¿Qué representaciones pictóricas esconden las cuevas malagueñas?
Una serie de proyectos internacionales tratan de fechar y sistematizar las 'marcas' que se sitúan en la fase anterior al arte rupestre figurativo paleolítico
En 2018, la revista Science publicó las dataciones del arte rupestre arcaico de la Cueva de Ardales, rompiendo el techo de 40.000 años ... para el origen del arte humano. Este descubrimiento, que cambió las fechas conocidas hasta ahora, supuso un intenso debate en la comunidad científica. Se puso en duda que las marcas rojas datadas en la cavidad malagueña, la Pasiega (Cantabria) y Maltravieso (Extremadura), fuesen verdaderas obras humanas. Una investigación posterior, publicada por la revista internacional PNAS en 2021, corroboraba la autoría neandertal de las pinturas de la Cueva, con el «uso inequívoco» de pigmentos rojos obtenidos en canteras exteriores al yacimiento. Desde entonces, los investigadores continúan estudiando el arte prehistórico y la primera ocupación humana de la Bahía de Málaga. El próximo sábado 24 de septiembre, en Alcaucín, el equipo de investigadores vinculados con la Cueva de Ardales y la de Nerja expondrán unas primeras conclusiones que aclararán de forma «mucho más precisa» el origen del arte rupestre prehistórico en estas tierras vinculadas con el extremo occidental del Mediterráneo, donde se originó uno de los focos de la primera cultura humana. Además, se presentará el avance de las actividades arqueológicas que se vienen desarrollando en la Cueva de la Victoria (Rincón de la Victoria).
¿Qué representaciones pictóricas escondes las cuevas malagueñas? La provincia de Málaga conserva una docena de cavidades relacionadas con el arte paleolítico, donde destacan las cuevas de la Pileta (Benaoján), la de Ardales y la de Nerja. Son menos conocidas las pinturas de las cuevas de la Victoria e Higuerón/Tesoro (Rincón de la Victoria), porque hasta el pasado mes de febrero no se han hecho visitables sus galerías prehistóricas y son desconocidas las pinturas que se han conservado en cuevas como Pecho Redondo (Marbella), Calamorro (Benalmádena), Navarro (La Araña, Málaga) y Gato (Benaoján). Entre todas ellas, se han conservado más de cuatro mil dibujos realizados entre hace 65.000 y 8.000 años, según explican los investigadores.
El equipo formado por Pedro Cantalejo, Luis Efrén Fernández, José Ramos, María del Mar Espejo, Cristina Liñán, Yolanda del Rosal, Hipólito Collado, José Antonio Molina y Pedro Cantalejo Espejo, presentarán en la Jornada Geoarqueológica de Alcaucín los primeros avances realizados en las cuevas de la Victoria e Higuerón/Tesoro (las cuevas del Cantal, como se han conocido históricamente). En estas cavidades, como en el resto de las malagueñas, se representan una serie de códigos gráficos pre figurativos, «muy estrictos y muy antiguos», que son el antecedente del arte figurativo que se expandió por toda Europa y parte de Asia y África.
Previsiblemente, estas pinturas se realizaron a través de una serie de exploraciones espeleológicas en equipo (tres o cuatro personas), que precisaron de una iluminación de largo tiempo (más de una hora), recorriendo paisajes subterráneos como salas y galerías complejas. Se elaboraron con pintura roja realizada con óxidos de hierro, y hay diferentes tipos detallados por los investigadores:
- Manos realizadas por aplicación de pigmentos rojo o negro directamente, o por el soplado del pigmento en torno a la mano, produciendo una silueta de la misma.
- Barras sueltas o trazos paralelos realizados por aplicación de pigmento rojo con los dedos.
- Grandes meandros y trazos, algunas veces paralelos, realizados mediante la aplicación de una pasta de arcilla pigmentada de rojo o marrón, realizados con los dedos.
- Manchas redondeadas realizadas mediante el soplado (aerografiado) de pigmento rojo.
- Puntuaciones pequeñas (digitaciones) realizadas con las yemas de los dedos con pigmento rojo.
- Trazos finos negros realizados a punta de carboncillo.
- Marañas y trazos paralelos grabados directamente con los dedos.
Todo este repertorio gráfico fue el «antecedente directo» del posterior arte figurativo paleolítico, que fue diseñado como un reflejo naturalista de los cazadores y pescadores cuaternarios. Según explican, el principal problema es que estas dos manifestaciones culturales humanas se desarrollaron en los mismos recintos y no habían sido desligadas cronológicamente por falta de tecnología. «Había provocado una desatención científica de todo el repertorio no figurativo».
Así, esas manchas rojas que se repartían por todas partes de las cuevas prehistóricas, fueron muchas veces consideradas 'ruido'. Actualmente, esta concepción ha cambiado gracias a la tecnología: hay una serie de proyectos internacionales que tratan de fechar y sistematizar este tipo de pinturas que se sitúan en la fase anterior al arte rupestre figurativo paleolítico, con importantes avances en la Península Ibérica (España y Portugal), Francia e Italia, un proceso que comenzó con la publicación de Science sobre la Cueva de Ardales en 2018. Una de las iniciativas es 'First Art', que incluye el estudio de las cuevas de la Victoria/Higuerón.
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