La Virgen del Gran Perdón hace historia en la Catedral de Málaga
La Dolorosa del Prendimiento nunca antes había cruzado el dintel del templo mayor de la diócesis, que la acoge en el centenario de la hermandad
La Virgen del Gran Perdón se encuentra desde este viernes por la tarde en la Catedral de Málaga, lo que constituye un acontecimiento histórico que ... quedará grabado para siempre en la memoria de la Hermandad del Prendimiento. Y es que nunca antes la Dolorosa capuchinera había pisado la basílica catedralicia. Sin embargo, lo ha hecho precisamente este otoño, en el año en que su cofradía que le rinde culto celebra el primer siglo de su fundación.
Poco antes de las siete de la tarde del viernes cruzó la imagen el dintel de la Catedral, portada en unas sencillas andas con dos varales y arropada por varios centenares de devotos que quisieron acompañarla en este momento inédito. La llegada de la Virgen al templo catedralicio fue la culminación de un recorrido de ida, emotivo y muy seguido por la Málaga cofrade, que comenzó el jueves por la tarde, cuando la efigie mariana salió de su casa hermandad, en la calle San Millán, sobre su trono del Domingo de Ramos, para bajar al Centro, rumbo a la sede social de los Estudiantes, donde permaneció hasta la tarde del viernes.
La segunda parte del traslado, todavía de ida, celebrado este viernes, fue directo, sin rodeos, desde los Estudiantes hasta la Catedral. En este caso, la Dolorosa caminaba por las calles Alcazabilla y Císter en un clima de recogimiento que contrastaba con el tono festivo de la tarde y noche anterior.
El cortejo lo abrió la cruz alzada, flanqueada por dos faroles, y, a continuación, marchó la capilla musical Virgen de Luna, que, antecedía a la Dolorosa del Gran Perdón, que vio la luz de la tarde a las 18.12 horas, mientras sonaba la composición 'El día del Señor'.
Pese a tratarse de un traslado sencillo, la calle Alcazabilla se encontraba repleta de público. La capilla musical no paraba de interpretar marchas adaptadas a este género, como la parte final de 'Alma de la Trinidad', en la entrada de la calle Císter, y también estrenó la composición 'Lazos rosas', título que hace referencia al estrecho vínculo que mantiene la corporación del Domingo de Ramos con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y que, de nuevo, quedó patente este viernes, antes de la salida de la Virgen, con la entrega a esta entidad de una camiseta azul con el escudo de la hermandad y un lazo rosa, iniciativa que había salido de los miembros del 'Arca Capuchinera', término con el que se conoce el submarino de la mesa del trono.
Ya dentro de la Catedral, la Virgen del Gran Perdón, que lucía su saya bordada por Juan Rosén sobre tisú blanco y un manto azul de camarín con bordados en oro, diseño de José Miguel Moreno y ejecutado por el taller de Empleo de la cofradía, se dispuso en la embocadura del coro, escoltada por cuatro hachones de orfebrería y dos ánforas con piñas de claveles blancos.
Los bancos del templo mayor de la diócesis se habían llenado por completo para acoger la misa de los cien años de historia, que estuvo presidida por el deán de la Catedral y pregonero de la pasada Semana Santa, José Manuel Ferrary, y concelebrada por el delegado episcopal de Hermandades, Salvador Guerrero. La parte musical estuvo a cargo de la coral Santa María de la Victoria, la orquesta sinfónica Provincial de Málaga y el órgano catedralicio, tocado por Antonio del Pino.
Homilía
José Manuel Ferrary, durante su homilía, recordó la razón por la que la Virgen del Gran Perdón se encontraba en la Catedral, la celebración del centenario de la Hermandad del Prendimiento, y se dirigió a los cofrades para decirles que «María hoy ha llegado a su casa», en alusión a la inédita entrada de la Dolorosa en el templo mayor de la diócesis. «La Virgen ha venido manifestando la humildad de la esclava que, proclamando la grandeza del Señor, se hace grande y nos ofrece el perdón de su Hijo», advirtió el deán de la Catedral.
Asimismo, el predicador de la eucaristía se dirigió a la Virgen del Gran Perdón para asegurar que ella «es quien se erige como Madre en el corazón de esta hermandad, y en el interior de muchos malagueños», recalcó. Seguidamente, añadió que es esta Dolorosa la que «nos emociona cuando la miramos y cuando a sus brazos nos arrojamos. Es ella quien nos empuja a hablar de su Hijo y quien nos alienta a seguir caminando en nuestros momentos de desierto y es ella quien nos anima a dar testimonio cristiano, a sentirnos Iglesia, a sentirnos cofrades y a buscar al hermano para salvarlo, para perdonarlo y abrazarlo», prosiguió Ferrary, al tiempo que afirmó que al resguardo de María, «nuestra vida de fe florece, se incrementa nuestro amor y, sobre todo, se afianza nuestra esperanza», dijo.
Por último, José Manuel Ferrary volvió a referirse a Jesús del Prendimiento, el icono devocional que dio origen a la hermandad hace cien años, para que «grabemos su imagen en nuestro corazón y que no se borre nunca», subrayó.
Al final de la misa, el deán de la Catedral se dirigió de nuevo a los asistentes, entre los que se encontraban el presidente de la Agrupación de Cofradías, José Carlos Garín, y representaciones de varias hermandades agrupadas, para proclamar su felicidad por haber podido recibir a la cofradía en la basílica y por el trabajo realizado por los hermanos en el montaje de este culto extraordinario. «Espero ver el segundo centenario, aunque soy demasiado optimista», bromeó Ferrary en el cierre de su intervención.
Al concluir la eucaristía, ya sin devotos en el interior del templo, la Virgen del Gran Perdón quedó expuesta en la capilla de San Rafael, donde permanecerá durante este sábado en devoto besamanos en horario de 10.30 a 11.45 horas y de 14 a 17.30 horas. Y es que es en ese mismo espacio donde reposan los restos del que fuera obispo de Málaga, Ángel Herrera Oria, figura clave en la historia del Prendimiento, al convertirse en el gran impulsor de su reorganización en la posguerra, de ahí la atinada elección de este oratorio, situado en el lado del Evangelio de la Catedral de la Encarnación, junto a la entrada del patio del Sagrario.
Desde que se permitió el acceso para este culto, varios centenares de devotos ya han pasado para besar las manos de la Dolorosa, que se muestra sobre una peana de orfebrería, flanqueada por cuatro hachones y dos candelabros con cera blanca, cuatro ánforas con piñas de claveles blancos y, tras ella, la escultura del arcángel San Rafael, titular de la capilla, conocido como el ángel de la curación y la protección.
Después del besamanos, cuando finalice la misa ordinaria de la Catedral, la Virgen regresará también este sábado, a las 20 horas y en andas, a la casa hermandad de los Estudiantes, desde donde saldrá este domingo, a las 18 horas, en procesión extraordinaria en su trono del Domingo de Ramos. La comitiva recorrerá las calles Alcazabilla, Císter, San Agustín, Duque de la Victoria, plaza del Siglo, Molina Larios, plaza del Obispo, Strachan, Larios, plaza de la Constitución, Especería, Cisneros, Fajardo, Compañía, Tribuna de los Pobres, Carretería, Dos Aceras, Carrera de Capuchinos, Empecinado, Alderete, Marqués de Cádiz, Eduardo Domínguez Ávila, plaza de Capuchinos, Alameda de Capuchinos, Miguel Bueno Lara y San Millán, con encierro en torno a las 4.45 horas.
La Dolorosa marchará con los sones de la banda de música Virgen del Rocío y se prevén varias petaladas, poemas y actuaciones musicales en diferentes puntos del itinerario establecido, y poco antes del encierro, ante la puerta de la parroquia de la Divina Pastora, saldrá el Señor del Prendimiento a recibir a su Madre del Gran Perdón. Será, pues, el colofón de un fin de semana histórico para la hermandad del barrio de Capuchinos, que celebra de esta manera sus cien años de vida.
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