Pablo García: «Mi sueño es entrenar al Unicaja, pero es difícil ser profeta en tu tierra»
Repasa su carrera el día después de ganar la Liga de baloncesto en México batiendo todos los registros históricos
Ha dormido solo un par de horas y lleva como otras tres contestando mensajes de felicitación. La resaca está siendo placentera para Pablo García, flamante campeón de la Liga de baloncesto en México con las Abejas de León ... , un hito sin precedentes por los registros históricos conseguidos para alzar el título. Este licenciado en Derecho nacido en El Palo hace 33 años que desde niño visualizaba ser profesional en un banquillo espeta que aunque le quedan muchos retos por delante solo tiene un sueño, entrenar al Unicaja, en cuya cantera se curtió hasta que un buen día decidió emprender la aventura de su vida que ha saldado con el mayor de los éxitos.
-¿Cuál es la clave del éxito?
-Trabajar siempre y trabajar en equipo.
-Pero que el éxito llegue en la segunda temporada como profesional no es algo muy habitual…
-Es complicado, nadie esperaba, ni siquiera yo, que en una segunda temporada como entrenador profesional pudiéramos alcanzar este logro, y mucho menos hacerlo en un club humilde como el de León, que hasta que llegué solo se había clasificado para el 'play-off' una sola vez en la historia, y ahora lo ha hecho conmigo dos veces de forma consecutiva. Cuando llegué venían de ganar cinco partidos y luego vencimos en 9 encuentros y este año 11 en temporada regular y otras 12 en 'play-off', 23 en total, es un salto muy grande, la verdad, y nadie esperaba esto.
-En su segunda temporada en León, ¿le marcó algún objetivo su club?
-El club partía como objetivo alcanzar de nuevo el 'play-off' como la temporada anterior, y una vez ahí, todo lo que pase bienvenido sea. Este año el club aumentó un 30% el presupuesto, aunque pese a eso éramos el penúltimo presupuesto de la liga, ese aumento nos permitió hacer una mejor planificación, que Carlos (Alonso, su ayudante) y yo estuviéramos meses y meses haciendo el listado de jugadores de todo el mundo, hablando con agentes, con jugadores no solo en el terreno profesional, sino también personal, para valorar su ambición a la hora de venir a México, es decir, encontrar al jugador en el momento ideal, y hemos trabajado mucho todo el año para tener la plantilla que queríamos.
-Los dos cambios que hubo durante la temporada han resultado cruciales.
-Se nos fue el mejor jugador a la Eurocup por un problema económico y trajimos a Erik Thomas, al que conocía de Soles, diferente a Marvin Clark, que era nuestro mejor jugador, pero que hacía más cosas, y luego decidimos reforzar el puesto de base y fichamos a Joe Soto, que cambió la dimensión de la plantilla, nos dio la estabilidad que nos faltaba.
-Cuatro años de experiencia en México como ayudante le habrá servido esta temporada.
-Sin duda, esos cuatro años me sirvieron para conocer la idiosincrasia del mexicano, qué jugadores había en la Liga, qué fórmula tiene éxito en la Liga, qué jugadores encajan mejor, y después la experiencia de situaciones límites en esos años, como disputar dos finales de Liga y ganarlas, una final de conferencia, una Final Four, la Liga de las Américas, hemos ganado o perdido series en el séptimo partido, es decir, el nivel de presión y tensión lo había vivido ya, pero no es lo mismo ser asistente, que tienes mucho volumen de trabajo, que principal, cuyo nivel mental y de estrés es grandísimo.
-Vaya balance triunfal el suyo en su trayectoria en México, con tres Ligas en seis años.
-Además de los títulos, la pasada temporada me eligieron mejor entrenador de mi conferencia, y cuando fui asistente cuatro años, mi entrenador fue elegido el mejor durante tres de esas temporadas. Este éxito en León es como que cierra un círculo, a veces se menosprecia el trabajo del asistente, y parece que ahora al conseguir esto como principal es como que refuerza todo, es algo injusto, porque los títulos que gané como asistente es de todos, del utillero, del fisioterapeuta, etc. Aunque no podemos ignorar que ganar como principal cambia la imagen y la dimensión del entrenador respecto a los demás, ahora te respetan más, podemos decir.
-Si echamos la vista atrás, cómo fue ese primer día que decidió volar a México.
-Me acuerdo perfectamente de ese día, yo estaba cansado de estar en la cantera del Unicaja, no porque no quisiera estar allí sino porque yo quería entrenar sénior y no veía la manera de conseguirlo. Me sentía estancado de estar tantos años en el cadete y un día decido que no iba a continuar así por más tiempo. Sin tener nada en mayo le dije a Ramón García que no continuaba y que iba a buscar algo por ahí fuera, lo iba a intentar al menos. Eso es muy bonito decirlo, pero dejo el Unicaja y pasan los meses y no tengo nada. En agosto, viendo la situación, pensé dejar el baloncesto y de hecho iba a empezar a trabajar en un bufete de abogados el 1 de septiembre, y durante la Feria de Málaga, trabajando poniendo copas en un bar, me contacta Gustavo Álvarez, que es amigo de Ángel Sánchez Cañete, y me dice que un entrenador tinerfeño está buscando un asistente porque el suyo se le ha ido para ser primer entrenador, y decido coger eso, y hay gente que me apoya como Sergio Scariolo, que dio buenas referencias mías, o como Ramón García, y una semana después estaba en el avión. En un momento pasé de de dejar el baloncesto, porque hay momentos en los que te frustra no conseguir las metas que te propones quizás debido a una ambición demasiado temprana o no tener la paciencia suficiente, y empezar a trabajar en un bufete a viajar a México para trabajar con Iván Déniz, al que no conocía absolutamente de nada.
-¿Cree que puede haber alguien que le reste méritos a ganar la Liga en México?
-Si alguien lo hace será por ignorancia, hay que salir para crecer, para madurar, para salir de tu zona de confort, y el que no haya salido creo que no puede opinar al respecto. Ahora yo valoro cada vez más al profesional, al que se le critica porque no gana, pero que se va donde haga falta para hacer lo que le gusta.
-¿Y ahora qué?
-Aún no me lo creo, estoy como anestesiado, es decir creer todo lo que hemos conseguido, diez victorias seguidas, un título que entra en la historia de la Liga porque nadie ganó la final de conferencia y la final de Liga por 4-0 ambas, con el penúltimo presupuesto de la Liga... Todo eso no había ocurrido nunca, y ¿ahora qué?, pues ahora toca disfrutar porque la vida son momentos, pero sí es evidente que ahora toca tomar decisiones importantes porque yo quiero que esto sea un punto de inflexión en mi carrera.
-Además, a nivel individual, es el entrenador más joven en ganar la liga en México. ¿Teme que se le suba el éxito a la cabeza?
-Jamás, al revés, eso me da más motivación, ahora es cuando me he dado cuenta que quiero ser profesional de verdad, el éxito lo que me ha provocado son ganas de querer ser mejor, tengo que trabajar mucho para mejorar mi inglés, mejorar mi manera de dirigir, en todo, hasta en psicología. Es evidente que cuando pruebas el éxito siempre quieres más, y yo desde pequeño visualizaba estar donde estoy ahora, para eso tienes que tener un plan y trabajarlo, y tengo claro que esto me va a dar más motivación.
-Entonces los sueños de niño se suelen cumplir…
-Desde los 14 años yo no veía a los jugadores, veía al entrenador, me fijaba en todo lo que hacía.
-Sin embargo, estudió la carrera de Derecho.
-Lo hice por obligación, porque mis padres son médicos y en mi familia todo el mundo ha estudiado una carrera en mi casa y no me gustaban las Ciencias, sino las Letras. Los primeros cuatro años no aprobé una sola asignatura, porque yo estaba volcado y encerrado en la cantera del Unicaja y solo pensaba en baloncesto, pero con 22 años un amigo mío salió de la carrera con el título, yo no había aprobado nada y me da cargo de conciencia y me pongo a estudiar y me saco el curso por año, pero claro tardé 8 años en tener la carrera.
-Por último, hay una pregunta obligada: ¿se ve entrenando al Unicaja?
-Por supuesto, porqué no, pero obviamente hay pasos intermedios y muchos para hacerlo, pero obviamente, ese es mi sueño, mi sueño no es ir a la NBA, es entrenar en Europa, y si fuera en tu casa, mucho mejor, pero es difícil ser profeta en tu tierra.
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