El Chinitas busca un nuevo hogar para el busto de Chiquito de la Calzada y decenas de cuadros

El busto de Chiquito de la Calzada que presidía el salón principal del restaurante El Chinitas busca un nuevo hogar. El inminente cierre del tradicional establecimiento del Centro, que bajará la persiana a final de año, ha obligado a la propiedad del negocio a encontrarle un nuevo espacio en la ciudad tanto a la escultura de bronce como a decenas de cuadros de artistas locales para que siga estando a la vista de malagueños y visitantes.

El propietario del restaurante, Ángel Sánchez-Rosso, afirma que su primera intención es cedérselo al Ayuntamiento de Málaga para que pueda exponer la obra creada por el artista Juan Manuel Miñarro en alguna calle de la ciudad. Su deseo es que estuviera en algún lugar muy visible, preferiblemente cerca del restaurante donde el genial humorista malagueño pasaba muchas horas.

«Me gustaría que siguiera en el Centro y que esté en un sitio para que lo vea mucha gente», apunta. Haciendo propios los deseos del escultor sevillano que creó la obra, el busto de Chiquito debería estar a pie de calle para que la gente pueda tocarlo y abrazarlo. «Miñarro dice que tocarle la calva da suerte».

Algo similar espera poder hacer con decenas de cuadros históricos y de personajes con solera que adornan las paredes del restaurante. Especialmente se refiere al de los artistas Miguel de los Reyes y La Paula, que va a ofrecer a la Federación Malagueña de Peñas, entidad encargada de velar por los valores y las tradiciones. «Quiero que la esencia de El Chinitas se mantenga vivo por toda la ciudad», añade Sánchez-Rosso.

Entre las reliquias que también espera colocar en entidades o peñas también se encuentra el libro de firmas del establecimiento, rubricado entre otros por el premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, y poesías escritas por Federico García Lorca o Matías Prats.

Hablando sobre el cierre del establecimiento, Sánchez-Rosso confiesa que se debe a la falta de relevo generacional, ya que sus hijos no se dedican a la hostelería, y la inquietud de iniciar nuevos proyectos empresariales. «Me voy en todo lo alto, pero la hostelería cansa», razona.

El restaurante fue abierto por su padre, José Sánchez Rosso en el año 1986, aunque él lleva más de 40 en primera línea de negocio. «Esto no es como una cadena que te pueda llevar un grupo; es un restaurante muy personal en el que hay que involucrarse a diario y es muy cansado», añade.

El edificio sobre el que se ubica El Chinitas, en la calle Moreno Monroy, es propiedad de la familia y ahora se lo ha alquilado al grupo de cocina asiática Sushita. Tal y como ha avanzado SUR, el actual restaurante cerrará definitivamente sus puertas el próximo 31 de diciembre. La intención de los nuevos hosteleros es poder abrir de nuevo las puertas entre abril y mayo del año que viene.

Sushita, la empresa que sustituirá al actual restaurante, presume de ser la primera que empresa española que empezó a vender sushi en España hace más de dos décadas. Al frente del negocio se sitúan Natacha Apolinario y Sandra Segimón, que comenzaron vendiendo bandejas de sushi en grandes cadenas de alimentación y ya cuentan con ocho restaurantes, todos ellos en Madrid. El de Málaga será su primera experiencia lejos de la capital de España.

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