ahí queda el testimonio del bullicio y caos que debía ser San Juan.

Málaga, martini del Mar y otros aforismos

8. Calle Pozos Dulces, 19

Málaga, martini del Mar y otros aforismos

La poesía no sólo está presente con García Lorca en las calles de Málaga, sino también con autores contemporáneos como Rafael Perez Estrada, cuyo mítico lema «Málaga, martini del mar», invita a entrar en los callejones de Pozos Dulces donde también asaltan al peatón versos con denominación de origen, como «Tu única posesión es el instante», del persa Omar Khayyan, o «Entré en el laberinto y no he salido», del italiano Petrarca. Y sí, algo de laberinto poético tienen estas callejuelas del casco antiguo de Málaga.

Los precios sin competencia de Los Mellizos

9. Calle Compañía, 35

Los precios sin competencia de Los Mellizos

Volvemos a los negocios, con la tienda de tejidos Los Mellizos, que fue fundada en 1920 por Evaristo García, cuyo nombre se ha recuperado en las antiguas pinturas que se han restaurado de su negocio de calle Compañía. Los mensajes de la fachada informaban de que allí se vendían «Artículos de punto y Confecciones» y para convencer a la clientela se remachaba: «Precios sin competencia». La remodelación hace unos años de este local como un restaurante de poke dejó al descubierto y respetó toda esta legendaria literatura comercial pintada en su fachada, aunque desafortunadamente la nueva firma que se ha hecho cargo del local ha ocultado y taladrado las letras de este legado patrimonial.

Una oración y mil días de indulgencia

10. Calle Cabello 21

Una oración y mil días de indulgencia

La última recuperación de los mensajes del pasado se encuentra en la recién restaurada Casa Hermandad de Salutación. En las pinturas murales de su fachada ha aparecido la mitad de una inscripción en la que se puede leer la palabra «sean» y otras letras parciales dentro de lo que parece un corazón sostenido por un ángel. El historiador Víctor Heredia ya ha descifrado el mensaje, que está relacionado con el propietario de esta finca y la contigua, donde se encuentra todavía oculta la otra parte del dibujo. Ambas propiedades pertenecieron en el siglo XVIII al padre Martín Pardo de la Casta, que dejó por escrito en un libro el texto de esta oración, donde aseguraba que se ganaban 1060 días de indulgencia cada vez que se repetía esta plegaria ahora descubierta. Así que si quieren misericordia para los próximos tres años, repitan conmigo: «Alabados sean los santísimos corazones de Jesús y María».

El benefactor aquí caben todos de la Casa Cuna

11. Calle Parras, 17

El benefactor aquí caben todos de la Casa Cuna

Muy cerca del anterior se encuentra el Centro Cultural María Victoria Atencia. Sobre su gran puerta de entrada en calle Parras se encuentra un arco de medio punto con el rótulo de sus antiguos inquilinos grabado en piedra: «Casa Hogar de San José». En Málaga, esta institución se conocía popularmente como Casa Cuna o Gota de Leche, ya que su actividad benéfica estaba dedicada al cuidado de huérfanos. A eso se refiere la otra inscripción latina que preside su fachada, «Omnibus», cuya traducción «a todos» se refiere al acogimiento de niños. El inmueble ha cambiado de uso, aunque el mensaje sigue vigente: cultura para todos.

Tres formas de rotular calles en Málaga

12. Esquina José Denis Belgrano, Niño de Guevara y Pito

Tres formas de rotular calles en Málaga

La antigüedad de algunas calles y los cambios urbanísticos también se puede seguir por los diferentes formatos que nos encontramos en las placas que les dan nombre. Y en esta céntrica esquina encontramos hasta tres de esos distintivos. El más antiguo es el que informa que estamos en la calle Niño de Guevara, un modelo en mármol con el nombre grabado en negro que se usó entre finales del siglo XIX y las tres primeras décadas del XX. En perpendicular está la denominación de la calle Pito con letras cerámicas blancas sobre fondo verde que se empleó durante la dictadura y hasta la época de Pedro Aparicio (principios de los 80), mientras que la denominación de la vía peatonal José Denis Belgrano es la versión 'premium' que se coloca en la actualidad, ya que los rótulos con fondo blanco y caracteres en negro con las iniciales en rojo está reservado para el centro histórico.

Un enigmático rótulo con siglos de historia

13. Calle Pito, 5

Un enigmático rótulo con siglos de historia

Sin dejar el pasaje de Pito, esta estrecha vía guarda un enigma que, por el momento, no tiene resolución. A mediación de la calle, hay que levantar la vista para reparar en la inscripción pintada bajo la ventana de la fachada de un inmueble, en el que sólo se descifran algunas palabras sueltas: «Resolución de los casos del (...) / Rea(le)s (...)os (...)». Son dos líneas que podrían ser de contenido legal o religioso, pero que como dice el historiador Víctor Heredia requieren de una oportuna restauración para descifrar un mensaje que, por el lenguaje y caligrafía, parece acumular siglos de antigüedad.

Los cafés de Málaga con denominación origen

14. Calle Ramón Franquelo, 4

Los cafés de Málaga con denominación origen

Del 'solo' al 'no me lo ponga', la nomenclatura canónica de los cafés de Málaga que inmortalizó el Bar Central hasta su cierre en 2022 sigue siendo visible en las calles de Málaga y, más concretamente, en la Fachada de la Peña Juan Breva donde se exhibe ahora esta cerámica considerada patrimonio de la ciudad. Por cierto, no es el único vestigio del mítico café reconvertido ahora en pub sueco. El acceso al local por el Pasaje Chinitas sigue luciendo el antiguo letrero y hasta las fotos de los platos combinados.

Casa del Regidor Luis Eslava

15. Calle Granada, 48

Casa del Regidor Luis Eslava

Entre las casas con historia del centro, una inscripción en piedra en calle Granada avisa de que estamos ante la Casa de Luis de Eslava, militar con el rango de capitán, regidor perpetuo de Málaga y almojarife de las aduanas reales. Pese a lo bien que suena lo de su título eterno en realidad se trataba de un concejal del Ayuntamiento en el siglo XVII, además de recaudador de impuestos, según explica Víctor Heredia. El rótulo, añadido en la restauración del edificio en 2007, se encuentra junto a un bellísimo guardacantón con forma de cañón que protegía la esquina del edificio de los golpes de los carruajes.

Los vinos de Bodegas Mata

16. Calle Purificación, 7

Los vinos de Bodegas Mata

La tradición bodeguera de Málaga también asoma en algunos rincones olvidados de la ciudad. En la zona de La Goleta, un edificio industrial de aspecto crepuscular que hoy es de propiedad municipal todavía exhibe una cenefa en el que se puede leer «Unión de Bodegas» y a la que le falta «Andaluzas», que era la firma comercial de la potente Compañía Mata, dedicados a la crianza de caldos. Esta casa apostó por los vinos quinados con la marca 'Aníbal', un extra añejo que se publicitaba como un eficaz reconstituyente en el siglo XX.

Fuente Olletas contra el maltrato animal

17. Plaza Olletas, 6

Fuente Olletas contra el maltrato animal

Lo de Málaga con las fuentes y los letreros da para una segunda parte con la de Olletas y su compromiso animalista décadas antes de que la sociedad tomara conciencia de sus derechos. «No maltrates a los animales que ellos hacen fácil tu trabajo y te ayudan a ganar el pan», dice el distintivo esculpido sobre piedra de este abrevadero que fue construido en 1788 y del que brotaba agua del Acueducto de San Telmo por un caño. El mensaje por el bienestar de las bestias fue introducido al parecer en la reforma de 1938-39, aunque la fuente actual no es la original, sino otra versión de 1960-61 cuando se demolió la original por el alineamiento de la carretera.

Colonia San Eugenio y la prohibición de criar cerdos

18. Calle Pacheco Maldonado, 10

Colonia San Eugenio y la prohibición de criar cerdos

Para cerrar este repaso a los rótulos de otro tiempo nada mejor que irse hasta la Colonia San Eugenio, un barrio obrero del actual distrito de Bailén construido entre 1889 y 1918 por el empresario Eugenio García Serrano. Para evitar problemas de convivencia, el emprendedor llenó las calles de carteles en los que se informaba de los nombres de los inquilinos de las casas –hoy no cumpliría la ley de protección de datos–, de la multa de hasta 5 pesetas por tirar la basura a la calle o de la «expulsión» del vecindario si no se actuaba con «cordura». Además se conserva una cerámica con las normas básicas de la colonia, una suerte de tabla de los 7 mandamientos, en el que llama la atención que se permitía criar «gallinas, conejos y cabras» dentro de las viviendas, pero, con buen criterio, se prohibía «tener cerdos».

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