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El Málaga se quedó sin milagro y empató ante el Levante B, sellando su billete a la tercera categoría
Con este resultado, el cuadro blanquiazul desciende matemáticamente a Primera Nacional a falta de una jornada
marina rivas
Sábado, 15 de mayo 2021, 20:38
No por esperado es menos doloroso. Ver sus caras empapadas en sudor y lágrimas, sus llantos desconsolados, sus abrazos más sinceros tras haberse consumado la ... más negra de las noticias. La más absoluta desolación tras haber sudado la camiseta durante más de 90 minutos y haberse dejado la piel intentando forzar un milagro que nunca llegó. Los errores, las lesiones, la falta de acierto, de concentración, los goles que nunca llegaron y los que sí entraron, las dudas… Todos los errores se pagaron excesivamente caros este año. El conjunto de Javi Ramos no tenía margen de error, debía ganar las dos jornadas restantes, las últimas de su temporada, para seguir tiendo alguna opción cara al objetivo de la permanencia en Segunda. Un destino aciago y aparentemente poco ambicioso, pero un reto mayúsculo teniendo en cuenta cómo ha trascurrido el año. Empató sin embargo en su primera tentativa, 0-0 ante el Levante B y consumó por tanto su descenso a la Primera Nacional (la tercera) en la que nunca antes habían militado.
El cuadro blanquiazul plasmó desde inicio una versión muy dominante, la misma que hubiera hecho falta en jornadas anteriores para intentar haber sacado algún punto más. Es cierto que en los dos únicos tiros a puerta del filial Granota, el cuadro siguió pecando de falta de contundencia defensiva, errores de marcaje, pero más allá de estas tentativas puntuales, no dieron lugar a que las rivales tomaran las riendas durante la primera mitad. Destacaron especialmente dos nombres, los de Buceta, como directora de la medular y máxima creadora de juego y María Ruiz, muy peligrosa en las inmediaciones del área.
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Dos tiros de la extremo malagueña, de rosca al segundo palo y otro al primero al límite del descanso, además de otro intento de Claudia, fueron las grandes ocasiones del conjunto local. Faltó quizá algo más de continuidad en muchas otras jugadas de ataque y algo más de profundidad en los balones. Incluso intentar jugar más con los cambios de ritmo y la rapidez de las contras para sorprender a un Levante B bastante correoso cerrando sus líneas y presionando en el uno a uno.
Al descanso, ningún equipo logró quitar las telarañas al marcador, pero el conjunto blanquiazul se había colgado el cartel de favorito cara a la segunda mitad, al menos si mantenía esta actitud. Y mantuvo el dominio en el control del esférico, aunque mermado por el sufrido calor y por la urgida necesidad por anotar cuanto antes. Pasaban los minutos y la intensidad del encuentro iba decreciendo, el equipo necesitaba frescura y mucho más contundencia arriba, paseaba el balón por el área sin llegar a tirar con certeza. Mientras, el filial granota, demostró saber aguantar con nota la presión y cerrar muy bien los espacios, aunque a nivel ofensivo no atacara demasiado.
El técnico local apostó por introducir a Edna (por Claudia Jiménez) en la delantera, Encarni (por Ale) en la defensa y más tarde Farfán (por Buceta) en el extremo izquierdo, pero sin embargo, el que acabó ganando en confianza y comiendo terreno fue el Levante, que construyó al menos dos llegadas muy peligrosas que de no ser por la intervención de la meta Andrea Romero, podrían haber sido gol. Se agotaron los cambios con la entrada de Estefa (por Lorena) y Futu (por Andrea Ríos), dos jugadoras de corte ofensivo para buscar la reacción in extremis. Pero no hubo tiempo para nada más. Sonó el pitido final y las malaguistas cayeron sobre el césped, rotas de dolor, a sabiendas de que la incertidumbre por descender a este abismo' de la Primera Nacional marcará un antes y un después en el club y en ellas mismas.
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