Sucesos Málaga
La madre del menor que mató a su padrastro: «Mi hijo forcejeó con él para que no me disparara»María José, que asegura haber vivido un «infierno» de malos tratos los dos últimos años, afirma que su pareja amenazaba con hacerles daño y que el menor sólo intervino para defenderla: «Nos ha salvado la vida a todos»
María José presenció el forcejeo y escuchó el disparo, pero tardó unos segundos en descubrir quién había recibido el impacto del proyectil. «Al principio no ... sabía si el tiro se lo había dado él a mi hijo o al revés, hasta que lo vi caer al suelo». Su pareja, padre de dos de sus hijos y también del bebé que espera, empezó a sangrar por el cuello. Murió allí mismo.
Al día siguiente, el titular de urgencia del suceso fue «arrestan a un menor por matar a su padrastro de un disparo en Estepona». En esencia, así fue, pero el caso, la historia, es mucho más compleja, porque la tragedia no hizo sino aflorar el «infierno» cotidiano que, dice María José, estaban viviendo en su casa.
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Asegura que ha sufrido dos años de «malos tratos, principalmente psicológicos», porque la amenazaba con hacerle daño a ella y a los niños. «Todo lo que cuente es poco. No lo denuncié por miedo. Y hoy no lo tengo. Hoy no temo acostarme al lado de alguien sin saber si amaneceré al día siguiente. Y así, dos años», afirma María José.
La mujer, que ahora está en vilo por su hijo de 17 años, internado en un centro de menores como presunto responsable de la muerte, sostiene que su pareja la tuvo encerrada en la vivienda las 48 horas previas al suceso, «sin llaves, sin teléfono y sin comida», apostilla. «Escribía desde mi móvil a mis padres diciéndole que yo estaba bien, que estaba acostada».
El día de autos, dice, también la amenazó con una de las dos escopetas que había en el domicilio y que, según ella, eran de su pareja. Incluso habría llegado a realizar dos disparos, uno en la azotea y otro a través de la ventana en las horas previas al suceso. «No sé decirte el motivo. Llegaba harto de pastillas y de beber, y ahí empezaba todo. Mira lo que ha hecho tu hijo, el niño está llorando... Era por cualquier cosa», añade.
Esa noche, ya de madrugada (la del sábado), la discusión se tornó aún más violenta. «Me dio tres puñaladas en el pecho», declara María José, quien, tras el suceso, fue asistida en el centro de salud por tres heridas incisas, aunque leves. «El jueves voy a que ve digan cómo está el bebé», agrega.
En la discusión, el hombre, que también presentaba unos cortes en la cara, acabaría empuñando la escopeta contra ella, siempre según su versión de los hechos. «Mis niños pequeños estaban en la cama llorando y mi hijo [a la postre, detenido] lo único que hizo fue defenderme y forcejear con él para que no me disparara».
María José insiste en que el homicidio fue en defensa propia: «Hubo un disparo hacia la mano, pero por un rebote le alcanzó en el cuello. Lo primero que hicimos fue llamar a la ambulancia y asistirlo. Mi hijo estaba desesperado pidiendo auxilio, incluso bajó a la calle porque tardaban mucho. Y cuando la policía llegó, colaboramos en todo».
La mujer, que ha roto su silencio para defender al menor, insiste en que vivían instalados en una constante amenaza de la que, además, no podía huir por miedo a las represalias. Por eso lo tiene claro: «Que conste que mi hijo ha entrado por homicidio en defensa propia. Nos ha salvado la vida a todos».
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