Borrar
Benzema, en la ocasión más clara del Real Madrid ante la Real Sociedad. Vincent West (Reuters)
El Real Madrid sigue con la pólvora como asignatura pendiente
Análisis

El Real Madrid sigue con la pólvora como asignatura pendiente

El equipo de Zidane comienza seco el curso y se reabre el debate sobre la necesidad de fichar un '9' que complemente a Benzema

Óscar Bellot

Madrid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 21 de septiembre 2020, 16:14

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Real Madrid estrenó curso como acabó el anterior: con más fútbol que pegada. El equilibrio y el compromiso que Zinedine Zidane logró extraer de sus pupilos fueron suficientes argumentos para que los blancos se adjudicasen la pasada Liga frente a un Barcelona en horas bajas, pero no bastaron en Europa, donde la presencia de un matador de acreditado prestigio es condición 'sine qua non' para pelear por la 'orejona'. Frente a la Real Sociedad, el conjunto de Chamartín volvió a exponer las virtudes que le hicieron campeón del torneo de la regularidad, pero también dejó en evidencia las carencias que le condenaron en la Champions y que, de no mediar un imprevisto golpe de timón en las dos semanas que restan para el cierre del mercado de fichajes, volverán a hacerle caminar sobre el alambre en tantos partidos que resolvía con solvencia en el pasado a base de las dentelladas de Cristiano Ronaldo.

Dos campañas completas han transcurrido desde la marcha del luso y en Chamartín aún añoran su descomunal olfato goleador. Porque su salida dejó un boquete inmenso que el club sigue sin reparar. Atrapado entre las ilusiones de un crecimiento exponencial en el rendimiento anotador de futbolistas que nunca fueron depredadores del área, arriesgadas apuestas por delanteros todavía sin consagrarse como Jovic y la necesidad de ahorrar para acometer la incorporación del ansiado Mbappé, lo cierto es que el Real Madrid continúa dependiendo en grado sumo de las dianas de Benzema. El lionés dio un paso al frente tras la fuga de Cristiano Ronaldo a la Juventus, pero sus números no serán nunca los de Messi o Lewandowski. Falta otro delantero de referencia que complemente al francés, pero ni está ni se le espera.

No es un problema de efectivos. Zidane tiene a su disposición a tres arietes de los que podría echar mano para intentar desatascar partidos trabados como el del Reale Arena. Pero ninguno de ellos cuenta con el beneplácito del marsellés. No lo tiene Borja Mayoral, repescado del Levante pero que se mantiene en la plantilla a la espera de una oferta que satisfaga intereses o de movimientos de última hora en la delantera. Tampoco Jovic, fichaje estrella del verano anterior al que se busca destino para que goce de los minutos que no ha encontrado en el Real Madrid. Y menos aún Mariano, con el cartel de transferible pero reacio a salir.

Recuperándose de su operación de amigdalitis este último, los dos primeros, que sí estaban convocados para jugar ante la Real Sociedad, ni saltaron a calentar en el estadio donostiarra, pese a que los minutos se consumían sin que llegase el gol. Zidane prefirió recurrir a dos canteranos como Marvin y Arribas antes que encomendarse a dos miembros del primer equipo con los que apenas cuenta. Tras el partido arguyó que no quería cambiar de dibujo, un poco utilizado 4-2-3-1 que podría servirle para encajar a Vinicius y Hazard en el once una vez que el belga esté en plenitud de facultades, pero la maniobra también puede interpretarse en clave de mensaje a una directiva que no parece dispuesta a reabrir el debate del '9', salvo que aparezca una ganga en el mercado. En las últimas horas ha aflorado el nombre de Edinson Cavani, sin equipo desde que se desligase en junio del PSG. Pero la elevada ficha del uruguayo es una barrera.

Esperando a Hazard

Sin un suplente de garantías para Benzema, todo apunta a que el Real Madrid tendrá que ser de nuevo una cooperativa del gol para revalidar el título de Liga. Así operó la campaña pasada, cuando todos los futbolistas de campo, salvo Militao y Odriozola –que se marchó cedido en enero al Bayern-, marcaron al menos un tanto. Pero la anterior fue una campaña insólita, con un parón de tres meses por el coronavirus que alteró dinámicas, y los blancos sostuvieron su andamiaje sobre el muro defensivo que levantaron en torno a Courtois.

Para no vivir de nuevo sobre el filo de la navaja –la temporada anterior el Real Madrid ganó trece duelos por la mínima-, deberán elevar sus prestaciones los jóvenes Rodrygo y Vinicius –siete y cinco goles, respectivamente, el curso pasado-, que el recuperado Odegaard haga su correspondiente aportación y que Sergio Ramos ruja de nuevo en área rival.

Pero, sobre todo, Zidane necesitará una respuesta de altura por parte de Hazard y Marco Asensio. Dos piezas esenciales cuya evolución física, tras una campaña marcada en ambos casos por las lesiones, sigue siendo un enigma. De otro modo, a los blancos les tocará sufrir más de la cuenta para sacar adelante encuentros que no tanto tiempo atrás dominaban con puño de hierro. El de Cristiano.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios