Ardales da el primer paso para que su cueva paleolítica sea Patrimonio Mundial
El pleno aprueba por unanimidad la adhesión a la candidatura a la UNESCO, siendo el primero de los nueve municipios implicados en un proceso que debe culminar en el Gobierno de España
El municipio de Ardales ha dado un paso decisivo hacia el reconocimiento internacional de su tesoro subterráneo. El pleno del Ayuntamiento ha aprobado por unanimidad ... su adhesión formal a la candidatura que aspira a incluir en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO un conjunto de cuevas malagueñas decoradas con arte rupestre paleolítico, entre las que figura la emblemática Cueva de Ardales.
Se trata del primer movimiento institucional dentro de un proceso que combinará una sólida base científica con un complejo engranaje político y administrativo. El objetivo: lograr el respaldo unánime de los nueve municipios implicados, así como de la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, único organismo autorizado para presentar oficialmente la candidatura ante la UNESCO.
Ayuntamientos implicados
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Antequera
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Benaoján
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Cortés de la Frontera
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Benalmádena
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Málaga
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Marbella
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Nerja
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Rincón de la Victoria
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Ardales
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La iniciativa tomó forma en la reunión celebrada el pasado 6 de junio en la Cueva de Nerja, donde representantes técnicos y políticos de los ayuntamientos de Antequera, Benaoján, Cortés de la Frontera, Benalmádena, Málaga, Marbella, Nerja, Rincón de la Victoria y Ardales coincidieron en la necesidad de aunar esfuerzos para proteger y proyectar este patrimonio único. La coordinación del proceso recae en el Instituto de Investigación Cueva de Nerja, que centralizará la redacción del expediente técnico, las estrategias de comunicación y el cumplimiento de los requisitos exigidos por el organismo internacional.
La Cueva de Ardales se presenta como una pieza fundamental dentro de esta propuesta coral. En su interior se conservan más de 1.000 motivos rupestres paleolíticos, de los cuales más de 700 son representaciones anicónicas; manos, puntos, barras, manchas, junto a una colección única de figuras humanas y animales. Las dataciones por Uranio-Torio publicadas en la revista Science en 2018 sitúan algunas de estas expresiones artísticas entre los 65.500 y los 38.600 años, lo que convierte a esta cavidad en uno de los referentes más antiguos del arte prehistórico europeo.
1.000 motivos rupestres
Pero el valor de la cueva va más allá de sus pinturas. Las excavaciones arqueológicas han documentado una ocupación humana continua desde el Paleolítico medio hasta la Edad de los Metales, pasando por el Neolítico y el Paleolítico superior. Este carácter de yacimiento integral ha hecho de Ardales un enclave clave para la investigación científica y la divulgación patrimonial en Europa.
Desde su apertura al público en 1985, la cavidad ha adoptado un modelo de visitas restringidas y guiadas, compatible con la conservación de sus delicados vestigios. Más de 6.000 personas acceden cada año a este espacio, acompañadas por personal especializado y complementando su experiencia con el Centro de Interpretación de la Prehistoria de Ardales.
Camino largo, pero posible
El reconocimiento como Patrimonio Mundial de la UNESCO no se otorga con facilidad. Para alcanzar esta meta, el expediente deberá demostrar el valor universal excepcional del conjunto de cuevas, su autenticidad, estado de conservación, mecanismos de protección y una gestión coherente a largo plazo. Además, será necesario el consenso político pleno: la UNESCO exige la aprobación unánime de los ayuntamientos implicados como garantía de estabilidad institucional.
Una vez completado este respaldo local, el expediente será elevado a la Junta de Andalucía, que lo remitirá al Gobierno de España. Solo entonces podrá iniciarse el proceso formal ante el Comité del Patrimonio Mundial. Se estima un plazo mínimo de cinco años para la evaluación técnica, las visitas de inspección y la decisión final.
Mientras tanto, los municipios trabajan ya en la creación de una imagen común, con web, materiales divulgativos, señalética y una narrativa compartida que presente este conjunto como un todo coherente. La experiencia de los Dólmenes de Antequera, que lograron su inclusión en la Lista de la UNESCO en 2016, sirve como referente cercano y alentador.
Con la aprobación de su adhesión, Ardales se convierte en el primer municipio en formalizar su compromiso con este proyecto colectivo. Un gesto que no solo busca el prestigio internacional, sino que también refleja una apuesta firme por la conservación, la cultura y el desarrollo sostenible del territorio.
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