El Málaga, a por la tercera victoria seguida, de nuevo sin poder repetir once
Sin Sadiku, está por ver el dibujo de Víctor en El Toralín, donde los blanquiazules vuelven 12 años después para dar continuidad a su mejoría y frenar a una Ponferradina aguerrida y eficaz
«Cuesta arriba no te rindas, cuesta abajo no te confíes». Ese poético mensaje de Víctor, el entrenador del Málaga, en sus redes sociales, ... simboliza a la perfección el sentimiento actual que sobrevuela el vestuario malaguista. Las dos últimas victorias han supuesto un gran balón de oxígeno, y fueron como dos primeras veces. Ante el Deportivo por cortar la mala racha de diez partidos sin ganar y frente a un rival directo, y la segunda contra el Oviedo, por ser el esperado triunfo en La Rosaleda que tuvo que esperar dos meses y medio. Dos barreras derribadas que, como le pasó a Pacheco el sábado pasado, fue cómo quitarse un peso de encima (sic). En resumen, la actualidad viene a ser eso que entiende Víctor como ir ya cuesta abajo. O por lo menos, con menos pendiente.
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Pero él, gran aficionado al ciclismo, sabe de qué habla cuando se refiere a subir pendientes y dar pedaladas. No hay que fiarse de la montaña. Y Víctor le está dando vueltas todavía a la piedra que se le presentó esta semana. La baja de Sadiku, que por cierto se puede prolongar varias semanas según se vaya recuperando de su rotura muscular, ha trastocado la idea de repetir el once titular que dispuso ante el Oviedo. Porque lo ideal hubiese sido no cambiar lo que está funcionando, pero no podrá ser.
Sustituto de Sadiku
El Málaga está obligado a pergeñar un plan para sustituir a su 'nueve', que estaba destacando más por sus virtudes que sus defectos, y se había postulado como una referencia clave para el sistema del 4-4-2 que le ha dado las últimas dos victorias a los malaguistas. Ahora habrá que rebuscar en el armario para encontrar un traje parecido. Pero la realidad es que una percha idéntica no existe. La primera opción que se baraja, por ser la más lógica, es que Víctor se decida por poner el once más parecido al del sábado pasado.
Valorando la solidez que han adquirido Luis Hernández y Lombán en el eje de la zaga, y la buena pareja que se ha descubierto con Keidi y Adrián en la misma línea. Que encajan como dos piezas de puzle precisamente por sus diferencias. Por todo esto, la opción más conservadora es introducir a Lorenzo. Delantero por delantero, a pesar de las diferencias del joven hispano-suizo con el albano. Lorenzo no tiene la capacidad de Sadiku para aguantar el balón o fijar a los centrales. Es más un segundo delantero o extremo, por lo poco visto de él este curso. Porque esa es otra cuestión. Introducir a Lorenzo, con la falta de minutos, es también un riesgo por la falta de ritmo.
Tampoco está claro cómo puede combinar con Antoñín, que aprovechó a la perfección la condición de faro de Sadiku para marear tras la luz a los defensores del Oviedo la anterior jornada. Su actuación le hace prácticamente indiscutible para hoy. Otras opciones son cambiar el sistema y volver al 4-1-4-1, con un solo punta y dándole a Adrián más libertad para el ataque. Pero esta alternativa no trae buenos recuerdos tras lo sufrido en Huesca, que se vieron muy superados. Dar entrada a Juanpi de inicio puede ser otra opción. El venezolano, que no ha tenido minutos las últimas semanas, está bien de ánimo y él, sin ser corpulento, sí tiene más armas para conservar la pelota en zonas de ataque. Y luego está el rival.
La Ponferradina se caracteriza por tener las ideas muy claras. Posee una línea defensiva muy corpulenta y física, un centro del campo muy equilibrado y bandas como Isi y Valcarce, muy veloces. Pero sobre todo destaca por su eficacia de cara a portería. Junto a Rayo, Almería y Cádiz, son los más goleadores con 19 goles. Mucho tiene que ver la pareja Yuri-Kaxe, que han hecho la mitad de los goles del equipo. Son pura solvencia.
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