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Este domingo, 4 de mayo, se cumple justo un mes desde que un grupo de vecinos, inicialmente de Álora y Cártama, decidiera organizarse para crear ... una plataforma vecinal con el objetivo de frenar el abandono del río Guadalhorce. La iniciativa, nacida como respuesta a las inundaciones recurrentes de los últimos meses, ha tomado impulso y avanza en su consolidación comarcal.
Este pasado viernes se celebró en Álora la tercera reunión del colectivo, que congregó a cerca de un centenar de personas. Durante el encuentro se produjo un avance fundamental: la elección de una junta gestora provisional, encargada de coordinar los próximos pasos de la plataforma. Esta junta será la responsable de organizar la estructura comarcal, mantener el contacto con las distintas localidades afectadas y preparar la futura elección de una junta directiva definitiva que represente a toda la ribera del Bajo Guadalhorce y su cuenca.
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Otro de los acuerdos alcanzados fue el inicio de los trámites legales para constituir formalmente la plataforma. Aunque los impulsores reconocen que el proceso administrativo será largo, este paso es considerado esencial para dotar al movimiento de mayor legitimidad y capacidad de interlocución con las administraciones.
En las próximas semanas, el trabajo de la plataforma se extenderá a otras localidades afectadas. Ya se han anunciado nuevas reuniones informativas en Pizarra, Cártama, Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre, con el objetivo de incluir a más afectados en el proceso, recoger aportaciones y elegir portavoces locales que refuercen la coordinación comarcal.
Uno de los principales objetivos que ya ha sido consensuado es la solicitud, con el apoyo de los Ayuntamientos, de la limpieza y recuperación del lecho natural del río Guadalhorce, que según denuncian los vecinos, se ha alterado por causas no naturales. Esta alteración estaría provocando desbordamientos más frecuentes y peligrosos, incluso con lluvias moderadas.
Desde la plataforma insisten en que no se trata de evitar inundaciones provocadas por lluvias extraordinarias, algo que reconocen como parte del comportamiento natural del río, sino de impedir que la falta de mantenimiento y alteraciones artificiales del cauce aumenten el riesgo de daños materiales y personales. «Queremos que, si hay inundaciones, sea porque llueve mucho, no por abandono», señalan.
Con una base vecinal en crecimiento, una estructura organizativa en marcha y el respaldo de las instituciones locales como objetivo, la plataforma continúa su camino para convertirse en una voz coordinada de los afectados y exigir medidas concretas para la prevención de futuras catástrofes en el Guadalhorce.
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