La mayoría de institutos públicos de Málaga permiten el pañuelo a sus alumnas musulmanas

La Delegación de Educación ha citado hoy a los padres para darles a conocer el informe de la Inspección de Educación. Como adelantó ayer SUR, determina que el centro ha actuado correctamente, pues en el reglamento interno queda recogida la prohibición de usar gorras o pañuelos que cubran la cabeza. Educación ofrecerá a la familia cambiar a las jóvenes a un centro público, donde no existen estas limitaciones en cuanto a la vestimenta.

Lo ocurrido en el colegio La Goleta es una excepción. La mayor parte de los colegios e institutos malagueños permiten el uso del pañuelo a sus alumnas de religión musulmana. En el caso de los privados y concertados, se remiten a las normas de cada centro.

Uno de los institutos con mayor número de alumnos inmigrantes es el Vicente Espinel, Gaona. Casi el 15% de sus alumnas son de religión musulmana, pero aquí el uso del 'hiyab' nunca ha supuesto un problema. «Nuestro reglamento no es restrictivo en ese sentido. Lo importante es la educación y formación en el respeto a las distintas culturas y creencias», afirma su directora, Julia del Pino. Aunque con un porcentaje de alumnas musulmanas tan alto, prácticamente ninguna alumna lo lleva puesto.

También situado en el centro, en la plaza de El Ejido, el IES Cánovas del Castillo es otro ejemplo de convivencia. «Tenemos muchos años de experiencia, en el barrio hay mucha población inmigrante y nunca ha sido problema, se permite a las chicas vestir con el pañuelo y, de hecho, es frecuente verlas por los pasillos», comenta el director, Arturo Ramírez.

Los institutos Rosaleda y Guadalmedina están también situados cerca de una barriada con mucha población inmigrante, como es Palma-Palmilla. En ambos casos no hay problemas de convivencia y las jóvenes musulmanas tienen libertad para usar el pañuelo. Aunque en años anteriores había más jóvenes con 'hiyab', este curso «prácticamente no se ve a ninguna alumna», comenta el director del Rosaleda, José David Triguero. Lo mismo ocurre en el Guadalmedina, con varias alumnas musulmanas pero con muy pocas utilizando el pañuelo.

También es frecuente ver a alumnas con 'hiyab' en el IES Jacaranda. «Estamos por el respeto la diversidad y las diferencias en cualquier tipo de creencia», señaló su director, Julián Carpintero. El Nuestra Señora de la Victoria, Martiricos, o el Sierra Bermeja son otros centros donde las jóvenes musulmanas pueden utilizar el pañuelo si lo desean.

Las normas de comportamiento y vestimenta vienen recogidas en los reglamentos de organización interna de los centros, en los que normalmente se exige una indumentaria adecuada. Son pocos los que contemplan la prohibición del pañuelo. Uno de estos casos se da en el IES Mediterráneo. Su reglamento prohíbe usar dentro del edificio «gafas de sol, sombreros, pañuelos, gorras, capuchas, 'hiyab', burka, 'chador', gorro o atuendo de cualquier naturaleza que cubra de forma parcial o total el rostro y la cabeza de los alumnos y alumnas». El instituto, confirma su director, Juan Ignacio Santos, tiene varias alumnas de religión musulmana, que se atienen al reglamento. Las familias, «son informadas de esa y de otras normas de convivencia», asegura el director.

Desde la Federación de AMPA de Málaga, su portavoz, Pilar Triguero, es partidaria de que «los símbolos religiosos de cualquier tipo no tienen cabida en la escuela», aunque en este caso concreto cree que la solución no puede ser cambiar a las jóvenes de colegio.

El secretario provincial del sindicato de profesores ANPE, Guillermo Hernández, indicó que «partiendo del respeto y la atención a la diversidad cultural y religiosa del alumnado como es patente en todos los centros públicos, también hay que aceptar y cumplir las normas que cada centro recoge en su propio plan de centro aprobado por el consejo escolar».

El presidente en Málaga de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, que reúne a colegios privados y concertados, señaló que «estamos a favor de la libre elección de centro educativo por parte de las familias y del respeto al carácter propio, o ideario, de cada centro. Y eso implica su cumplimiento». Y en este caso concreto, considera acertada la postura de la Delegación de Educación de «respaldar al colegio en el cumplimiento de sus normas de organización y funcionamiento, y facilitar a la familia otro centro en el que pueda utilizarlo sin problemas».

Según la denuncia de los padres y las declaraciones de una de las jóvenes, llevan varios días sin poder entrar a clase, y se tienen que quedar toda la mañana en una sala de espera. La Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes pidió la intervención de la Consejería de Educación ante lo que consideran «un caso de islamofobia». Se trata de una familia de nacionalidad egipcia, que tiene escolarizadas a dos de sus hijas en este colegio religioso. Tienen 14 y 12 años y estudian 6.º y 3.º de Primaria.

Según Ahmed Khalifa, presidente de la Asociación Marroquí, la familia escolarizó a sus hijas en un colegio católico porque en su país, Egipto, es habitual que alumnos de diferentes religiones convivan en un mismo centro y que no esperaban que la dirección del colegio prohibiera a sus hijas usar el pañuelo.