Putin abre las puertas de Rusia a los turistas chinos
Los viajeros del gigante asiático, uno de sus grandes aliados geopolíticos, podrán acceder al país sin visado
El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó este lunes un decreto que permite a los chinos que quieran visitar el país euroasiático hacerlo durante 30 días ... sin necesidad de solicitar un visado. La medida sigue el principio de reciprocidad, ya que los rusos pueden viajar al gigante asiático de la misma forma desde agosto de 2025. Estos guiños responden tanto a la amistad entre ambas potencias que ha reforzado la guerra como al intento de Moscú de impulsar su mercado turístico, que ahora depende en gran medida del visitante nacional.
En el documento que rubricó Putin se establece que «los ciudadanos de la República Popular China tienen derecho a entrar en la Federación de Rusia y permanecer en ella por un máximo de 30 días en visita de negocios o como turistas». También incluye la posibilidad de participar en diferentes tipos de eventos o transitar a través del país euroasiático. Los viajes se podrían realizar con un pasaporte ordinario chino. Ya advirtió el jefe del Kremlin la semana pasada que un decreto así se aprobaría «en el futuro lejano». Lo dijo cuando recibió al primer ministro, Li Qiang, en Moscú. El mismo exagente del KGB apuntó que actualmente hay «una explosión positiva y buena en el desarrollo de las relaciones» entre ambas naciones.
Previamente, con viajes organizados, ya se permitía que ciudadanos chinos llegaran a territorio ruso sin visado. China representa uno de los mayores orígenes del turismo transfronterizo en el país y, en un momento en el que pocos extranjeros visitan Rusia por las dificultades logísticas o el miedo, es clave para Moscú aprovechar las relaciones con uno de sus vecinos para potenciar su economía. Medios nacionales como RBC publicaron que en 2024 llegaron cerca de 1,5 millones de visitantes, de los cuáles 800.000 eran originarios del gigante asiático, el grupo más numeroso. Estas cifras no tienen nada que ver con los casi 25 millones registrados en 2019, según datos del Rosstat.
Es habitual ver a los viajeros asiáticos en grupos paseando por calles peatonales como Arbat o por los alrededores de la Plaza Roja, donde se topan con imitadores de Lenin, Stalin y Putin que posan para las fotos de los turistas.
Dificultades para los turistas rusos
Para los rusos, viajar al extranjero ha cambiado mucho desde que empezó la guerra. Numerosos países europeos (Estonia, Letonia, Polonia, República Checa, etc.) no conceden visados Schengen mientras otros han endurecido sus requisitos o dan menos que antes de 2022, como es el caso de España, Italia y Francia.
Estas dificultades, sumadas a una subida exponencial del coste de viajar a Europa, han consolidado a países como Egipto y Turquía, que antes ya eran destinos atractivos para los rusos. Además, esta situación ha potenciado el interés por conocer Asia, donde lugares como Japón, Vietnam, Corea del Sur e Indonesia no ponen restricciones a los turistas originarios de Rusia e incluso eliminan barreras como hizo Pekín.
Otro Estado que recientemente ha dado luz verde a los turistas rusos sin visado es Arabia Saudí, que este lunes acordó asimismo con Moscú un régimen sin necesidad de ese documento para ellos. Los que prefieren viajar dentro de las fronteras rusas también han aumentado, llegando a los 92 millones de viajeros a lo largo de 2024, un récord histórico para el turismo nacional.
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