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El cielo estaba amenazante, pero el secretario provincial de CC OO, Fernando Cubillos, aseguraba tajante: «No va a llover». Al igual que él, miles de personas han ignorado la previsión meteorológica y se han echado a la calle esta mañana en Málaga para cumplir un año más -y van 135, señalaba Cubillos- con la gran cita anual del movimiento obrero, esta vez dotada de un marcado carácter defensivo -que no militar- frente a la ola reaccionaria mundial que, según los sindicatos convocantes, amenaza los derechos y mejoras laborales conquistados en los últimos años (subida del salario mínimo, reforma laboral y Ley de Igualdad). «Proteger los derechos conquistados y ganar el futuro», era el lema elegido este año por CC OO y UGT a nivel nacional para todas las movilizaciones del Día Internacional de las Personas Trabajadoras. Como es habitual, PSOE, IU, Podemos y otros partidos de izquierda han respondido a la convocatoria de los sindicatos de clase, junto a movimientos sociales y sindicatos minoritarios.
Efectivamente, no ha llovido y la manifestación ha discurrido como un reloj; ordenada, rápida y sin incidentes (se les nota el oficio a los sindicatos en esto de las manifestaciones): partía a las 11.45 desde el fondo de la Alameda de Colón y a las 12.30 ya estaba llegando la cabecera a la plaza de la Constitución, una vez recorrida la Alameda Principal y la calle Larios. Allí, después de escuchar el himno de Andalucía, han pronunciado sus discursos la secretaria provincial de UGT, Soledad Ruiz, y su homólogo en CC OO. Pasados diez minutos de la una quedaba cerrado el acto como correspondía: La Internacional sonando en los altavoces y cantada a coro, puño en alto, por los asistentes.
«Queremos poner en valor todos los derechos conquistados en los últimos años; reformas que han sido claves y que son fruto del diálogo social. Tenemos cifras récord como nunca la habíamos tenido en nuestro país, en Andalucía y en Málaga, de empleo, de estabilidad en el empleo, de subida del salario mínimo. Subidas también en el salario de los funcionarios, en las pensiones. Son elementos para celebrar, pero también para reafirmarnos en que no vamos a dar ni un paso atrás», advertía Soledad Ruiz, que insistía en que los derechos laborales conquistados no pueden «estar al albur de los vaivenes políticos ni de las ideologías reaccionarias».
Junto a esos derechos laborales, los sindicatos sitúan el otro frente que está «amenazado» por esa oleada derechista: los servicios públicos. En este punto, Cubillos afinaba el tiro contra el gobierno andaluz de Juanma Moreno: «No podemos consentir que se privaticen los derechos constitucionales como las dependencias, como la educación, como la sanidad: la gente de Málaga no puede pagar esa privatización de esos derechos constitucionales», afirmaba. «La sanidad pública aquí en Málaga está destrozada, con personal que se nos va de esta provincia porque se les ofrece contratos basura, de uno y dos meses», apuntaba Ruiz.
Respecto a ese futuro incluido en el lema de este año, que hace referencia a las reivindicaciones pendientes, los sindicatos insistían en la reducción de jornada a 37,5 horas: «Vamos a presionar para que en el Congreso de los Diputados se apruebe esta reforma», apuntaba Cubillos. Por su parte, Ruiz destacaba que en el 'debe' del mercado laboral malagueño siguen estando los salarios, «que siguen por debajo de la media nacional» y tienen «también que adecuarse con la inflación».
Cubillos no perdía la ocasión de entrar en la polémica sobre el apagón: «Este apagón no es culpa de una situación atmosférica y no es culpa de las renovables; este apagón es culpa de la falta de inversión, de esos 11.700 millones de beneficios que han tenido las compañías eléctricas, que no han ido a parar a las inversiones, sino al bolsillo de los consejos de administración y a los fondos de inversión», opinaba.
Los partidos de izquierda han aprovechado la cita del Primero de Mayo para dar voz a sus propias consignas. El secretario provincial del PSOE, Josele Aguilar, sacaba pecho de que los últimos años de gobierno socialista «han supuesto una evidente mejora de las condiciones de los trabajadores y trabajadoras de España: no solamente se ha creado más empleo, sino que se está creando empleo de mejor calidad». «Quedan retos por delante: tenemos el reto de la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media, como también el de defender los servicios públicos que garantizan la igualdad entre los trabajadores y trabajadoras con respecto a toda la ciudadanía», añadía. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Dani Pérez, añadía: «Los socialistas salimos a la calle, como siempre hemos hecho, defendiendo los derechos de los trabajadores y siguiendo avanzando en derechos nuevos, como es la jornada laboral de 37 horas y media».
Con una visión menos complaciente se mostraba Toni Morillas, coordinadora provincial de IU: «Estamos aquí defendiendo la soberanía y la democracia económica, defendiendo la necesidad del control público de sectores estratégicos como la vivienda y como la energía», apuntaba, recordando en el ámbito más puramente laboral que la renta media de los trabajadores de Málaga sigue «muy por debajo de la nacional».
Tanto IU como Podemos se han buscado sendas 'mascotas' para la manifestación: un 'empresaurio' de la CEOE que advertía: «Mi negocio importa más que vuestras vidas» y un despelucado Trump que daba las gracias a Pedro Sánchez por subir el gasto militar. «Gastos militares para viviendas, escuelas y hospitales», coreaban los militantes del partido morado.
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