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El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. AFP
Lavrov defiende los ataques contra infraestructuras críticas ucranianas

Lavrov defiende los ataques contra infraestructuras críticas ucranianas

El ministro de Exteriores ruso comparece para justificar la guerra y pone a EE UU, la OTAN, la OSCE y el Papa en el foco de sus críticas

rafael m. mañueco

Moscú

Jueves, 1 de diciembre 2022, 15:51

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El Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, interviene con mucha frecuencia para defender las posiciones de Moscú en política internacional y, sobre todo, en lo que se refiere a la invasión de Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero. Hoy ofreció una nueva rueda de prensa, esta vez por videoconferencia, para la prensa extranjera acreditada en Rusia y se explayó mucho más de lo habitual en su intento de justificar la ofensiva del Ejército ruso en el país vecino.

Según sus palabras, las infraestructuras ucranianas, objeto de disparos masivos de misiles desde comienzos de octubre y que han dejado casi la mitad del país sin fluido eléctrico, «proporcionan potencial de combate a las fuerzas armadas de Ucrania, a los batallones nacionalistas. Los ataques se llevan a cabo con armas de alta precisión». «También se están desactivando las instalaciones energéticas de las que depende el funcionamiento del Ejército ucraniano y de las que dependen la entrega de una enorme cantidad de armas que Occidente suministra a Ucrania para matar rusos», puntualizó el jefe de la Diplomacia rusa.

A su juicio, las condenas de tales bombardeos por parte de gobiernos y prensa en Occidente se olvidan de las acciones de EE UU y la Alianza Atlántica contra distintos países. «Comparen la histeria desatada ahora en los medios de comunicación occidentales con lo que ocurrió cuando Estados Unidos bombardeó Irak», manifestó Lavrov antes de afirmar que «en la antigua Yugoslavia, la OTAN también bombardeó un centro de televisión en Belgrado con el argumento de que servía a la propaganda de guerra del enemigo».

«Ahora lo que está sucediendo significa que la OTAN está volviendo a esas prioridades conceptuales que se desarrollaron hace 73 años, en los tiempos de la Guerra Fría. Nada ha cambiado: quieren mantener a los rusos fuera de Europa. Los estadounidenses ya han esclavizado a toda Europa, y mantienen bajo su control no solo a los alemanes, sino a toda la Unión Europea», sostuvo el ministro de Exteriores ruso.

Según su opinión, «Estados Unidos vive ahora a expensas de Europa y se beneficiará de la crisis económica y energética en la que ha caído» el Viejo Continente. «Venderán gas a Europa cuatro veces más caro que el gas ruso que compraba (...) y asignarán cientos de miles de millones de dólares en subsidios a su industria para alejar a los inversores de Europa y desindustrializarla». Lavrov cree que Washington «está tratando de construir la seguridad sin Rusia y Bielorrusia. No necesitamos ese tipo de seguridad. Toda la seguridad de Europa radica en el hecho de que se ha sometido por completo a los Estados Unidos (...) cuyo plan consiste en agotar las existencias de armas de Europa para venderle las suyas propias».

«Expansión temeraria»

El ministro ruso considera que «este instinto básico que nunca ha desaparecido de los estadounidenses ni de otros miembros de la OTAN, explica el rumbo hacia la expansión temeraria de este bloque militar, que también ha devaluado el significado principal de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa –OSCE– como instrumento colectivo para garantizar una seguridad igualitaria e indivisible». Lavrov asevera que Occidente, y especialmente Estados Unidos, «durante muchos años han estado tratando de llevar a cabo una toma de control de la OSCE».

La alocución de este jueves de Lavrov se produce justo mientras se reúnen en la ciudad polaca de Lodz, hoy y mañana, los ministros los ministros de Exteriores de la OSCE. «La decisión de Polonia, que preside actualmente la OSCE, de denegar la participación del ministro de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov en la reunión ministerial de la organización en Lodz el 1 y 2 de diciembre no tiene precedentes y es una provocación», declaró el pasado 19 de noviembre el Ministerio de Exteriores ruso mediante un comunicado.

Varsovia se justificó explicando que la delegación rusa no debe «incluir a personas sancionadas por la Unión Europea tras la agresión ilegal de Rusia contra Ucrania el 24 de febrero», en referencia directa a Lavrov, que hoy acusó además a la Misión Especial de Vigilancia de la OSCE en Ucrania de «recopilar información de inteligencia, cooperar con los servicios secretos occidentales, transmitir información al Ejército ucraniano y ayudar a afinar el fuego contra las posiciones de las milicias de Donetsk y Lugansk». Según su relato, la OSCE también facilitó a Kiev «información de sus cámaras de vigilancia cerca de la línea del frente».

En relación con unas posibles conversaciones de paz, el jefe de la Diplomacia rusa subrayó que «cuando se nos acusa de pedir constantemente algún tipo de negociación para ganar tiempo a fin de reunir fuerzas adicionales para la operación militar especial, esto es a la vez ridículo y lamentable, porque la gente miente, miente abiertamente. Nunca pedimos negociaciones, pero siempre dijimos que si alguien tiene interés en una solución negociada, estamos listos para escuchar».

Contra la Santa Sede

Lavrov arremetió también contra el Papa Francisco, que tachó de «crueles» a los soldados chechenos y buriatos que combaten en Ucrania. «Recientemente, hubo una declaración muy incomprensible, para nada cristiana, que señala a dos nacionalidades de Rusia en alguna categoría de la que se pueden esperar atrocidades durante los combates (...) algo que pone en cuestión la autoridad de la Santa Sede».

En suma, en una aparente insinuación de cara al comienzo de un nuevo proceso negociador con la Casa Blanca, Lavrov aseguró hoy que su país «está listo para volver a dialogar con Estados Unidos, pero sólo si Washington demuestra su disposición a discutir proyectos sobre garantías de seguridad y se da cuenta de sus errores». «Si nuestros interlocutores occidentales asumen sus errores y expresan su disposición a volver a la discusión de los documentos que propusimos en diciembre, creo que sería positivo», añadió.

En diciembre de 2021, el Ministerio de Exteriores ruso publicó los borradores de los acuerdos propuestos «sobre garantías de seguridad» exigidas por el Kremlin. Proponían poner fin a la expansión de la OTAN, excluir la presencia militar de la Alianza en Ucrania, Asia Central, Transcaucasia y Europa del Este y la prohibición de que Ucrania se integrara en este bloque militar occidental. No hubo entonces acuerdo y, según repite Moscú una y otra vez, el rechazo de Occidente a sus peticiones condujo al actual conflicto en Ucrania.

Poco después, durante una reunión con los participantes en el programa científico y educativo 'Diálogo para el Futuro', Lavrov alertó de que el «enorme» riesgo de que la guerra en Ucrania degenere en un conflicto nuclear a gran escala «ha llevado al comienzo del periodo más difícil en la historia mundial». El ministro ruso instó a las potencias nucleares a «evitar cualquier enfrentamiento militar incluso con armas convencionales», ya que, prosiguió, «la escalada podría volverse incontrolable» y conducir al empleo del arma atómica. Lamentó que «los occidentales están tratando de alejarse de esta fórmula», incluso en la situación con respecto a Ucrania, «que literalmente está siendo empujada a continuar la guerra que está librando Occidente contra la Federación Rusa». «No lo ocultaremos, pero tampoco le tendremos miedo. Las etapas de este tipo siempre alientan a diplomáticos, políticos, estadistas a desarrollar nuevos enfoques sobre cómo seguir viviendo en el mundo moderno, basados en una evaluación integral de lo que está sucediendo», subrayó Lavrov.

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