Una embarazada y un ciclista, heridos por un todoterreno a la fuga cargado de droga en Estepona

Todo empezó a primera hora de la mañana. Agentes de la Policía Nacional comenzaron a seguir a dos vehículos que despertaron sus sospechas. Ambos eran todoterrenos: un Q7 y un BMW X5 de color blanco. Cuando los respectivos conductores se percataron de la presencia policial, emprendieron la fuga a gran velocidad.

En la huida, abandonaron la autovía y se adentraron en la urbanización Costalita, en Estepona, con varias unidades de policía pisándole los talones. El BMW X5 hizo un recto en una rotonda, se llevó por delante una señal y acabó empotrándose con un utilitario de la marca Citröen Cactus al que le saltaron todos los airbags. La conductora era una mujer de 30 años que está encinta.

Justo después aparecieron varias dotaciones de la Policía Nacional. Los agentes lograron interceptar a uno de los ocupantes del BMW X5, concretamente al copiloto, y auxiliaron a la joven, que había sufrido lesiones como consecuencia de la colisión. Fue trasladada al Hospital Costa del Sol, donde ingresó con contusiones en miembros superiores. Recibió el alta durante la mañana.

En ese preciso momento circulaba por esa calle un ciclista, que resultó herido al ser alcanzado por un fardo de hachís que salió despedido del todoterreno a causa de impacto con el turismo. Al parecer, tampoco él sufrió lesiones de gravedad.

Los agentes leyeron los derechos al copiloto del BMW X5. En el todoterreno hallaron fardos con más de 600 kilos de hachís. Los investigadores creen que el Q7 que logró escapar iba cargado con una cantidad similar o bien hacía funciones de lanzadera para advertir de la presencia policial.

Casualmente, el aparatoso accidente, provocado por la temeridad al volante del narco, ocurrió apenas tres horas de la concentración convocada en Algeciras por representantes sindicales de los Cuerpos de Seguridad con el apoyo de la coordinadora provincial antidroga 'Nexos', integrada por ciudadanos. El lema es 'Por tu seguridad, por la de todos'.

Además, el día antes, la secretaria general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Andalucía, Mariló Valencia, mantuvo una reunión con el subdelegado del Gobierno en Málaga, Teófilo Ruiz, para trasladarle la «imperiosa necesitad» de un refuerzo en medios materiales y humanos.

Una de sus reivindicaciones fue, precisamente, incorporar a las plantillas vehículos todoterreno dotados de «medios de defensa para paliar posibles embestidas de vehículos de gran cilindrada». Sin ir más lejos, en la comisaría Estepona, donde ayer se produjo el último incidente, no hay ni un solo vehículo de estas características. «Nuestros coches patrulla son como los de Playmobil frente a los de alta gama que utilizan los narcotraficantes», declaró Valencia.

No en vano, el de ayer es el octavo episodio violento protagonizado por los narcos en la franja de la costa occidental de Málaga y el Campo de Gibraltar en menos de un mes. El primero fue el 29 de agosto en el peaje de Manilva, donde un coche camuflado de la Guardia Civil intentó interceptar un vehículo sospechoso, que arremetió dos veces contra él y se fugó, dejando a dos agentes heridos. En Estepona, en menos de una semana, otros cuatro guardias resultaron lesionados al ser embestidos por narcos que se vieron sorprendidos en alijos. En Cádiz ha habido otros cuatro casos. Uno tuvo con víctima a un civil, un motorista arrollado por un todoterreno cargado de droga que se saltó un Stop. Pero el más grave afectó a un inspector de policía que sigue hospitalizado tras ser atropellado por un narco a la fuga.

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