El Barça se llena de moral ante el Sevilla

Partido a partido. Como si fuera el Cholo, Flick hizo caso omiso a los próximos duelos y se centró en un partido capital para lograr ventaja en la tabla y para ganar moral. Incluyó en el once a toda la artillería, incluido un Ansu Fati que entró como novedad por Eric García, lesionado en el calentamiento, y provocó un efecto dominó. Pedri cayó a la sala de máquinas y Raphinha a la mediapunta en una disposición que no alteró el plan de presionar en campo contrario y tratar de resolver cuanto antes un duelo que se presuponía de altos vuelos.

Y es que el Sevilla tenía un plan. García Pimienta se traicionó y cedió metros con el objetivo de fiar sus opciones al contragolpe. El Barça iba a tener ganada la batalla por la posesión y los Ejuke, Lukebakio e Isaac Romero serían una amenaza a la carrera. Así llegaron dos conatos de peligro que resolvió la zaga azulgrana. El escenario parecía incierto, pero todo se le iba a aclarar al equipo de Flick en un error, paradojicamente infantil ,de Peque. El atacante zancadilleó a Raphinha y el error lo castigó desde los once metros Lewandowski para allanar el inicio de encuentro.

El gol lo cambió todo. Desorientó a un Sevilla que no sabía si taparse la cabeza o los pies y liberó a un Barça que, con ventaja, encontró su mejor versión. La circulación de balón se aceleró, Lamine Yamal y Balde abrieron el campo y Pedri apareció donde mejor muestra su duende. El canario fue el timón y se asomó al balcón del área para clavó el segundo con un derechazo inapelable para Nyland. La avalancha ya era total y el Sevilla no tenía argumentos para pararla. Lewandowski perdonó un mano a mano y antes del descanso firmó el tercero tras un disparo de Raphinha que, hábilmente, desvió a la red.

Tras la reanudación, el Barça quiso más. Flick se ha hartado a decir que quiere que su equipo mantenga el ritmo los noventa minutos y el duelo estaba para demostrar que su discurso ha calado. Los culés salieron del paso por vestuarios como si tocara remontar. Mantuvieron la presión y siguieron poniendo cerco a la portería de Nyland. Eran un acordeón, de lado a lado, hasta que Lamine Yamal cambiara el registro. Firmó un disparo con el exterior a la escuadra que Nyland mandó a corner cuando el Lluis Companys ya se relamía y dejó solo ante el meta a Raphinha con un balón milimétrico que no supuso el cuarto por fuera de juego.

Fue el último arreón antes de que Flick comenzara a mirar de reojo lo que tiene por delante la próxima semana. Esperan el Bayern y el Madrid y lo sabe el germano, que retiró en el tramo final a Lewandowski, Raphinha, Pedri y Lamine Yamal. Aprovechó la ocasión para dar entrada a Fermín López y Gavi, que jugó diez minutos como capitán y bajo una atronadora ovación del Lluis Companys. Su entrada se produjo después de que Pablo Torre hiciera el cuarto con un disparo que se envenenó tras golpear en dos zagueros y justo antes de que Idumbo para los hispalenses y de nuevo Pablo Torre tras un centro que no encontró rematador cerraran la cuenta. Así, el Barça se embolsó tres puntos más para seguir líder en solitario y coger moral antes de una semana clave en Champions y en Liga.