El Málaga saca un punto de oro ante el Granada (1-1)

La entrenadora blanquiazul Nati Gutiérrez apostó de salida por un 4-4-2 con Ale, Candela, Ruth, Encarni en la defensa; Clo, María Cortés, Andrea Ríos, Natalia Padilla en el centro del campo y Claudia y María Ruiz arriba, además de la exportera del cuadro rival Andrea Romero, bajo palos. El conjunto salió serio, concentrado, a sabiendas de que sólo le quedaban seis finales (cinco tras esta) antes del cierre de la campaña regular. Y consiguió obrar el milagro el cuadro de Martiricos y reconciliarse con el gol, al menos de inicio.

La internacional almachareña María Ruiz anotó el primero del partido y su cuarto esta campaña, en el minuto 12, en una acción que surgió de la nada. En un momento de indecisión, todavía con el juego algo frío, la extremo no dudó en tirar a puerta en cuanto vio que no la cubría ninguna rival y tiró raso, desde la frontal del área y con dirección al palo izquierdo, para abrir la lata. Una alegría que necesitaba como agua de mayo el equipo.

Aunque duró apenas unos minutos este liderazgo, porque el partido se ralentizó y el Málaga no volvió a generar el más mínimo peligro más allá de un saque de falta directa a portería por parte de Clo. El Granada, por el contrario, fue de menos a más y empezó a generara varias contras consecutivas que pusieron al conjunto local contra las cuerdas. En una de estas, el 1-1 acabó llegando aunque de la forma más inesperada, con un tiro lejano de la malagueña y exmalaguista Postigo, que vio a la portera blanquiazul adelantada y optó por tirar a puerta. El propio balón, sin apenas fuerza, sobrepasó a Romero a modo de vaselina y esta ni siquiera se molestó en correr a frenarlo; sencillamente vio como se colaba en las redes. Acrecentó la intensidad del conjunto visitante, motivado, intentando deshacer el empate antes del descanso, aunque no fue posible.

En los primeros minutos de la segunda mitad, el encuentro volvió a igualarse, el Málaga volvió a mostrar su faceta más seria en la defensa, guiada por la capitana Ruth y Encarni y en el centro del campo, liderado por Andrea Ríos, que firmó un buen partido en lo personal. Sin embargo, seguía faltando verticalidad. Y para intentar buscarla, Nati Gutiérrez apostó por introducir de golpe a Edna, como extremo, a Futu, en la delantera y a la canterana Tati (que debutó) en el medio del campo. Y sí que creció el cuadro blanquiazul en intensidad ofensiva, pero sus acciones requerían de mayor continuidad y sobre todo definición.

Por suerte para las locales, aunque el rival nazarí generase más peligro por las bandas, sus ocasiones también acababan por morir en la orilla. Los minutos fueron pasando y el encuentro cada vez recordaba más al tramo final de la primera mitad, cuando el Granada tomó las riendas del ataque; el Málaga, por su parte, se centró tanto en contener el balón que pareció olvidarse de subir. Tuvo una oportunidad gracias a un saque de falta que generó Edna, pero su tiro se marchó por encima del larguero y otra posterior con otra jugada a balón parado, aunque el balón no entró. Un punto de oro que, aunque sigue exhibiendo el hecho de que queda trabajo por hacer, da fuerzas al equipo para seguir creyendo.