El Málaga hará una plantilla totalmente nueva: Tete es el único superviviente

Muñoz ha decidido cortar por lo sano y ha preferido incluir en el grupo de despedidos a todos los jugadores que cuentan con una ficha que supere la cantidad fijada para cada demarcación en el terreno de juego. Por eso finalmente se ha optado por no prolongar una negociación con Lombán (pese a que la diferencia entre lo que tiene garantizado por contrato y lo que se le ofertaba era mínima) o con Cifu (en una situación similar y que hace un par de semanas no 'corría peligro').

En este sentido, fue elocuente el once dispuesto por Pellicer en la primera parte frente al Valladolid: Gonzalo; Ismael, Juande, Mini, Cristo; Benítez, Quintana, Ramón, Larrubia; Julio y Mike. Es decir, un profesional (y de nuevo cuño, Juande) y diez 'amateurs', aunque Ismael sí pertenece a la primera plantilla, como sucede con el central. «No fue un mensaje del míster; fue simplemente que Tete no estaba para ser titular y que únicamente contaba con un profesional que no estaba en peligro de salir del club, Juande. Puso a este y completó el equipo con canteranos», apuntaban ayer respecto a que esa alineación fuera un mensaje del entrenador a los responsables de la entidad de Martiricos.

Porque inicialmente el Málaga iba a mantener a Benkhemassa, siempre en función de la evolución del mercado (cobra el salario mínimo), o parecía 'fijo' Cifu (porque podía alcanzarse un acuerdo en términos favorables al club). Igual que pretendía no dejar marchar a Rolón y sí garantizarse algún derecho por si en el futuro progresa. O no cerraba la puerta a alcanzar un acuerdo con Lombán. O anhelaba traspasar a Munir. Pero la enquistada situación con algunos jugadores ha desembocado en la drástica medida de deshacerse de todos ellos.

También de Adrián, que había antepuesto quedarse en Málaga (él y su familia no querían moverse e incluso habían cambiado de domicilio) y había rechazado en principio varias ofertas de España y del extranjero. El viernes, tras una reunión con Manolo, comenzó a no tenerlo tan claro al comprobar que la oferta no llegaba ni a la mitad de lo que le ofrecían otros equipos pese a que tenía dos años casi asegurados (el segundo, por una cláusula de renovación automática por 20 partidos jugados).

El problema, como explicó SUR, se centra en que esta drástica medida llega a menos de tres semanas para el comienzo de Liga y que en la actualidad, con las medidas sanitarias dispuestas, un futbolista fichado tarda una semana en incorporarse a los entrenamientos porque debe superar dos test PCR y con los consiguientes plazos para conocer los resultados. A los futbolistas les ha molestado sobremanera que este 'despido colectivo' no se haya producido antes, sin medias tintas, entre otras razones porque, según explican, «en esta situación ahora no sólo hay que buscarse equipo, sino también colegio a los niños, por ejemplo».

El caso es que Pellicer cuenta en estos momentos con cuatro efectivos: el único profesional superviviente de la pasada temporada (Tete), el ascendido Juande y los fichajes anunciados (Orlando Sá y Cristian, este último aún inédito en los entrenamientos). En la recámara están las incorporaciones de Dani Barrio, Calero o Escassi, todos ellos procedentes del Numancia, club que todavía no ha descendido oficialmente a Segunda B. El panorama para el entrenador es demasiado preocupante cuando el jueves comienza la concentración de pretemporada y quedan menos de tres semanas para la primera jornada de Liga. Y, como explicaba ayer SUR, hay que ensamblar un equipo nuevo, con cerca de una veintena de incorporaciones.