El malagueño Ayoub Ghadfa hace historia y logra una medalla olímpica

Debutante, de 25 años y con el honor de ser el primer boxeador de la provincia en acudir a esta cita, se presentó en la capital francesa con opciones de todo tras haberse coronado este mismo 2024 como campeón de Europa de peso superpesado (+92 kilos), se estrenó en París por todo lo alto, imponiéndose al bronce olímpico en Tokio, el kazajo Kamshybek Konkabayev y, tras ganar en cuartos de final al armenio David Chaloyan este viernes por la noche, logró el pase a las semifinales de la cita. Esto, en el caso del boxeo, así como en otros deportes de combate olímpicos, implica asegurar ya una medalla, dado que se reparten dos bronces en lugar de uno. Aunque aún falte por conocer el color del metal, ya puede decirse que el joven marbellí es historia.

Cabe destacar, por otro lado, que el boxeo olímpico es 'amateur', no profesional, aunque este supone para muchos un trampolín cara a su futura carrera profesional en los 'rings'.

El primer asalto fue bastante igualado, con golpes repartidos entre los luchadores, quizá algunos más certeros para el armenio. Había muchas incógnitas en el aire aún, incluso se llegó a parar el combate para atender a Ayoub por una brecha en la cabeza por un desafortunado choque de cabezas con su rival. Pero al cierre del mismo, se llevó la unanimidad del jurado el malagueño.

En el segundo dio un paso más en la ofensiva el armenio, que se veía un paso por detrás. Pero eso motivó aún más a Ayoub. Con mucha cabeza, se lanzó a por el segundo asalto. Subió la intensidad en estos minutos, especialmente en el último. El marbellí debía medir mejor las distancias en un combate que de nuevo tuvo que parar en dos ocasiones para asistir a ambos luchadores. Cuatro cartulinas fueron de nuevo a favor para el malagueño, lo que tensó aún más el ambiente para el último asalto.

El armenio salió con todo, sin nada que perder. No debía perder la calma el malagueño, si no dar tranquilidad a la locura a tal reparto de golpes, debía llevarle a su terreno Ayoub. Y lo logró, cansó al armenio y mostró mucha más seguridad: evitó golpes, atizó alguno con buena nota en la cabeza… Sencillamente, fue superior. Y llegó la decisión final. Decisión unánime: Ayob Ghadfa era campeón, y por tanto, medallista.

Para los que aún no hayan oído hablar de Ayoub Ghadfa, cabe dar varias pinceladas sobre su vida y trayectoria. De padres marroquíes y residentes en la Costa del Sol desde hace décadas, Ayoub es nacido y criado en Marbella. Su historia de superación ya ha dado de qué hablar, al sincerarse el malagueño sobre el 'bullying' que sufrió siendo niño, basado en comentarios despectivos sobre su físico y xenófobos, por sus raíces marroquíes. Aunque nunca impuso la fuerza, Ghadfa comenzó a hacer deporte, concretamente kickboxing, con el ánimo de aprender a defenderse, y entonces encontró en este estilo de vida su verdadera pasión.

Conoció el boxeo siendo ya mayor, con 18 años, cuando se mudó a Madrid para estudiar la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (ya es graduado). Su gran forma física, a la par que su envergadura (1,98 de estatura) le catapultó al estrellato. Al poco tiempo de comenzar, se le becó en la Blume, comenzó a acudir con la selección y a lograr resultados: subcampeón de Europa en 2022, bronce mundial en 2023, campeón europeo en 2024 y ahora, medallista olímpico. La semifinal, en la que se determinará si lucha por el oro o se cuelga el bronce, será el próximo miércoles 7 de agosto, a las 22.18 horas, ante el francés Djamili-Dini Aboudou.