El Unicaja, entre el alivio y la alegría por el impulso al nuevo proyecto con el título de la Intercontinental
El éxito en Singapur es una inyección de seguridad y autoestima para el equipo tras la remodelación de este verano
El Unicaja ya no tiene nada que demostrar, pero en la Copa Intercontinental se jugaba mucho y el resultado ha sido positivo. El título de ... la Copa Intercontinental alivia las habituales dudas que surgen después de una remodelación tan importante como la que ha sufrido el equipo este verano. El título supone una inyección de autoestima y refrenda que el trabajo, pese a los cambios va en la dirección correcta.
El Unicaja, al contrario que el año pasado, se plantó en la Intercontinental con menos ritmo y distintas sensaciones. Como explicó Ibon Navarro en la entrevista que concedió a SUR antes del torneo, la edición del 2024 fue una continuación de la temporada. La jugó el mismo equipo y, además, reforzado con Tillie y Balcerowski; es decir, más potente. Así que pasó por singapur como un torbellino sin dejar nada a su paso.
Ahora, cinco de los campeones de 2024 no estaban y ese relevo que estaba en la guantera, Mario Saint-Supéry, tampoco. El Unicaja era, sobre el papel, el mejor equipo en la competición que reúne a los campeones del torneo de la FIBA, así que partía con el papel de favorito, como luego confirmó. Sin embargo, el equipo ha perdido ciertos automatismo, jugadores llamados a ser clave están todavía por encontrarse o encontrar su sitio en el equipo. Así que había que tapar esas carencias sin perder la capacidad competitiva. Los veteranos han tenido que dar un paso, lo que explica en cierto modo el merecido premio de MVP ganado por Kalinoski.
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El título en Singapur quita presión a sólo una semana de una prueba más exigente como será la Supercopa ACB que se celebra en España. Haber llegado esta cita sin ganar en la Intercontinental habría generado más dudas, aunque el potencial de este equipo tardará todavía unos meses. Ese partido del ante el Valencia Basket es un test en toda regla para probarse ante uno de los equipos que más se ha reforzado. Huelga decir que el duelo del sábado a las 18.00 horas está rodeado de un gran morbo después de que el club naranja pusiese sobre la mesa el pasado verano 1,3 millones de euros para llevarse a Kameron Taylor y Yankuba Sima.
Si se pierde el sábado, tampoco habrá que caer en el derrotismo, pues conviene volver a recordar a Ibon Navarro cuando adelantó que el verdadero nivel de esta plantilla no se verá hasta diciembre. Este Unicaja, todavía en fase de pruebas es más 'diésel' que el 'gasolina turbo' de la pasada campaña. Incluso la preparación de los jugadores se ha enfocado a que estén mejor al final de la temporada para tratar de competir por objetivos de nuevo ambiciosos como la Champions y para tratar de llegar en la Liga más lejos que las semifinales de las últimas temporadas. De momento, ya ha ganado un título internacional, algo que es un gran punto de partida.
Dos casos diferentes
De Singapur el Unicaja también vuelve con algunas certezas, pues ha quedado patente que la adaptación de dos de sus fichajes más importantes, Chris Duarte y Xavier Castañeda va a ser más lenta de lo esperado. Con el primero no hay miedo alguno, pues es un jugador contrastado al máximo nivel y con carisma entre los compañeros. Si no es ahora, será más tarde, pero el dominicano está cómodo dentro del vestuario y con su familia en Málaga, así que su calidad acabará aflorando.
La gran duda es Xavier Castañeda, porque su carácter es más introvertido que el de Duarte y, aunque maneja el castellano todo es nuevo para él. El base llevaba sin jugar desde febrero y esto también se nota. Para el jugador con ascendencia mexicana, el Unicaja es el tercer equipo de su carrera fuera de los Estados Unidos. Los compañeros tratan de integrarlo de forma clara.
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