La versión de Jamal Satli, presidente de BlueBay, tras su detención: un empresario iraquí al que él le reclama 245 millones le ha denunciado

Según indica Satli, todo viene por el contencioso que mantiene con el empresario iraquí Nadhmi Auchi, presidente general de Mediterranean Holding, un grupo hotelero con el que operó en 2014 una «Joint Venture tanto en la vía patrimonial de propiedad de los hoteles, como en la de la gestión hotelera conjunta», dice el comunicado.

«En paralelo, el Sr. Auchi me pidió apoyo económico porque su Grupo estaba atravesando problemas de liquidez relevante, resultando en que le prestamos un total de 14 millones de dólares entre2015 y 2016, los cuales no ha devuelto. Ante la imposibilidad práctica de seguir empujando el proyecto común por la falta de compromiso, inacción y freno que fue demostrando GMH, ambos socios tratamos de llegar a acuerdos amigables que pusieran fin a esta relación con acuerdos compensatorios justos. De hecho en Febrero 2020 llegamos a firmar un Acuerdo de separación que reconocía una serie de Compensaciones para mi grupo. GMH lo incumplió y ya cerró la puerta a cualquier otro arreglo extrajudicial», explica Satli en una nota de prensa que ha sido remitida a SUR.

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Ante la falta de acuerdo, el asunto llegó a los juzgados, que es donde empiezan los problemas y BlueBay le reclamaba al empresario iraquí un total de 231 millones de euros por su «por su incumplimiento de los Acuerdos ante la CIMA (Corte de Arbitraje de Madrid), a la espera de Laudo arbitral», según se indica, además de otros 14 Millones de dólares, reclamados estos a GMH en Luxemburgo.

«GMH, como demandada, ha buscado frenar estos juicios a través de todo tipo de estrategias dilatorias. De hecho, no ha contrademandado por lo civil, sino que por el contrario, para paralizar los juicios y evitar resoluciones en su contra que le obligasen a pagar, decidió contraatacar mediante querellas penales personales para amedrentarme, en base a una narrativa alrededor de que fue inducido a asociarse por engaño de mi parte. Y con esta misma argumentación, ha presentado cinco querellas contra mí por fraude en 3 países diferentes por el mismo relato, mismo denunciante y mismo acusado. Una manipulación procesal en toda regla: (1) en Marbella en julio 2021 archivada, (2) en Majadahonda en 2022, aún no admitida a trámite con conflicto de jurisdicción, (3) en Luxemburgo, (4) en Sharjah (Emiratos Árabes Unidos) y (5) en Ras Al Khaima (Emiratos Árabes Unidos).

Es la cusa de Emiratos Árabes la que ha prosperado y la que ha dado pie a esa orden de detención internacional que ha sido ejecutada en Málaga, algo que sorprende a Satli: «logrando que el Juzgado dicte una sentencia en mi ausencia en un tiempo récord de 2 meses y 3 días, sin siquiera haberme odio el Tribunal, aprovechando que por motivos médicos no pude asistir a la vista. La Sentencia no es firme pero aun así la han logrado comunicar a través de Interpol. Y esta Sentencia es la hoy me han notificado en el Juzgado de Málaga», explica el empresario.

En su amplio escrito, el presidente de BlueBay duda de la honradez del empresario que le ha demandado y expone algunos ejemplos. «Lamentablemente, al tiempo de firmar la Joint Venture, el Sr. Auchi tenía la apariencia de honorabilidad, lista de Forbes 2014, título de Sir, etc. Sin embargo, la realidad que fuimos conociendo con el paso del tiempo respecto al Sr. Auchi dista mucho de esa imagen. En concreto, mediante averiguaciones posteriores, averiguamos que el título de «Sir» había sido otorgado al Sr. Auchi en Nov 2014 en Antigua y Barbuda, fraudulentamente y le fue retirado en Mayo de 2016 por recibir el título a cambio de dinero. Pero mucho más grave aún fue la información que conocimos años después que relacionaban al Sr. Auchi con el régimen de Saddam Hussein y con un ataque de armas químicas en Kurdistán Irak, que motivó una acción judicial coordinado por el despacho americano mm-law en su contra (entre otros)».

Finalmente Jamal Satli califica al empresario denunciante como persona sin escrúpulos e insiste en que todas las querellas que le ha puesto sólo tienen como objetivo evitar el pago del dinero que le debe. «Sin embargo, desde ya confirmo que este atropello no va a conseguir doblegarme ni hacer que renuncie a mis derechos y prosiga con mis acciones en su contra. Esta y ninguna otra ha sido la razón de mi presencia voluntaria en los juzgados, con el único objeto de cumplir con el tramite de la notificación de la Sentencia de Sharjah, que se defenderá en las instancias correspondientes», finaliza.