Curiosidades de la 'fab' de IMEC en Málaga: suelos de más de un metro de grosor, 230 pilotes antisísmicos y agua «ultrapura»
La nueva sala blanca se centrará en «aplicaciones de última generación como salud, ciencias de la vida, realidad aumentada y virtual y sensores de precisión, impulsadas por nuevos materiales y procesos innovadores», explica Karel van Gils, director de IMEC Spain
La 'fab' malagueña de IMEC (la primera fuera de Bélgica) no será una fábrica cualquiera. Si proyectar una planta de producción de cualquier tipo es ... una tarea ingenieril difícil, lo es mucho más el diseño de un centro donde lo que se elaboran son chips de tamaño nanométrico. Y es que una mota de polvo o una mínima vibración puede arruinar el trabajo de semanas en una sala blanca. El director general de IMEC Spain, Karel van Gils, ha explicado hoy en Imec Technology Forum algunas curiosidades del proyecto. Por ejemplo, la excepcional robustez que deberá tener el edificio para minimizar el riesgo de vibración en una zona de actividad sísmica como es Málaga. «La sala blanca tendrá 2.000 metros cuadrados y tendrá una certificación ISO 6, e ISO 1 en algunas áreas. Eso implica una clase de vibración D, lo cual quiere decir que las vibraciones deberán ser inferiores a 6 micrones por segundo, para no interferir con los procesos que ejecutamos allí. Para eso es necesario que el suelo de la sala esté a unos 15 metros de altura y tenga un grosor de 1,25 metros de hormigón», ha detallado. El estudio del suelo que se hizo para determinar el diseño del edificio incluyó el vertido de agua en la parcela para determinar el nivel de vibración existente.
El modelo de pilotaje se ha pensado para contrarrestar la vibración sísmica típica de la zona. «Habrá 230 pilotes, la mayoría de 2 metros de ancho y 28 metros de profundidad, debajo de la sala blanca y el edificio central de servicio. En total, serán más de 5 kilómetros de pilotes», ha explicado Van Gils.
La complejidad no se queda en el diseño constructivo, sino que sigue en el diseño de las conducciones e instalaciones del edificio. Y es que una sala blanca es un entorno controlado diseñado para minimizar la presencia de partículas, contaminantes químicos y variaciones ambientales que puedan afectar a la fabricación de los chips. Hay que tener en cuenta que una simple mota de polvo puede estropear el trabajo de semanas. Y para eso hacen falta sistemas de ventilación y filtrado de aire, de presión positiva (hay mayor presión en el interior que en el exterior para evitar la entrada de partículas), de climatización, de control de humedad, de conducción y filtrado de gases y productos químicos... Y, por supuesto, un suministro de agua ultrapura, que se utiliza en grandes cantidades en las salas blancas de microelectrónica para limpieza y como ingrediente de ciertas fases del proceso productivo. Para producir un litro de agua ultrapura se necesitan entre 1,5 y 2 litros de agua corriente, aunque a cambio la planta de Málaga usará un 50% de agua regenerada para ser más sostenible.
El equipamiento de la 'fab' malagueña de IMEC no será menos complejo: el coste de la maquinaria está cifrado en 120 millones de euros y solamente en la sala blanca habrá 60 aparatos y herramientas diferentes. Instalarlas, conectarlas y calibrarlas requerirá un año de trabajo.
Próximos plazos del proyecto
Karel van Gils ha detallado los próximos plazos del proyecto que ya avanzó SUR: «Terminaremos el diseño básico en unas semanas y entonces vendrá un hito muy importante: solicitaremos nuestro permiso de construcción. Estamos trabajando con la Junta y el Ayuntamiento para conseguir toda la documentación necesaria para poder hacerlo. Para finales de año podremos lanzar la licitación para el diseño final y la construcción. Y cuando digo nosotros, me refiero al equipo de la SETT [Sociedad Española para la Transformación Tecnológica, que es la que promueve el proyecto], INECO [empresa pública de ingeniería encargada de redactar el diseño] e IMEC, porque requiere la participación de las tres partes. Para mediados de 2026, deberíamos poder firmar un contrato con una empresa de diseño y construcción. La construcción debería poder comenzar para el primer trimestre de 2027. Y para la segunda mitad de 2028 la sala blanca debería estar lo suficientemente avanzada para que empezar a instalar las herramientas. El proceso de instalación y calibrado de las máquinas llevará al menos un año: hay más de 60 herramientas y es un trabajo muy complejo. Para finales de 2029, deberíamos poder iniciar la transferencia de procesos. Y a principios de 2030 deberíamos poder empezar a operar».
Van Gils ha detallado que la 'fab' malagueña de IMEC se centrará en aplicaciones de última generación como salud, ciencias de la vida, automoción realidad aumentada, realidad virtual y sensores de precisión, impulsadas por nuevos materiales y procesos innovadores. Funcionará de forma coordinada y complementaria con Lovaina, pues algunos de los procesos que se podrán hacer en Málaga no se pueden hacer allí. «Nos centraremos en procesos especializados, que suelen requerir nuevos materiales», ha destacado.
¿Por qué Málaga y España?
«Me preguntan mucho: ¿Por qué venimos a España? Y para explicarlo, me gustaría usar una cita de un deportista famoso que algunos de ustedes quizá ya hayan oído. Wayne Gretzky dijo: 'Un buen jugador está donde estará la pelota, y un gran jugador está donde estará la pelota'. Creemos que España es el país que marcará la pauta. España ha manifestado su ambición de ser un actor importante en el ecosistema de la nanotecnología en Europa. Y queremos formar parte de ello. El Perte Chip proporciona la financiación y el mecanismo para lograrlo. Hemos contado con un fuerte apoyo institucional de todos los niveles de gobierno y un proyecto como el nuestro sin dicho apoyo institucional sería imposible de llevar a cabo. Además, vemos que existe un sólido ecosistema de innovación en España», ha explicado Van Gils.
ITF Spain 2025
Estas declaraciones se han realizado en el Imec Technology Forum (ITF Spain 2025), organizado por la empresa belga por primera vez en España. La cita se celebra hoy en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (Fycma) y ha reunido a más de 350 expertos internacionales, de los cuales un 40% proceden del extranjero. En este foro han intervenido el vicepresidente ejecutivo de IMEC, Jo de Boeck; el ya citado Karel van Gils; la viceconsejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Amelia Martínez; el director ejecutivo de desarrollo de negocio de la SETT, José María García Orois; la secretaria general de Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Teresa Riesgo; y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, entre otras personalidades y expertos del sector de la microelectrónica. El congreso ha estado conducido por Helio Fernández, responsable de relaciones institucionales de IMEC Spain.
Resumen del proyecto de IMEC en Málaga
Traer IMEC a Málaga costará 615 millones de euros, de los que el Gobierno central pondrá 500 millones (incluyendo fondos europeos) y la Junta, la mayor parte restante. El Ayuntamiento, por su parte, ha aportado parte de los terrenos y está comprometido a facilitar la tramitación urbanística del proyecto. El centro de microelectrónica se ubicará en una parcela de algo más de 50.000 metros cuadrados y tendrá una superficie construida de 32.000 metros, de los que solamente 2.000 corresponden a la sala blanca, que es el corazón de la infraestructura, donde se ensamblan los chips. Contará también con un edificio de servicios generales, otro de oficinas y una subestación eléctrica propia.
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