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La película de terror se repitió. El Málaga sorprendió, dispuso de oportunidades, pero las perdonó y lo pagó al final, de nuevo en el descuento, ... para caer en Huesca otra vez de forma cruel y completamente injusta en un partido controlado por los blanquiazules (esta vez de amarillo) al comienzo, aunque en la fase final pasaron a sufrir hasta que recibieron ese fatídico gol en el minuto 97 en un desajuste defensivo que permitió a Javi Pérez batir a Alfonso Herrero. Con ese 'regalo' final se consumó un desastre inesperado por los méritos de uno y otro equipo.
El Málaga, con tres centrales, apenas concedía oportunidades, pero el Huesca, un equipo rácano, lo intentaba con su especialidad, las acciones a balón parado. Ahí dispusieron de sus opciones antes de ese tanto definitivo. Cuando ya se daba por hecho el empate debido a que quedaba sólo un minuto de esa larga prolongación (ocho), en una de las escasas acciones combinativas de peligro de los locales llegó el mazazo para un equipo que sigue acumulando golpes un partido tras otro.
Con esta nueva derrota, acumula tres consecutivas y desaprovecha la oportunidad para abrir más brecha con la zona de descenso tras la derrota del Eldense. De esta manera, sigue a tres puntos y seguirá jugándosela una semana tras otra hasta que rinda visita precisamente al conjunto alicantino en un choque vital. El esprint final de la competición volverá a estar rodeado de sufrimiento para los malaguistas, pues en los siete partidos que quedan deberán buscar la manera de mantener la venta o aumentarla.
Pellicer llegó todavía más lejos con su revolución, aunque en este caso lo hizo por precaución, para darle algo más de seguridad al equipo tras la baja de Luismi. El técnico apostó por un cambio de sistema, por utilizar de entrada a tres centrales, además de dos de sus habituales laterales en este caso como 'carrileros'. Dos hombres como Manu Molina y Juanpe delante, Larrubia y Lobete como interiores-extremos y nuevamente arriba el canterano Chupete, que ha adelantado en los últimos compromisos a Dioni y Baturina. De esta manera, el delantero malagueño y Antoñito se quedaron de entrada en el banquillo.
La fórmula era similar a la de su oponente, aunque uno de los 'carrileros' del Huesca fue el malagueño Joaquín, un extremo reconvertido. Y el envite arrancó con superioridad visitante, con más movilidad, una mejor cobertura del terreno y más profundidad. El cuadro de Martirosos sorprendió con su nuevo sistema y la acumulación de hombres por el interior, lo que generó importantes dudas en el cuadro local. Los desajustes locales eran constantes y el Málaga comenzó a disfrutar muy pronto de oportunidades: Juanpe dispuso de dos en pocos minutos, pero no fue posible que marcara (en la primera el balón tocó un poste y en la segundo se estrelló contra el portero).
Era el momento de los hombres de Pellicer, pero seguían perdonando en sus aproximaciones peligrosas, lo que mantenía el marcador cero a cero. Las posiciones de Lobete y, sobre todo, Larrubia, se les atragantaron a los defensores del once oscense. De hecho, el canterano malagueño tuvo su ocasión en un disparo desde fuera del área (más tarde lo intentaría de nuevo), mientras que poco después fue Gabilondo el que estaba en condiciones para marcar, pero su entrada forzada provocó que no controlara bien el balón.
El Málaga estaba haciendo méritos para ir por delante en el marcador, pero la falta de pegada y acierto lo estaban impidiendo, como ocurrió otras veces. Y el rival comenzaba a crecerse poco a poco hasta que al final de la primera parte dispuso de alguna oportunidad, aunque su capacidad ofensiva fue muy inferior a la mostrada por los visitantes. Reaccionó tras el descanso Antonio Hidalgo con un cambio inesperado: dejó a Soko fuera y dio entrada al desequilibrante Gerard Valentín. Pellicer quitó poco después a los dos amonestados (Chupete, que se jugó la expulsión, y Juanpe) para dar entrada a Izan Merino y Dioni.
El mal árbitro Lax Franco, al menos en este partido, señaló un penalti en contra del Málaga que no existió. Pero lo peor fue que al consultarlo en las imágenes del VAR tardó casi dos minutos en ver algo evidente: el balón tocó en la espalda de Nelson. Increíble. El impás general del choque, sin embargo, inquietaba al Málaga ante un rival que controlaba el juego. El equipo visitante iba a menos, necesitaba reaccionar para no verse sorprendido de nuevo en los últimos minutos. Con Antoñito ya en el campo, los hombres de Pellicer intentaban enderezar el rumbo, evitar tantas pérdidas y ganar algo más en la posesión.
El sufrimiento comenzó a aparecer para los blanquiazules, que se defendían bien pero estaban alejados de la meta contraria y a expensas de que llegaran con peligro los locales, como ocurrió en una de las acciones a balón parado que provocó que Galilea tuviera que sacar el esférico bajo palos. Pero el Málaga no renunciaba a la victoria y Pellicer ordenó que saltara al campo Baturina. Eran los instantes definitivos para los visitantes, en los que, al menos, tenían que evitar los errores. Pero no lo consiguieron y de nuevo cuando ya saboreaban, al menos, un punto apareció la jugada del Huesca en la que Javi Pérez se quedó solo para hacer un injusto gol del triunfo. Al Málaga se le complica su situación.
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