La retirada de terrazas enfrenta a los hosteleros con el Ayuntamiento de Málaga
La Policía Local ha denunciado a 82 establecimientos desde que la provincia pasó al nivel cero de alerta sanitaria
La retirada del permiso para ampliar las terrazas por el Covid ha causado un gran malestar entre los empresarios y ha enfrentado a los hosteleros ... con el Ayuntamiento. Desde que Málaga pasó a nivel cero de alerta sanitaria, el pasado 7 de octubre, y el Ayuntamiento forzó a los empresarios a recuperar la ocupación tradicional, el área de Vía Pública ha intensificado la vigilancia sobre los establecimientos, algo que no ha sentado nada bien a numerosos profesionales.
Desde que se eliminaron las restricciones, el Ayuntamiento de Málaga ha levantado 82 actas por superar la ocupación permitida (23 durante el primer fin de semana, 25 durante el segundo y 34 durante el pasado), algo que ha generado un importante enfado entre los empresarios de toda la ciudad, que entienden que se les debería haber dado algo más de tiempo para recuperar la normalidad. «No es momento para una caza de brujas», denuncian.
La concejala de Vía Pública, Elisa Pérez de Siles, argumenta que la ciudad debe recuperar ya su fisonomía habitual, ya que no existe ninguna causa que impida que las terrazas vuelvan a su tamaño previo al Covid. No obstante, apunta que inicialmente han comenzado a realizar una labor pedagógica y sólo han propuesto para sanción a quienes ocupaban la calle sin permiso. Al resto -añade- se les ha informado y no se les ha levantado acta en la primera visita, ya que «muchos argumentaban que no se habían enterado».
El Ayuntamiento insiste en que la ciudad debe recuperar ya su fisonomía habitual
La edil recuerda que la decisión municipal se les comunicó antes incluso de que Málaga pasara a nivel cero de alerta, y que la ocupación excesiva ya no tiene ninguna justificación porque los aforos están al cien por cien. En todo caso, apunta que la ampliación de metros sólo ha servido para que una serie de empresarios pongan más mesas de las que legalmente tenían autorizadas, algo que no se puede permitir.
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Por contra, los hosteleros critican la decisión y lamentan que los inspectores están actuando indiscriminadamente acompañados de la Policía Local. Aunque la situación sanitaria haya mejorado y cuenten con más comensales, explican que todavía tienen que hacer frente a muchos pagos y, sobre todo, que gran parte del público recela de sentarse dentro de los locales. «Es un tema mental, más que sanitario», creen.
Opinión del sector
El presidente de la asociación de hosteleros Mahos, Javier Frutos, recuerda que ellos habían solicitado que la ampliación durase algo más de tiempo, como ocurre en Marbella (en donde se les permitirá hasta final de año). Sin embargo, lamenta que el Ayuntamiento haya querido recuperar la normalidad previa al Covid sin contar con la opinión del sector. «Hay malestar porque la gente ahora mismo necesita facturar y se genera cierta incertidumbre por los meses que están por venir», resume.
El máximo responsable del colectivo recuerda que las ayudas continúan siendo necesarias porque el problema no ha acabado para ellos. Aunque el consumo se haya reactivado y los negocios de hostelería den sensación de normalidad, los empresarios aún deben hacer frente a las numerosas deudas generadas durante los meses que no tuvieron actividad. Eso, unido a la falta de ayudas concedidas y a que los créditos ICO están a punto de vencer, crean un cóctel perfecto que las terrazas podrían solventar.
Empresarios consultados también creen que detrás de esta ofensiva del Ayuntamiento se esconde el temor que ha provocado la sentencia de la plaza Mitjana, ya que están asustados por la posibilidad de que se presenten nuevas denuncias por exceso de ruido. «El problema es que se hace más caso a las minorías que a las mayorías», argumentan.
En esta línea, los profesionales están presionando para que se actúe contra aquellos que no respetan las distancias de seguridad ni permiten el paso por las calles estrechas, pero no contra otros que apenas hacen ruido ni que su actividad afecta a los vecinos. Recuerdan que en todo este tiempo, los clientes han cambiado y las terrazas aportan un plus de calidad a la ciudad. Un plus que podría atraer a nuevos visitantes y turistas. «Las terrazas deben coexistir con la ciudad; cuando se montan con buen criterio le dan vida a la ciudad».
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