Un año sin Maxi y Emma, desaparecidos tras salir a hacer pádel surf en Huelin: «Tratamos de volver a la vida, pero cuesta»

En Mar del Plata (Argentina), de donde son originarios los dos chicos, sus seres queridos no los han olvidado ni un solo día. Todavía siguen rastreando las noticias de los medios españoles con la esperanza de que alguna arroje alguna pista que ayude a localizar a Maxi y Emma, quienes tenían 29 y 34 años, respectivamente, cuando se les perdió la pista en el mar. «Pero nunca más nos enteramos de nada, lamentablemente», expone la familiar.

Los dos amigos quedaron en la playa de Huelin a primera hora de ese 27 de agosto, sin llevar con ellos sus teléfonos móviles. Su entorno empezó a echarlos en falta a partir de las cuatro de la tarde porque Maxi no se presentó en la heladería en la que trabajaba. Ahí saltaron todas las alarmas. Ni él ni Emma, que estaba de vacaciones en Málaga, respondían a las llamadas.

La mañana en la que se les perdió la pista a Emma y Maxi había alerta amarilla por fuertes vientos del norte, algo de lo que sus allegados están convencidos de que ellos no eran conscientes. Tras la denuncia de la desaparición en la Comisaría Provincial, se estableció un dispositivo integrado por Salvamento Marítimo, Guardia Civil y Policía Nacional para tratar de encontrarlos.

Un día y medio después, sobre las seis y media del 28 de agosto, la tabla en la que iban fue hallada a 15 millas de la costa. La misma, en la que estaba la bombilla del termo que usaban para el mate, fue avistada desde el aire por el helicóptero Helimer 207. Un velero que pasaba por la zona se encargó de rescatarla.

La siguiente y la última pista sobre los jóvenes llegó unos días después. Se trató de un vídeo que los propios familiares compartieron en el que se veía a los dos jóvenes adentrándose en el mar con la tabla de pádel surf. El mismo había sido grabado por un turista a primera hora de aquella mañana, la del 27.

Desde ahí, nada más se supo de ellos. Buena parte de las familias de Maxi y Emma se trasladaron desde Mar del Plata a Málaga para estar pendientes de la búsqueda. Desde la mañana del 29 de agosto, tanto Salvamento Marítimo como Guardia Civil, con la colaboración de Cruz Roja o de los medios del plan Frontex, rastrearon sin descanso el mar de Alborán teniendo en cuenta la probable derrota que habrían seguido a tenor del viento –de componente noroeste cuando desaparecieron– y las corrientes.

Aquel dispositivo se vio suspendido el 11 de septiembre, lo que supuso un duro golpe para sus seres queridos. Ellos necesitaban seguir aferrándose a la esperanza, por débil que ésta fuera, y en ningún caso querían marcharse de Málaga sin saber dónde se encuentran los dos jóvenes. Como explica Cindy, no les quedó otra opción que, a pesar del dolor, regresar a su país e intentar continuar con su vida, lo que sucedió tras aproximadamente un mes.

«Costó la vuelta, la verdad», reconoce la hermana de Max. Lo sucedido sigue siendo «muy duro» para las dos familias, que este 27 se volvieron a reunir en la costa de Argentina para recordar a los chicos en el aniversario de la desaparición. «Fue un día difícil y triste, pero todos los días son igual, son difíciles», sostiene la joven.

«Hay que acostumbrarse a vivir con esta realidad que obviamente nos duele y no nos gusta, pero es la que nos tocó», señala. Pese a que han mantenido el contacto con varias de las personas que se volcaron con ellos a su llegada a Málaga, quienes les mostraron su cara más solidaria en uno de los momentos más complicados de sus vidas, desde que finalizó la búsqueda no han vuelto a tener ninguna comunicación por parte de los organismos, al menos que Cindy tenga constancia.