Lunes Santo, un año después del cataclismo en el Unicaja

Ese día, la cúpula del club fue informada de que la Fundación, propietaria del Unicaja Baloncesto, dejaba de aportar la subvención que le correspondía al presupuesto de la entidad. La decisión fue adoptada antes en una votación por unanimidad de su Patronato a instancias de Braulio Medel. Comenzó ahí la mayor crisis institucional de la historia del Unicaja, pues acto seguido, el entonces presidente, Eduardo García, presentó su renuncia al cargo. Los que votaron aquello dijeron después que, aunque parezca sorprendente, no sabían lo que votaban, que fue un punto más del día y que todo se votaba por unanimidad...

El club quedó descabezado, con una gran incertidumbre sobre su viabilidad, a la deriva en la Liga y luego con un largo verano para tratar de planificar la siguiente temporada. Curiosamente fue Medel el que desde Sevilla tomó todas las decisiones que llegaron después. Supervisión de la situación económica y la deportiva, renovación de Katsikaris, con el que se reunió en persona en la ciudad hispalense, y elección del nuevo presidente, Antonio López Nieto, miembro del Patronato de la Fundación en representación de la Junta de Andalucía, aunque este tardó varios meses en tomar las riendas del club al tener contrato con LaLiga. Entre sus primeras decisiones estuvo la de jugar la Champions en lugar de la Eurocup.

Mientras sí, mientras no, el Unicaja perdió un tiempo clave para haber recompuesto con lógica una plantilla que tenía una buena base, pero con carencias. Sin embargo, los recortes económicos se dejaron notar a las primeras de cambio. La gestión de los fichajes se eternizaba porque tenían que pasar varios filtros de Málaga a Sevilla, ida y vuelta, con distintos interlocutores de por medio. Fueron varios los jugadores que se 'escaparon' para desesperación de un Katsikaris que no entendía nada. En medio del desconcierto, Unicaja Banco renovó el acuerdo de patrocinio y cubrió el presupuesto de esta temporada, pero viendo las luchas de poder y el auge del 'bloque de Liberbank' con el apoyo de Medel, nadie pone la mano en el fuego porque esto vaya a tener una continuidad garantizada en el futuro, al menos con la solidez de los últimos 40 años. Como pueden comprobar, era imposible que algo bueno saliese de ese periodo tan complejo. El resultado no es otro que la peor temporada de la historia cajista hasta el momento.

El Unicaja es una empresa muy particular, pues depende de una variable incontrolable como son los resultados. Se puede tener una gestión correcta, cuadrar las cuentas y hacer una labor social importante, pero si no se ganan partidos todo se complica. No es un secreto que en el club esperaban un año de transición hasta liquidar buena parte de los contratos firmados y tener más margen de maniobra para el futuro. «Ajustarse a la realidad», que se dijo, pero la temporada está siendo un suplicio. Y aunque cueste creerlo el equipo tiene intactas las opciones de conseguir un título en esta Champions que convence a pocos. Es cierto que después de lo visto en el primer duelo ante el Baxi Manresa, cuesta pensar que pueda eliminar al conjunto catalán, pero, como les decía antes, esto es deporte e influyen tantos factores que nunca hay que tirar la toalla. Este martes, el Unicaja necesitará del apoyo de su afición, puede que más que nunca, así que si tienen la oportunidad acérquense por el Carpena. En la historia reciente del Unicaja hay varios ejemplos de que siempre hay que creer hasta el final. Intentémoslo una vez más...