Francisco Salado: «Se tendría que prohibir la vivienda turística en comunidades de vecinos»

Salado, que hizo un repaso a todas las cuestiones que afectan al turismo, se mostró claro y rotundo con respecto a la vivienda turística. «Se tendría que prohibir la vivienda de uso turístico en comunidades de vecinos donde viven los vecinos de toda la vida», incidió, al mismo tiempo que admitió que la administración ha sido demasiado lenta a la hora de regular un fenómeno ya muy extendido. «Hemos sido muy lentos», dijo para recalcar, acto seguido, que él siempre ha adoptado una posición crítica al ser consciente de los «conflictos» que estas viviendas provocan entre los vecinos.

El futuro del turismo y de su sostenibilidad pasa para Salado por una apuesta rotunda por el alojamiento hotelero y que se acaben nivelando los actuales flujos de visitantes también hacia apartamentos turísticos que se encuentran en edificios dedicados en su totalidad a la explotación turística. «Yo soy partidario de un alojamiento hotelero. Creo que da más calidad, más control, crea más riqueza y más empleo», añadió.

Para Salado, la mencionada apuesta por el turismo de calidad y el alojamiento hotelero también supone un antídoto para posibles conatos de turismofobia entre la propia población local. «No podemos entrar en el catastrofismo de que el turismo tiene la culpa de todo», resaltó.

El presidente de la Diputación hizo una defensa rotunda del turismo como motor económico de la provincia y destacó que muchos de los avances logrados en las últimas décadas se deben, precisamente, a la posición de Málaga como imán para viajeros que acuden tanto desde España como desde el extranjero para pasar sus vacaciones. En este sentido, también se enfocó la última campaña de Turismo Costa del Sol, presentada en Fitur. En vez de dar el protagonismo al viajero, se se le dio a los trabajadores del sector. Salado defendió que se les debe hacer partícipes del éxito turístico de la provincia y que esto se traduce en mejoras sociales y retributivas.

Preguntado por la disminución del turista nacional, Salado aseguró no estar preocupado. «El nacional ha bajado pero los datos absolutos al final nos dicen que hemos crecido en turistas, en generación de riqueza, en generación de empleo, en la media de pernoctaciones, en beneficios hotelero», resaltó. «No es una bajada preocupante», insistió.

Otro elemento que habla de la buena salud del turismo está, según Salado, en la práctica eliminación de la estacionalidad. Un fantasma del pasado que parecía cuasi inherente a la propia Costa del Sol. En el actual contexto, sin embargo, la gran mayoría de hoteles pueden mantener sus puertas abiertas, con un flujo de turistas que se mantiene con constantes aceptables a lo largo de todo el año.

«Siempre hemos luchado por ello y ahora hemos conseguido romper la estacionalidad» dijo. También admitió ciertas contradicciones que marca el propio dinamismo del destino. «No podemos cubrir todo el espectro» señaló en relación al difícil equilibrio entre mantener precios populares y atraer un turismo más exigente.

Preguntado por la parte del debe, Salado resaltó la mejora de las infraestructuras y servicios públicos que se ofrecen en la provincia. La llegada de más viajeros exige también una estructura de movilidad que en estos momentos ya ofrece síntomas de agotamiento.