El Ayuntamiento exime a la Junta de tener que pagar la obra para que la antigua carretera de Cártama no sea una ratonera
El Plan de Infraestructuras que tramita el Consistorio prevé financiar el desdoblamiento de este vial con fondos municipales y de los promotores al 50%
El Ayuntamiento de Málaga se lo ha puesto fácil a la Junta de Andalucía a la hora de desentenderse de una obra de la que ... lleva años huyendo pero que resulta clave para la movilidad de la zona de la capital que va a experimentar una mayor expansión residencial en los próximos años. Se trata del desdoblamiento del tramo de la vieja carretera A-7054 (avenida de Ortega y Gasset) entre Intelhorce y el cruce con la Hiperronda. Tres grandes operaciones residenciales que suman más de seis mil viviendas, dos grandes centros logísticos y un parque empresarial en proyecto hacen de este espacio de la ciudad uno de los pulmones de su desarrollo durante el próximo lustro. Sin embargo, el Gobierno andaluz, titular de esta carretera, se ha despreocupado hasta ahora de ejecutar la ampliación de este eje viario.
Como informó SUR el pasado mes de febrero, la última postura de la Consejería de Fomento respecto a este proyecto pendiente es que se partiera desde cero con la «la búsqueda de un convenio de cofinanciación» en el que se implicaran «todas las administraciones y entidades interesadas». Un argumento que el Ayuntamiento respalda plenamente en el contenido del Plan Especial de Infraestructuras y Servicios Básicos que tramita desde su aprobación inicial en el mes de septiembre del año pasado.
Así, en la ficha relativa a este proyecto de desdoblamiento de la antigua carretera de Cártama, se apunta un presupuesto de 17,8 millones de euros, y se atribuye su financiación al propio Ayuntamiento, que soportaría el 50%, y a los promotores de los nuevos desarrollos, que se harían cargo del otro 50%. De este modo, la Junta quedaría eximida de tener que pagar esta intervención en un vial que todavía es de su propiedad, pero que no tendría inconveniente en ceder al Consistorio, según ha señalado en informes técnicos.
Según se describe en el Plan de Infraestructuras, el proyecto de ampliación de esta carretera supondría ensancharla hasta los 70 metros para que pudiera albergar un tronco central de dos carriles por sentido separados por una mediana ajardinada de cuatro metros de anchura. Asimismo, dispondría de dos viales de servicio también con dos carriles cada uno, aceras exteriores y aparcamientos en línea. Igualmente, se contempla la posibilidad de reservar una plataforma para autobuses y vehículos de alta ocupación, y un carril exclusivo para bicicletas.
Obras de viviendas ya en marcha
En cualquier caso, más allá de esta declaración de intenciones, no parece que por el momento exista una voluntad política de impulsar a corto plazo esta obra, que resulta necesaria para dar salida a los residentes de las miles de hogares que ya han empezado a construirse en sectores como el de Distrito Zeta, donde se han iniciado trabajos para más de 700 viviendas. En esta nueva urbanización se levantarán más de 3.400 pisos que se sumarán a los 1.250 previstos en Cortijo Merino (los suelos frente a la antigua Intelhorce) y las 1.348 VPO que el Gobierno central promueve en la zona de Buenavista.
Estudios de tráfico realizados en los últimos años respecto a estos nuevos desarrollos residenciales han puesto de manifiesto la necesidad de que se desdoble este vial para que no se convierta en una ratonera. Uno de ellos ya advertía en 2020 de la necesidad de «prever (de hecho ya se está demandando en la situación actual, sin ningún desarrollo ni crecimiento adicional), el desdoblamiento de la avenida Ortega y Gasset« para darle continuidad al tramo ya ampliado.
Asimismo, otro estudio similar de 2015 también recogía la «necesidad de poner en carga el desdoblamiento de la avenida de Ortega y Gasset, en fase de proyecto, con cuatro carriles por sentido (dos en la calzada principal más dos en vial de servicio)», y llegaba a alertar de que la situación del tráfico en esa zona llegaría a convertirse en «inviable» si se desarrollan los proyectos de Distrito Zeta e Intelhorce sin que se lleven a cabo otros nuevos viales en sentido norte-sur previstos en el Plan General de Ordenación Urbanística para mejorar las conexiones del sector.
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