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Margarita del Val compagina la investigación con una frenética labor divulgativa, que asume por «responsabilidad social». sur
Vacunas Covid-19

Margarita del Val: «Cuando uno clama por ver a los nietos, que repare en que el riesgo es la muerte»

Coordina la plataforma de Salud Global del CSIC dedicada al Covid-19 y anima a la vacunación, pese a informaciones que pueden causar «recelo»

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Domingo, 4 de abril 2021, 01:23

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Hace unos días le recordaba una amiga el vaticinio que hizo hace dos décadas: «Habrá más pandemias y vendrán del sudeste asiático». Margarita del Val (Madrid, 1959) dio en el clavo, aunque ella se reste méritos. «Todos los virólogos lo sabíamos, porque el 70% de las enfermedades infecciosas actuales tienen su origen en el salto de un animal a otro». Esto, unido a las características urbanísticas y poblacionales de la zona, hicieron el resto. Del Val es doctora en Ciencias Químicas, aunque se especializó en Bioquímica, «que es la química de la vida», apostilla esta investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), volcada en el estudio de la respuesta inmunitaria frente a las infecciones virales y, a la vez, en una frenética labor divulgativa que asume por «responsabilidad social». En esta entrevista concedida a SUR, la investigadora trata de disipar algunas de las dudas generadas alrededor del virus y las vacunas. Su vínculo con el CSIC se remonta al inicio de su carrera. Allí realizó su tesis con Eladio Viñuela (marido de Margarita Salas) y allí se reincorporó hace 11 años tras completar su formación en Alemania, EE UU y Canadá y haber trabajado durante 19 años en el Instituto Carlos III.

–Este pasado martes se publicaba en el BOE una ley que hace obligatorio el uso de la mascarilla en cualquier espacio público, sin importar la distancia a la que estén otras personas, ¿no le parece excesivo?

–En mi opinión, no se tiene en cuenta el avance del conocimiento científico (el riesgo principal de contagio del SARS-CoV-2 tiene lugar por aerosoles en recintos interiores con una deficiente calidad del aire), salvo para decir que se adoptarán medidas de «ventilación», pero sin regular las características técnicas ni asegurar el suministro de filtros y medidores de CO2 para garantizar una buena calidad del aire. En cambio, se regula la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores, donde el riesgo es 10 o 20 veces inferior que el riesgo en interiores mal ventilados o en los que no se usa la mascarilla.

–A raíz de las nuevas cepas que están surgiendo, la última en Andalucía esta pasada semana, ¿qué potencial tienen las variantes del coronavirus para cambiar el curso de la pandemia?

–Por el momento, las variantes del coronavirus están surgiendo como una ventaja del virus para multiplicarse mejor. Eso quiere decir que tendremos que tener especial atención a cumplir todas las medidas que conocemos y que estén en nuestra mano. Pero todas, porque ninguna por sí sola es suficiente. Además, deben adoptarse con mayor rigidez cuando están circulando virus que se transmiten más, es decir, que su carga viral es más alta, pero también porque pueden transmitirse durante más tiempo. Si esto ocurre, también impacta en las cuarentenas, por tanto, si antes no se respetaban al máximo, ahora sí habrá que hacerlo, incluso, alargarlas. Las variantes no tienen ventaja en ser más virulentas, al contrario, las personas más graves transmiten menos el virus porque no se pueden mover. Además, tampoco tienen ventaja porque todavía hay mucha población vulnerable y sin inmunidad y no tiene la ventaja de escaparse de la respuesta inmunitaria.

«Me parece una incoherencia que se limite la movilidad entre regiones y vengan extranjeros »

«Las olas van a seguir viniendo siempre que haya población vulnerable y en España es el 80%»

–¿Las vacunas actuales y las que están por llegar están preparadas para contrarrestar esa capacidad multiplicadora del virus?

–En algunas de las variantes, ya sabemos que funcionan todas las vacunas, como la británica, y eso se ha visto claramente en Israel, que tenía una proporción muy alta de la variante británica y donde se ha vacunado una parte muy importante de la población. En cuanto a las variantes sudafricana y brasileña, sabemos los datos del último gran ensayo clínico que se ha hecho en Brasil y Sudáfrica con la vacuna de Janssen y allí han visto que con un 95% de variante sudafricana en Sudáfrica, con un 70% de la variante brasileña en Brasil y con ninguna de las variantes en EE UU, la eficacia de todos los ensayos clínicos en estos tres sitios con variantes distintas era indistinguible, es decir, no era diferente. Por lo tanto, parece que está protegiendo.

–La vacuna de AstraZeneca lleva semanas en el punto de mira y ha creado recelo entre una población que parecía entregada a la vacunación. ¿Cree que estas informaciones han dado pábulo a los negacionistas?

–Cuando cambian con frecuencia las indicaciones de una vacuna, al final se nos satura la capacidad de informarnos y se nos queda el recelo. Ahora mismo, en cuanto a seguridad, estamos pendientes de que después de Semana Santa se reúna la Agencia Europea del Medicamento, que está haciendo de forma acelerada un estudio de farmacovigilancia, recabando todos los posibles casos de trombosis y los detalles clínicos para ver si están asociados con la vacuna o si, simplemente, lo que se está detectando es lo que pasa naturalmente en la población. Mientras tanto, lo que prevalece es que el beneficio es muy superior al posible riesgo, incluso, aunque se demostrase la asociación, que la causa de estos casos esporádicos fuese la vacuna, el beneficio sería muy superior al riesgo. Lo importante es que si hay un problema de seguridad, se pueda identificar a la población que puede sufrir estas trombosis tan poco frecuentes y hacer un seguimiento más cercano y además ponerle un tratamiento con inmunoglobulinas intravenosas (anticuerpos genéricos que se administran por vía intravenosa), que es conocido, barato y está disponible en todos los hospitales. En cuanto a la eficacia de las vacunas dan un beneficio a toda la población vacunada y la de AstraZeneca es una buena vacuna. Quien se ha puesto la primera dosis, puede ponerse la segunda.

Vídeo.

–Alemania cesa la vacunación en personas con menos de 60 años y España la reactiva para todos los grupos de población. ¿Cómo interpretar estos mensajes contradictorios?

–Las diferencias en los protocolos en las campañas de vacunación crean incertidumbre, pero ambas posiciones son correctas. Está demostrada la eficacia para mayores de 65 años y los únicos riesgos se han visto en personas menores de 65 años, porque eran, prácticamente, las únicas que se estaban vacunando en Europa. Para que alguien diga que un caso de trombosis, que acaba en fallecimiento, está asociado con la vacuna (se da en 1 o 10 personas por millón) tendría que tener un millón de personas vacunadas para ver un caso y, además, podría darse la circunstancia de que ese caso fuera pura casualidad.

«Aún demostrándose la relación trombosis y vacuna, el beneficio seguiría siendo muy superior al riesgo»

«Quien reclama más movilidad que piense en los que se están muriendo en los hospitales»

–¿Tiene algún sentido restringir la movilidad entre regiones y dejar entrar a ciudadanos de otros países, que además tienen una incidencia más elevada?

–Me parece una incoherencia y se debería corregir. Por mucho que se exija una PCR para el viaje en avión, esta prueba tiene un valor parcial de filtrar algunos positivos, ya que detecta, aproximadamente, la mitad de las personas contagiadas. El periodo de incubación del virus es de entre 1 y 10 días y con las variantes puede llegar hasta los 14 días.

–La cuarta ola parece imparable tras la Semana Santa. ¿Cuántas más quedan por llegar?

–Las olas van a seguir viniendo siempre que haya población vulnerable y, en España, hay un 80% de personas que nunca se ha enfrentado al virus, porque solo un 5% está vacunado y un 15% ha pasado la enfermedad. Aún así, las olas serán progresivamente menos graves porque estamos viendo en la caída de la última ola de invierno que ha bajado la mortalidad de las personas de 80 años y mayores. Serán, por tanto, menos graves en cuanto a ingresos en UCI, mortalidad y sufrimiento humano, pero puede ser que sean más graves en cuanto al número de casos y, por tanto, de sobrecarga para la atención primaria. Y ¿cuándo llegará la cuarta ola? Pues la periodicidad con la que están llegando las oleadas en España es distinta a otros países y depende exclusivamente de cómo nos estamos comportando los españoles, ciudadanos y autoridades. Cuando se nos agota el ánimo y las autoridades no nos pueden seguir manteniendo las restricciones es cuando empezamos a clamar: «Desescalada, que me ahogo; desescalada que me ahogo». Quiero que se acuerden, cuando piden que los dejen moverse, de las personas que se están muriendo en los hospitales. Cuando uno clama que quiere ver a sus nietos, que repare en que el riesgo es la muerte.

–Si pudiera elegir la vacuna que ponerse, ¿por cuál optaría?

–Optaría por las de 60 y 70% de eficacia para que las del 95% llegasen a las personas de una generación anterior a mí, que tienen más riesgo.

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